La disputa entre Bacardí y Cubaexport por la marca Havana Club refleja las tensiones entre Estados Unidos y Cuba. Desde la Revolución Cubana, ambas partes luchan por el acceso al mercado estadounidense. Con millones en juego y un contexto político complejo, la batalla legal por el ron se mantiene viva.[Collection]
Batalla legal por el ron entre Estados Unidos y Cuba
Una disputa histórica que atraviesa fronteras
La disputa por el uso de la marca Havana Club entre la reconocida empresa estadounidense Bacardí y el gobierno cubano, encabezado por la compañía estatal Cubaexport, lleva décadas marcando un enfrentamiento tanto comercial como ideológico entre ambos países. La controversia sobre uno de los rones más icónicos del mundo sigue siendo un claro reflejo de las tensiones que separan a Estados Unidos y Cuba desde hace más de medio siglo.
El litigio se intensificó recientemente tras la aprobación de una reforma por parte del gobierno de Estados Unidos que refuerza la protección de marcas registradas afectadas por expropiaciones asociadas al régimen cubano. Este cambio fue duramente criticado por La Habana, que calificó las medidas como una “instrumentalización política del sistema de patentes y marcas” en favor de intereses empresariales estadounidenses.
Origen del conflicto
La historia de esta disputa se remonta a la Revolución Cubana de 1959, cuando el gobierno de Fidel Castro nacionalizó numerosas empresas extranjeras y locales, entre ellas Havana Club, destilería administrada en ese entonces por la familia Arechabala. La marca pasó a ser propiedad del Estado cubano, representado por la entidad Cubaexport, la cual estableció un acuerdo con el grupo francés Pernod Ricard para comercializar el ron en mercados internacionales.
Por otro lado, Bacardí, una empresa originaria de Cuba que trasladó su sede a Estados Unidos tras la Revolución, compró los derechos de la marca Havana Club a los descendientes de la familia Arechabala en 1994. Desde entonces, Bacardí ha intentado registrar la marca en suelo estadounidense, lo que ha desencadenado múltiples procesos judiciales con Cubaexport.
El mercado estadounidense bajo disputa
En el centro de la batalla legal se encuentra el acceso al mercado de Estados Unidos, el mayor consumidor de ron a nivel mundial. Actualmente, Cubaexport y Pernod Ricard no pueden comercializar Havana Club en este país debido al embargo económico contra Cuba. Sin embargo, Bacardí ha aprovechado esta situación para vender su versión del ron bajo el mismo nombre en territorio estadounidense.
En 2016, Cubaexport logró la renovación de los derechos de la marca Havana Club en Estados Unidos tras abonar $500 de tarifas al Departamento de Patentes y Marcas. No obstante, Bacardí continúa desafiando esta decisión argumentando que la propiedad de la marca debería corresponderles por la adquisición legal hecha a los Arechabala. Según representantes de Bacardí, el registro de Cubaexport es “ilegítimo”, ya que se basa en una expropiación forzosa ocurrida durante la Revolución Cubana.
Millones de dólares en juego
El negocio del ron continúa creciendo a nivel global y Havana Club es una de las marcas más reconocidas. La disputa no solo tiene implicaciones legales complejas, sino que también involucra cifras millonarias derivadas de la comercialización del producto. Según estimaciones de Pernod Ricard, Havana Club ocupa un lugar prominente en el ranking de ventas internacionales de ron Premium, con una notable presencia en mercados europeos y asiáticos.
Las perspectivas serían aún más prometedoras si se lograra ingresar al mercado estadounidense, donde Bacardí actualmente lidera en las categorías de ron. Las ganancias potenciales derivadas de tener un acceso exclusivo a este mercado han incentivado a ambas partes a mantener la disputa activa por años, con recursos legales y financieros significativos en juego.
La política en el trasfondo
La batalla por la marca Havana Club trasciende lo comercial. El caso ha estado rodeado de un contexto político en el que se ven reflejadas las tensiones históricas entre Washington y La Habana. En su momento, la apertura iniciada por la administración de Barack Obama permitió cierta flexibilización en las relaciones bilaterales, pero la llegada de Donald Trump marcó un retroceso en este proceso.
Ahora, las medidas recientes en favor de compañías como Bacardí son vistas por el gobierno cubano como un intento de fortalecer las herramientas legales para legitimar la apropiación de activos nacionalizados tras la Revolución. Según La Habana, estas acciones forman parte de una ofensiva más amplia contra el sistema económico en la isla.
Un caso sin resolución definitiva
A pesar de décadas de disputas, no parece haber una solución definitiva a la vista. Tanto Bacardí como Cubaexport continúan utilizando todos los recursos legales a su disposición para defender lo que consideran sus derechos legítimos sobre la marca Havana Club. La situación pone en evidencia no solo la complejidad del derecho internacional aplicado a marcas y patentes, sino también el profundo impacto que los contextos políticos pueden tener en los negocios internacionales.
Hasta que una de las partes prevalezca, la batalla por el ron Havana Club seguirá siendo un símbolo de la particular relación entre Estados Unidos y Cuba, así como un recordatorio de las enormes implicaciones económicas, legales y políticas detrás de una botella de licor.
Fuente: Jordane Bertrandy