El conflicto entre los ministros de Seguridad de CABA y Provincia por el narcotráfico intensifica tensiones políticas. Mientras Buenos Aires acusa a CABA de ser refugio de narcos, la Ciudad señala problemas originados en el Conurbano. La inseguridad sigue siendo un tema sensible sin acuerdos claros entre ambas jurisdicciones para combatir eficazmente el delito.[Collection]
Conflicto entre ministros de CABA y Provincia por inseguridad
El cruce entre las carteras de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) escaló en las últimas horas, tras un intercambio de declaraciones que dejó en evidencia la tensión entre ambas jurisdicciones frente a la problemática de la inseguridad. Javier Alonso, ministro de Seguridad bonaerense, aseguró en una reciente conferencia que “todos los narcos importantes se esconden en CABA”, lo que provocó una respuesta inmediata y contundente de su homólogo porteño.
Los puntos de conflicto
La polémica comenzó cuando Alonso se refirió a una supuesta migración delictiva hacia la Ciudad de Buenos Aires. Según el funcionario provincial, el área porteña es un refugio recurrente para figuras relevantes del narcotráfico. “Los narcos saben que en la Provincia intensificamos los controles. Por eso, muchos de los principales jefes de estas organizaciones han buscado establecerse en CABA. Ese es su refugio”, afirmó el titular de Seguridad bonaerense, quien además sostuvo que su jurisdicción lidera los esfuerzos por combatir este flagelo.
Ante estas declaraciones, no tardó en llegar la respuesta del ministro de Seguridad de CABA, quien, en declaraciones a la prensa, desmintió tajantemente las acusaciones y apuntó directamente contra la gestión bonaerense. “Siete de cada diez delincuentes que nosotros detenemos vienen de la Provincia”, señaló, sugiriendo que el origen de los problemas de inseguridad radica, en gran medida, en el Conurbano bonaerense.
Reclamos cruzados
Este intercambio marca una nueva etapa en las tensiones históricas entre ambas jurisdicciones con respecto a la responsabilidad compartida en materia de seguridad, un tema que habitualmente genera encontronazos políticos. Alonso insistió en que las cifras respaldan su postura y enfatizó la necesidad de una mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad de ambas zonas. “No podemos trabajar de forma aislada, pero tampoco podemos negar los problemas estructurales que se esconden tras las estadísticas”, concluyó.
En tanto, desde CABA se sigue reclamando mayor autonomía en la implementación de operativos de seguridad y la necesidad de revisar protocolos interjurisdiccionales. “Es fácil señalar a otro, pero hay que revisar qué está fallando en el origen del problema. Nosotros no vamos a aceptar que se nos quiera cargar con responsabilidades ajenas”, afirmó el ministro porteño.
La inseguridad como eje político
La problemática de la seguridad continúa siendo un tema central en la agenda política de ambas jurisdicciones, especialmente en un contexto donde las cifras del delito—en particular aquellas relacionadas con el narcotráfico—suscitan preocupación entre los ciudadanos. Según analistas, este nuevo cruce subraya las dificultades para establecer un diálogo constructivo entre los funcionarios encargados de resolver uno de los temas más sensibles del país.
Mientras el intercambio de acusaciones persiste, la ciudadanía observa con preocupación la falta de acuerdos concretos que permitan combatir de manera más efectiva las problemáticas relacionadas con el delito. Las declaraciones cruzadas, lejos de aportar soluciones, parecen profundizar las diferencias entre dos de las regiones más importantes de Argentina en términos económicos, políticos y poblacionales.
Aumento de las tensiones en un contexto complejo
En el marco de esta polémica, especialistas en seguridad han señalado la necesidad de un enfoque integral que trascienda las jurisdicciones y ponga el foco en objetivos comunes. Sin embargo, la pugna entre CABA y Provincia parece complicar esfuerzos conjuntos y abre interrogantes sobre el impacto de estas discusiones en las políticas públicas.
El cruce entre los dos ministros no solo refleja una grieta política, sino también una diferencia de enfoques que podría retrasar las estrategias necesarias para combatir delitos complejos como el narcotráfico. Hasta el momento, no se han anunciado reuniones ni mesas de diálogo entre las partes, lo que refuerza la sensación de estancamiento en este ámbito.
Información original publicada en el Diario El Día de La Plata. Fuente: www.eldia.com.
