El presidente Javier Milei intensifica sus críticas hacia el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, en medio de tensiones políticas. Mientras Milei se enfoca en la seguridad y déficit fiscal, Kicillof argumenta que la inseguridad es estructural y necesita inversión. La falta de consenso y recortes de fondos complican la colaboración entre ambos.
Una estrategia de confrontación
El presidente Javier Milei ha intensificado sus críticas hacia el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en un contexto de creciente tensión política en el país. Los recientes cruces entre ambos dirigentes reflejan una estrategia del gobierno nacional de focalizar su discurso en torno a la seguridad y el déficit fiscal, dos de los ejes centrales de su gestión.
Durante un acto en la Escuela de Gendarmería en Campo de Mayo, Milei volvió a apuntar contra la administración bonaerense, señalando deficiencias en la gestión de la seguridad y acusando a Kicillof de ser un obstáculo para sus políticas. “Nosotros estamos comprometidos en la lucha contra la delincuencia, mientras otros prefieren mirar para otro lado”, manifestó el mandatario en un discurso en el que también elogió el accionar de las fuerzas de seguridad.
El gobierno nacional ha hecho de la seguridad un pilar fundamental de su gestión, promoviendo políticas de endurecimiento de penas y un respaldo explícito a las fuerzas policiales. En contraposición, Kicillof y su equipo han señalado que la inseguridad es un problema estructural que no se resuelve únicamente con medidas punitivas, sino con inversión en educación, salud y empleo.
Un conflicto con antecedentes
Las fricciones entre Nación y Provincia no son nuevas. Desde el inicio del mandato de Milei, el vínculo con la gestión bonaerense ha sido tenso, fundamentalmente por las diferencias en la administración de recursos y las políticas de seguridad. A poco de asumir, el gobierno nacional recortó el envío de fondos discrecionales a las provincias, lo que ha generado dificultades en varios distritos.
La eliminación del Fondo de Incentivo Docente y la quita del subsidio al transporte fueron algunas de las medidas que mayor impacto tuvieron en la provincia de Buenos Aires, dado su tamaño poblacional y su dependencia de partidas nacionales. Kicillof ha insistido en que estos recortes afectan de manera directa a los ciudadanos y ha cuestionado que se tomen decisiones sin consenso con los gobernadores.
En este contexto, las acusaciones cruzadas sobre la inseguridad han cobrado relevancia. Mientras Milei insiste en la necesidad de medidas más contundentes contra el delito, Kicillof sostiene que la falta de recursos también incide en el accionar policial y en la posibilidad de mejorar el equipamiento de las fuerzas de seguridad. “Es muy fácil hablar de seguridad cuando se recortan fondos esenciales”, señaló el gobernador en una reciente conferencia de prensa.
El debate en torno al rol del Estado en el combate contra la inseguridad y la distribución de recursos entre Nación y Provincia se encuentra en el centro de la disputa entre ambos dirigentes. La pregunta que sigue abierta es si estos cruces políticos derivarán en acuerdos concretos para abordar los problemas estructurales o si se prolongarán en una confrontación que parece no tener una salida inmediata.