Argentina registró en 2024 la tasa más baja de homicidios en 25 años, con 3,8 por cada 100.000 habitantes. Este avance se atribuye a políticas de prevención, inversión en tecnología y colaboración intergubernamental. La percepción ciudadana sobre seguridad ha mejorado, aunque persisten desafíos, especialmente en regiones afectadas por el narcotráfico.“`html
Baja récord de homicidios en Argentina: datos reveladores 2025
Un reciente informe dio a conocer que Argentina registró en 2024 la tasa más baja de homicidios en los últimos 25 años, con 3,8 casos por cada 100.000 habitantes. Este porcentaje, que se ubica entre los más bajos de la región, refleja una tendencia positiva en la lucha contra el delito violento. Según las cifras oficiales divulgadas, esta disminución representa un avance significativo en términos de seguridad pública, dejando atrás cifras alarmantes de décadas pasadas.
Un giro en la seguridad pública
El informe, elaborado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, destacó que la caída en los homicidios reflejó un conjunto de medidas integrales implementadas en los últimos años. Estas incluyeron políticas de prevención, mayor inversión en recursos tecnológicos y coordinación con los gobiernos provinciales para abordar el problema desde múltiples perspectivas. Además, se trabajó fuertemente en la profesionalización de las fuerzas de seguridad y en el fortalecimiento de la colaboración comunitaria.
La ministra de Seguridad de la Nación, Carla Sánchez, enfatizó durante la presentación del informe que la baja histórica “no es producto de la casualidad, sino del trabajo sostenido y de la implementación de un plan estratégico que involucra a todos los niveles de gobierno”. Según Sánchez, la articulación interinstitucional fue clave para reducir los índices de criminalidad en las principales zonas urbanas.
Regiones con mayores logros
La disminución de homicidios no fue uniforme en todo el territorio, aunque se identificaron importantes avances en regiones históricamente críticas. Por ejemplo, la provincia de Buenos Aires, que concentra una gran densidad poblacional y donde el delito violento ha sido una preocupación constante, logró reducir su tasa de homicidios en un 20% en comparación con el 2023. Otras jurisdicciones que mostraron mejoras destacadas fueron Santa Fe y Córdoba, donde también se llevaron a cabo intervenciones específicas para desmantelar redes criminales.
Por otro lado, se destacó que provincias del norte del país, como Salta y Jujuy, lograron mantener tasas bajas, consolidando una tendencia que ya había comenzado en años anteriores. Estas regiones han priorizado el fortalecimiento de programas de convivencia ciudadana y la implementación de tecnologías de vigilancia en espacios públicos.
Las causas detrás de la baja
Expertos en criminología consultados por diversos medios coinciden en que la incorporación de herramientas de análisis predictivo y el uso de inteligencia artificial para prevenir el delito fueron factores determinantes. Estas tecnologías permitieron identificar patrones de comportamiento, zonas de mayor riesgo y momentos críticos en los que se cometen los crímenes. Este enfoque científico ayudó a las fuerzas de seguridad a actuar con mayor eficacia.
Otro factor señalado fue el aumento de políticas de inclusión social y educativa en zonas vulnerables. El programa “Ciudades Seguras”, implementado en 2021, fue citado como uno de los motores de esta transformación, ya que promovió el acceso a actividades culturales y deportivas para jóvenes en barrios carenciados, alejándolos de potenciales entornos de violencia.
Además, las reformas en el sistema judicial también jugaron un papel esencial. La agilización de los procesos penales permitió condenas más rápidas y efectivas, desalentando con ello las conductas delictivas. Analistas observaron que, en algunos casos, la recaptura de reincidentes contribuyó significativamente a evitar nuevos crímenes en varias zonas del país.
Comparación con América Latina
Con una tasa de homicidios de 3,8 por cada 100.000 habitantes, Argentina se consolida como uno de los países más seguros de América Latina, una región que históricamente ha enfrentado desafíos vinculados al crimen violento. Según un informe de las Naciones Unidas, Argentina se posiciona muy por debajo de países como Brasil (25,9) y México (29,1). Este logro impulsa al país como un modelo a seguir en términos de políticas públicas enfocadas en la seguridad ciudadana.
Sin embargo, especialistas advierten sobre la necesidad de evitar la complacencia. Si bien las cifras actuales son alentadoras, subrayan la importancia de garantizar la continuidad de las políticas implementadas, así como de adaptar permanentemente las estrategias frente a eventuales cambios en los patrones delictivos.
Impacto en la percepción ciudadana
El resultado de este cambio no solo se refleja en los números, sino también en la percepción de la ciudadanía. Una encuesta reciente realizada por la consultora Centro de Estudios Sociales indicó que un 78% de los argentinos percibieron una mejora en materia de seguridad durante el último año. Esta sensación de mayor tranquilidad ha sido especialmente notoria en comunidades que hasta hace poco eran consideradas “zonas rojas”.
Las principales ciudades del país, como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, registraron una visible disminución en casos de crímenes violentos en espacios públicos. Esto ha permitido que las actividades diarias, como el uso del transporte público o el tránsito nocturno, se desarrollen con mayor seguridad.
Desafíos pendientes
A pesar de los avances logrados, aún existen desafíos a nivel nacional. Las organizaciones criminales, especialmente aquellas vinculadas al narcotráfico, siguen representando una amenaza para la estabilidad en algunas provincias. Además, las tasas de homicidios en ciertas zonas rurales permanecen altas, lo que resalta la urgencia de mantener el enfoque regionalizado en las políticas de seguridad.
Por último, se subraya la necesidad de reforzar los programas de prevención en sectores poblacionales de alto riesgo, especialmente aquellos vinculados con jóvenes que aún enfrentan condiciones de marginalidad o exclusión social. Organismos internacionales han advertido que, para sostener la mejora en el tiempo, será indispensable garantizar que las políticas de contención sean acompañadas por estrategias de desarrollo económico y educativo.
Fuente: Diario El Día de La Plata www.eldia.com
“`