El 12 de enero, Argentina celebra el “Día del Maestro Pizzero y Pastelero”, reconociendo la dedicación de estos profesionales que transforman ingredientes simples en obras maestras. En Buenos Aires, establecimientos legendarios como Guerrín y Las Violetas destacan la tradición, mientras que nuevas propuestas innovan y elevan la experiencia gastronómica.[Collection]
Día del Maestro Pizzero y Pastelero: Celebración y Mejores de Buenos Aires
Una jornada para rendir tributo a los creadores de sabores icónicos
El 12 de enero se celebra en Argentina el “Día del Maestro Pizzero y Pastelero”, una jornada diseñada para reconocer el trabajo y la dedicación de aquellos profesionales que con su creatividad y técnica transforman los ingredientes más simples en verdaderas obras maestras culinarias. Esta fecha, instituida como tradición en el sector gastronómico, destaca no solo el impacto económico de estas especialidades, sino también su relevancia cultural en la vida cotidiana de los argentinos.
La tradición pizzera y pastelera de Argentina se ha consolidado a lo largo de décadas, logrando un prestigio que trasciende fronteras. En Buenos Aires, considerada uno de los epicentros gastronómicos del país, maestros pizzeros y pasteleros han dado origen a establecimientos legendarios como Guerrín, El Palacio de la Pizza y La Mezzetta, cuyos productos deleitan tanto a locales como a turistas. “La pizza y la pastelería son identidades, son un pedazo de Argentina servido en cada plato”, afirma Martín Di Pietro, chef y vocero de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (APPYCE).
Buenos Aires: Una cuna de excelencia artesanal
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la pizza es un emblema que acompaña celebraciones, reuniones familiares y almuerzos laborales. Entre los lugares más destacados de este sector se encuentra la ya mencionada Guerrín, una pizzería que se alza sobre la tradicional Avenida Corrientes y que desde 1932 se ha consolidado como un referente indiscutido en la gastronomía porteña. Su clásica pizza “de muzzarella” es considerada una verdadera institución culinaria.
Otro bastión indiscutible del arte pizzero es La Mezzetta, ubicada en el barrio de Villa Urquiza, famosa por su inigualable fugazzetta rellena. “Nuestra receta ha pasado de generación en generación. Es simple, pero con una ejecución impecable, y eso hace que nos distingamos”, comentó Alejandro Serrano, uno de los actuales administradores del local.
En el terreno de la pastelería, Las Violetas es un lugar que conjuga historia y dulzura. Fundado en 1884, este café y pastelería ubicado en Almagro es un ícono donde los “tés completos” y las tortas elaboradas son protagonistas. También destaca la pastelería Dos Escudos, con una trayectoria que supera los 80 años ofreciendo impecables facturas y tradicionales tortas con técnicas europeas, adaptadas a gustos locales.
Un oficio que evoluciona con el tiempo
A pesar del fuerte arraigo tradicional, tanto la pastelería como la pizzería argentinas se han adaptado a los cambios en las preferencias de consumo. En los últimos años, surgieron establecimientos como Atelier Fuerza, que confluyen en propuestas modernas sin perder la esencia artesanal. Este espacio combina técnicas avanzadas con ingredientes de producción sostenible. “Queremos revalorizar lo artesanal en su máximo potencial, devolviendo a los clientes una experiencia única en cada pieza que prueban”, señala Agustina Montenegro, chef y pastelera.
Por su parte, en el ámbito pizzero también se han tomado influencias internacionales. Pizzerías como Siamo nel Forno y Hell’s Pizza han incorporado conceptos que van desde la napolitana original hasta estilos urbanos que incluyen combinaciones innovadoras, como masas fermentadas durante más de 48 horas o ingredientes gourmet como burrata fresca y hongos shitake.
El reconocimiento social y económico del sector
La importancia de los pizzeros y pasteleros no solo radica en el placer que generan sus creaciones, sino también en el impacto económico que tienen en la industria alimentaria. Según datos proporcionados por APPYCE, en Argentina se consumen aproximadamente 14 kilos de pizza por persona al año, cifra que posiciona al país entre los mayores consumidores mundiales de esta delicia. Asimismo, la Federación de Pasteleros reporta que el sector emplea directamente a más de 50 mil trabajadores, siendo un motor clave para la economía local.
Este día es, además, una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el sector. Factores como el aumento en los costos de los insumos, la competencia con cadenas internacionales y las complejidades en la formación de nuevos profesionales son algunos de los temas en agenda. “Es importante que las nuevas generaciones sientan orgullo de dedicarse a este oficio. Ser pizzero y pastelero es más que un trabajo; es construir recuerdos y emociones para las personas”, señala Di Pietro.
Celebra en grande: eventos y promociones
Muchos locales de Buenos Aires aprovechan esta celebración para organizar eventos y promociones especiales para atraer clientes y destacar su arte culinario. Durante este día festivo, restaurantes y pizzerías ofrecen descuentos, clases magistrales y degustaciones que invitan al público a acercarse y valorar la calidad de cada preparación. Algunos lugares incluso realizan sorteos para incentivar la participación y promover la cultura gastronómica.
Entre las actividades más destacadas, APPYCE, en conjunto con la Unión de Trabajadores de Pasteleros, lleva a cabo una entrega de reconocimientos a los trabajadores más destacados del año, premiando su dedicación y contribución al desarrollo del oficio. Estos premios se basan en la calidad del producto, la innovación y el servicio al cliente.
El Día del Maestro Pizzero y Pastelero no es solo una jornada de reconocimiento, sino un recordatorio de la riqueza cultural que representan estos oficios para la sociedad argentina. Al rendir homenaje a estos profesionales, también brindamos un tributo al esfuerzo, la creatividad y el talento que sostienen esta tradición viva.
Fuente: Felipe González Bueno