❗ ¿Defensa de la libertad o aislamiento internacional?
El gobierno de Javier Milei avanza en una estrategia de retiro de organismos internacionales, ahora enfocándose en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH), luego de anunciar su salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La decisión, que se justifica bajo el argumento de evitar la participación en lo que el gobierno considera “redutos de ideas socialistas”, genera fuertes interrogantes sobre el impacto que tendrá en la posición de Argentina en el escenario global.
La falta de representación del país en la reciente sesión del CDH, en la que se abordaron violaciones a los derechos humanos en el Congo, fue una primera señal del posible retiro. En esa reunión, Estados Unidos también estuvo ausente, luego de que Donald Trump anunciara la salida del consejo y el recorte de fondos para la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), argumentando que el organismo mantiene un “sesgo constante contra Israel”.
A esta postura se sumó recientemente Israel, que formalizó su retiro del CDH. Su embajador ante la ONU, Daniel Meron, justificó la decisión alegando que el consejo es “un órgano parcializado que desde su inicio ha estado del lado de las dictaduras” y que no calificó explícitamente a Hamás como una organización terrorista tras los ataques del 7 de octubre de 2023.
🔍 ¿Es un giro estratégico o una desconexión de la realidad global?

La posible salida de Argentina del CDH representaría un cambio profundo en su política exterior. Hasta ahora, el país ha tenido un rol activo en la ONU en cuestiones de derechos humanos: fue miembro del consejo entre 2019 y 2024, y lo presidió en 2022 durante la gestión de Alberto Fernández. Esta nueva postura se alinea con la retórica de Milei, quien busca desmontar lo que considera estructuras burocráticas internacionales con influencia ideológica.
Sin embargo, el Consejo de Derechos Humanos, a pesar de sus defectos, es un espacio clave para la supervisión y denuncia de violaciones a nivel global. La salida de Argentina podría debilitar su capacidad de influir en debates cruciales sobre derechos humanos y diplomacia multilateral, afectando su prestigio internacional.
En este contexto, el gobierno de Milei parece optar por una estrategia de alineamiento con Estados Unidos e Israel, alejándose de la diplomacia tradicional de Argentina, que históricamente buscó el equilibrio entre distintas potencias. Este movimiento podría tener consecuencias políticas y económicas, sobre todo en la relación con otros países de América Latina y Europa.
🌍 Milei vs. la ONU: una batalla ideológica en curso
El distanciamiento de Argentina con la ONU no es un hecho aislado. En septiembre de 2024, Milei arremetió contra el organismo durante la 79° Asamblea General en Nueva York, donde criticó abiertamente la estructura de Naciones Unidas, a la que calificó como “un leviatán de múltiples tentáculos” que impone una “agenda ideológica” a sus países miembros, en referencia a la llamada Agenda 2030.
En su discurso, el presidente argentino dejó en claro que el país abandonará su histórica postura de neutralidad para posicionarse de manera más frontal en lo que él considera una “lucha en defensa de la libertad”. En esa línea, denunció que la ONU, lejos de cumplir su propósito original de proteger los derechos humanos, se ha convertido en un promotor de la “violación sistemática de la libertad”.
Uno de los ejemplos más llamativos de esta crítica fue su condena a las cuarentenas impuestas a nivel global durante la pandemia de COVID-19, a las que consideró “delitos de lesa humanidad”, lo que generó controversia tanto en el ámbito político como en el sanitario.
⏳ ¿Un paso hacia la independencia o un aislamiento peligroso?

Si bien Milei y su equipo defienden esta estrategia como un acto de soberanía, muchos analistas advierten que podría representar un riesgo en términos de relaciones internacionales y cooperación global.
El Consejo de Derechos Humanos, pese a sus falencias, sigue siendo un foro clave para la supervisión de violaciones a nivel mundial. Al alejarse de estos espacios, Argentina podría perder peso diplomático y reducir su margen de maniobra en negociaciones futuras.
La oficialización de la salida del CDH podría darse en los próximos meses e incluso concretarse antes de la visita de Milei a Israel, donde recibirá el “Premio Nobel Judío” en reconocimiento a su apoyo incondicional a Israel y su postura contra el terrorismo.
La gran pregunta es: ¿este cambio de rumbo fortalecerá la posición de Argentina en el mundo o la condenará a un aislamiento diplomático sin precedentes?