Más de 30 mil personas se manifestaron en Alemania contra la ultraderecha, concentrándose en Múnich, Hamburgo, Colonia y Fráncfort. Las protestas surgieron tras un informe de un encuentro secreto de la AfD. Los asistentes rechazaron políticas de deportación y defendieron la democracia, advirtiendo sobre riesgos históricos y políticos.
Decenas de miles en contra de la ultraderecha
Más de 30 mil personas se movilizaron en varias ciudades de Alemania en respuesta a la creciente presencia de la ultraderecha en la política y la sociedad. Las manifestaciones se concentraron en Múnich, donde unas 25 mil personas se congregaron en la Plaza de Odeón, y en otras urbes como Hamburgo, Colonia y Fráncfort.
Las protestas se organizaron tras la divulgación de un informe del medio Correctiv, que reveló un encuentro secreto en Potsdam entre figuras de la ultraderecha alemana. En la reunión participaron miembros del partido Alternativa para Alemania (AfD) y políticos locales, además de miembros de la Nueva Derecha y empresarios, quienes debatieron propuestas para la deportación masiva de extranjeros, incluyendo ciudadanos con nacionalidad alemana de origen migrante.
Los manifestantes expresaron su rechazo a estos planes y advirtieron sobre los riesgos de discursos que, según sostienen, pueden ir en contra de los principios democráticos y de convivencia. “Estas ideas nos recuerdan capítulos oscuros de nuestra historia”, afirmó un ciudadano en la protesta de Múnich.
El avance de Alternativa para Alemania
Alternativa para Alemania (AfD) ha incrementado su influencia en los últimos años y ahora se posiciona con fuerte presencia en varios parlamentos regionales. Encuestas recientes la ubican con un 23% de intención de voto a nivel nacional, disputando espacios tradicionales de partidos como la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
Dirigentes de la AfD han sido señalados por mantener posturas de endurecimiento de políticas migratorias y cuestionar los valores de la Unión Europea. En los comicios europeos programados para junio, el partido podría consolidar aún más su protagonismo, generando incertidumbre sobre el futuro del equilibrio político en Alemania.
El gobierno de Olaf Scholz ha expresado su preocupación por el ascenso de la ultraderecha, mientras que sectores académicos y organismos de derechos humanos han advertido sobre los efectos que podrían tener las propuestas de la AfD en las comunidades inmigrantes y en la estabilidad política del país.
Las reacciones del oficialismo y la sociedad
El rechazo a las posturas de la ultraderecha no solo provino de las protestas ciudadanas, sino también de sectores políticos. Saskia Esken, líder del Partido Socialdemócrata (SPD), expresó su condena a cualquier plan de “expulsiones masivas”, mientras que políticos de Los Verdes y la CDU también se pronunciaron en contra de estas ideas.
En Hamburgo, donde unas ocho mil personas se unieron a las protestas, el activista Michael Heinz afirmó: “Es importante actuar ahora, antes de que sea demasiado tarde”. En Múnich, los organizadores del mitin enfatizaron el objetivo de defender la democracia y los derechos fundamentales.
Alemania ha experimentado un aumento en las movilizaciones cívicas en los últimos años, en respuesta a discursos políticos polarizantes. La pregunta que surge es si estas manifestaciones podrán frenar el avance de sectores que cuestionan las normas democráticas y los valores de inclusión.