Desde el 4 de junio, 31 líneas de colectivo en el AMBA aumentarán su tarifa mínima de $270 a $430, debido al retraso en subsidios estatales. Esta medida ha generado preocupación entre los pasajeros y reabierto el debate sobre la desigualdad tarifaria y la necesidad de un sistema de transporte sostenible.
Aumento del boleto en líneas de colectivo del AMBA
Desde el martes 4 de junio, el valor del boleto de colectivo sufrirá un incremento en 31 líneas que operan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Según lo informado por las empresas de transporte, el ajuste es una medida adoptada ante el retraso en la actualización de los subsidios otorgados por el Estado. Las líneas afectadas incluyen algunas rutas de gran circulación, lo que generará un impacto en miles de pasajeros diarios.
El nuevo cuadro tarifario establece que la tarifa mínima pasará de $270 a $430, mientras que los boletos de mayor distancia tendrán aumentos proporcionales. La diferencia con el resto de las líneas de colectivo se debe a que estas 31 empresas han decidido aplicar un esquema tarifario diferenciado, alegando dificultades financieras derivadas del retraso en los fondos estatales.
La medida fue defendida por las cámaras empresarias del sector, argumentando que es inviable continuar con el esquema actual sin una actualización inmediata de los subsidios. Voceros del sector aseguraron que la recaudación diaria no alcanza para cubrir los costos operativos, incluidos los salarios y el mantenimiento de las unidades. No obstante, el incremento generó preocupación entre los pasajeros, quienes verán afectado su presupuesto mensual destinado al transporte.
Debate sobre subsidios y desigualdad tarifaria
El anuncio del aumento también reabrió el debate sobre la política de subsidios al transporte en el AMBA. Desde el Gobierno nacional, el ministro de Transporte Franco Mogetta señaló que continúan las negociaciones con las empresas para garantizar una distribución equitativa de los fondos, pero advirtió que no se permitirán aumentos fuera de la regulación oficial.
Por su parte, los gobiernos provinciales han manifestado preocupación por la diferencia en los valores de los boletos entre Buenos Aires y el resto del país, donde las tarifas suelen ser considerablemente más altas debido a una menor asignación de subsidios. Esta disparidad ha sido objeto de reclamos recurrentes por parte de gobernadores y legisladores del interior, quienes exigen medidas para equiparar la distribución del aporte estatal.
Las asociaciones de usuarios y consumidores alertaron sobre el impacto del aumento en los sectores de menores ingresos, quienes dependen del transporte público para sus desplazamientos diarios. Además, han cuestionado la falta de previsibilidad en la política tarifaria, ya que los aumentos se producen en un contexto de inflación elevada y con un poder adquisitivo deteriorado.
El panorama abre interrogantes sobre el futuro del sistema de transporte en el AMBA y la necesidad de establecer un esquema de financiamiento sostenible que garantice la accesibilidad del servicio sin afectar su operatividad. ¿Cómo impactará esta medida en la movilidad de los habitantes y qué respuesta dará el Gobierno ante el reclamo empresarial? La discusión sobre el modelo de subsidios y el costo del transporte sigue abierta.