El Gobierno designó a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como nuevos jueces de la Corte Suprema y sumó al empresario Oxenford en “comisión”, generando sorpresa y debate sobre los nombramientos. Las reacciones son mixtas: supporters destacan su necesidad, mientras críticos señalan irregularidades en el proceso de selección.“`html
Nombramientos en la Corte y asignación en “comisión”
El Gobierno oficializó este miércoles la designación de dos nuevos jueces para la Corte Suprema de Justicia y, en simultáneo, sumó un nuevo integrante en “comisión” a una instancia clave del Poder Judicial. Se trata de la incorporación del empresario Oxenford, cuya asignación generó sorpresa en el ámbito político y judicial.
A través de decretos presidenciales, el Ejecutivo confirmó la llegada de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla al máximo tribunal, un movimiento que ya se había anticipado en las últimas semanas. Sin embargo, en paralelo, se dispuso la designación de Oxenford en condiciones particulares, lo que reavivó el debate sobre la forma en que se efectúan ciertos nombramientos dentro de la estructura judicial.
Según fuentes del Gobierno, la incorporación en “comisión” responde a la necesidad de cubrir con urgencia el puesto hasta que se complete el proceso formal de nombramiento. Esta modalidad, aunque utilizada en ocasiones excepcionales, ha generado críticas por parte de sectores que insisten en la necesidad de respetar el esquema convencional de requerimientos y consensos institucionales.
La doble maniobra del Ejecutivo
El nombramiento de Lijo y García-Mansilla en la Corte Suprema se dio en un contexto de profundas transformaciones dentro del Poder Judicial. Ambos magistrados cuentan con trayectorias diferenciadas: mientras que Lijo ha sido considerado una figura de peso en el fuero federal, García-Mansilla tiene una extensa carrera académica y doctrinaria en el derecho constitucional.
La nominación de Oxenford, sin embargo, se manejó de manera más discreta y pasó inadvertida hasta la difusión del decreto correspondiente. Su inclusión ha despertado interrogantes sobre los criterios de selección y la estrategia general del Ejecutivo en materia de Justicia.
Distintos actores políticos han expresado posturas divididas frente a estas disposiciones. Desde el sector oficialista sostienen que se trata de medidas necesarias para reforzar el funcionamiento del sistema judicial. Por otro lado, dirigentes opositores cuestionan la celeridad y el procedimiento adoptado al incluir a Oxenford bajo esta modalidad.
Reacciones y perspectivas
Las designaciones fueron recibidas con diversas reacciones tanto en el ámbito jurídico como en la arena política. Mientras algunos expertos destacan que las incorporaciones fortalecen el andamiaje judicial, otros advierten sobre los posibles efectos de incluir miembros en “comisión”, una práctica que históricamente ha sido objeto de controversia.
Desde la Suprema Corte se mantiene la expectativa de una pronta normalización de los procesos de designación para garantizar la estabilidad institucional. En este sentido, referentes del mundo jurídico sostienen que la consolidación de nuevos jueces debe darse en el marco de los mecanismos tradicionales y con el respaldo necesario dentro del Senado.
El futuro inmediato del tribunal y la permanencia de los nuevos integrantes dependerán en gran medida de las dinámicas dentro del Congreso y del nivel de consenso que logre obtener el oficialismo en torno a estas decisiones. Con los recientes movimientos en el Poder Judicial, la Corte Suprema ingresa en una nueva etapa que podría marcar el curso de las futuras disputas institucionales dentro del país.
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