Argentina se abstuvo en la ONU de votar la resolución de Ucrania sobre la retirada de tropas rusas, marcando un cambio en su postura internacional. A pesar de respaldar anteriormente a Ucrania, el gobierno de Milei prioriza intereses estratégicos, generando dudas sobre sus relaciones con Occidente y potencias como China y Brasil.
Argentina cambia su postura en la ONU
Argentina decidió abstenerse en la votación de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la resolución impulsada por Ucrania que pedía la retirada de las tropas rusas. Este cambio posiciona a Argentina en una postura distinta a la que había mantenido previamente en los foros internacionales con respecto a la guerra en Ucrania.
En 2022 y 2023, el país había votado a favor de resoluciones similares, alineándose con la condena a la invasión rusa. Sin embargo, en esta ocasión, el gobierno de Javier Milei optó por no respaldar de manera explícita a Ucrania, pese a la cercanía que el mandatario expresó con Volodímir Zelenski en anteriores encuentros. La votación tuvo lugar en la sesión de la ONU, donde la resolución obtuvo 153 votos a favor, mientras que 23 países se abstuvieron y 10 votaron en contra.
El cambio de enfoque de Argentina genera preguntas sobre la continuidad de su política exterior y las relaciones internacionales que busca establecer la administración de Milei. La decisión también contrasta con su anterior posicionamiento en reuniones del G20 y otros organismos multilaterales, donde había defendido la soberanía de Ucrania y solicitado el fin del conflicto armado en la región.
Implicancias para las relaciones con Ucrania y Occidente
Uno de los principales interrogantes que surgen tras esta abstención es el impacto que podría tener en la relación de Argentina con Ucrania y con países occidentales, particularmente Estados Unidos y la Unión Europea, que han respaldado firmemente a Kiev desde el inicio del conflicto. En encuentros previos, Milei se había mostrado cercano a Zelenski, tanto en declaraciones como en reuniones bilaterales, lo que había reforzado la idea de un alineamiento claro con la postura de Estados Unidos y sus aliados.
Sin embargo, la abstención argentina podría ser interpretada como una señal de pragmatismo por parte del gobierno, priorizando otros intereses estratégicos en el escenario internacional. Fuentes diplomáticas en Buenos Aires no descartaron que esta decisión responda a una evaluación más amplia de las relaciones bilaterales con otras potencias, como China y Brasil, que también adoptaron posiciones más moderadas en la misma votación.
En paralelo, la postura argentina genera incertidumbre sobre su posicionamiento frente a futuras iniciativas diplomáticas respecto del conflicto. A pesar de que Milei ha manifestado su afinidad ideológica con los líderes de derecha en Europa y Norteamérica, su gobierno parece haber adoptado un enfoque más flexible en este caso particular.