Desde el 1 de marzo de 2025, el boleto de colectivos en Buenos Aires aumentará un 10%, pasando de $270 a $297. Esta medida, impulsada por el contexto inflacionario y la necesidad de cubrir costos operativos, genera preocupación entre usuarios que piden mejoras en el servicio ante la pérdida de poder adquisitivo.“`html
Aumento del boleto en el transporte público
Desde el 1 de marzo de 2025, el boleto de colectivos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires experimentará un aumento del 10%. La medida impactará a miles de pasajeros que utilizan diariamente este medio de transporte, y responde a la actualización tarifaria impulsada por el Ministerio de Transporte de la Nación.
El nuevo esquema de tarifas establece que el boleto mínimo, que actualmente cuesta $270, pasará a valer $297. Este incremento también afectará los tramos superiores y aplicará tanto a líneas nacionales como provinciales. Desde la cartera de Transporte justificaron la suba en el contexto inflacionario y la necesidad de actualizar los costos operativos del sistema.
Según explicaron fuentes oficiales, los subsidios al transporte seguirán vigentes, aunque su incidencia en la tarifa final continuará disminuyendo. Esto se debe a la política del Gobierno de reducir el gasto público, lo que impacta en los aportes al sector.
Impacto en los pasajeros y perspectivas
La actualización tarifaria genera preocupación entre los usuarios, especialmente aquellos que dependen del sistema público para trasladarse diariamente. Según datos oficiales, en el Área Metropolitana de Buenos Aires se realizan más de 10 millones de viajes en colectivos por día, lo que refleja la gran cantidad de personas afectadas por la medida.
Desde las asociaciones de usuarios expresaron su descontento, señalando que el aumento de tarifas se produce en un contexto de pérdida del poder adquisitivo. “El ajuste tarifario debería ir acompañado de mejoras en el servicio y un mecanismo más equitativo de distribución de subsidios”, manifestó un representante de una organización que defiende el acceso al transporte público.
En tanto, las cámaras empresarias del sector argumentan que la actualización es necesaria para sostener la operatividad del sistema, que enfrenta aumentos en combustible, mantenimiento y salarios. Sin embargo, advierten que, si bien la nueva tarifa alivia parte de la presión sobre sus costos, el panorama aún requiere más ajustes para garantizar la sostenibilidad del servicio.
El rol del Estado y los desafíos del sistema
El ajuste en la tarifa de colectivos vuelve a poner en debate el modelo de financiamiento del transporte público. A lo largo de los últimos años, los subsidios han sido el principal mecanismo para atenuar el impacto en los usuarios. No obstante, el Ejecutivo sostiene la necesidad de revisar la distribución de los recursos, asegurando que el actual esquema no es sostenible a mediano plazo.
En este sentido, el gobierno nacional ha instalado la idea de una mayor segmentación de los subsidios, de manera que los sectores de menores ingresos accedan a una tarifa diferenciada. La Tarifa Social, que actualmente ofrece un 55% de descuento en los boletos a determinados grupos de la población, podría sufrir modificaciones en su cobertura o criterio de otorgamiento.
Por otro lado, la discusión sobre el servicio y la infraestructura del transporte sigue abierta. Los pasajeros no solo demandan tarifas accesibles, sino también mayor previsibilidad y mejoras en la conectividad. ¿Las actualizaciones tarifarias se traducirán en mayor inversión? ¿O los usuarios verán un deterioro en la calidad sin compensaciones reales?
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