Un informe de Politíkon Chaco alerta sobre una caída de $4,2 billones en transferencias nacionales a las provincias argentinas en 2024, afectando servicios, infraestructura y políticas sociales. Buenos Aires, la más perjudicada con $1,05 billones menos, enfrenta fuertes críticas a las políticas fiscales que profundizan desigualdades y tensiones político-económicas.[Collection]
Caída de transferencias nacionales a provincias en 2024
Un informe reciente de Politíkon Chaco reveló la drástica caída en las transferencias de recursos nacionales hacia las provincias argentinas durante 2024, un fenómeno que generó alertas en el ámbito político y económico. Según los datos recopilados, el deterioro acumulado en las 24 jurisdicciones del país alcanzó un asombroso monto de $4,2 billones, afectando de forma generalizada a los gobiernos provinciales.
El impacto en la provincia de Buenos Aires
La provincia de Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof, fue una de las más afectadas por esta merma en las transferencias nacionales. De acuerdo con el informe, el total de recursos no percibidos por esta jurisdicción durante 2024 ascendió a $1.056.837 millones. Este recorte representa un golpe significativo para una provincia que posee la mayor densidad poblacional y una importante influencia en la estructura económica del país.
Funcionarios bonaerenses expresaron su preocupación ante lo que consideran una amenaza para poder cumplir con servicios esenciales y proyectos de infraestructura. Desde el gobierno provincial sostienen que esta caída, atribuida en parte a las políticas fiscales adoptadas a nivel nacional, responde a un contexto de ajuste presupuestario que no contempla las necesidades específicas de los distritos más vulnerables.
Desafíos para el resto del país
Más allá de Buenos Aires, otras provincias también enfrentaron recortes alarmantes. Politíkon Chaco informó que la merma en las transferencias en todo el país ha tenido repercusiones directas en el desarrollo regional. Estas dificultades incluyen las demoras en obras públicas, limitaciones en el financiamiento de políticas sociales y restricciones para afrontar emergencias económicas o climáticas.
En cifras absolutas, Buenos Aires lidera entre las provincias más castigadas, pero los indicadores porcentuales reflejan que jurisdicciones más pequeñas y con menor margen de maniobra frente a la crisis también fueron duramente golpeadas. Estos contextos subrayan la necesidad de debatir urgentemente un esquema de redistribución más equitativo y previsible a nivel federal.
Justificaciones del ajuste nacional
En el nivel nacional, el gobierno justificó parte de estos ajustes en las transferencias con el objetivo de estabilizar las cuentas públicas y garantizar el cumplimiento de compromisos financieros internacionales en un contexto de inflación persistente y una deuda externa crítica. Desde el Ministerio de Economía, liderado por Sergio Massa durante 2024, destacaron que las restricciones presupuestarias son una “medida dolorosa pero necesaria” para sostener la macroeconomía en condiciones de alta volatilidad global.
Sin embargo, estas explicaciones no han sido suficientes para acallar las críticas de los gobernadores y legisladores provinciales, quienes sostienen que los recortes no fueron implementados teniendo en cuenta los desequilibrios estructurales entre las distintas regiones del país. Legisladores tanto oficialistas como opositores advirtieron sobre las consecuencias sociales de esta merma en recursos, en especial en salud y educación.
El reparto de fondos y la política
Las transferencias de recursos nacionales suelen convertirse en un eje de disputa política entre el gobierno central y las provincias, especialmente en años preelectorales. Analistas han señalado que el manejo de estos fondos a menudo funciona como una herramienta de presión o incentivo político. En este sentido, algunos líderes provinciales cuestionaron si el ajuste fue aplicado de manera homogénea o si ciertas jurisdicciones resultaron más afectadas según su alineación política.
Por su parte, la distribución de los recursos a través de la Coparticipación Federal de Impuestos también ha sido blanco de críticas, especialmente por los gobiernos de provincias consideradas “periféricas”, quienes argumentan que el mecanismo actual beneficia desproporcionadamente a los distritos más ricos del país.
La cifra global del ajuste en las transferencias nacionales —$4,2 billones— pone en evidencia el desafío futuro para un país que debe enfrentar crecientes demandas sociales mientras mantiene un frágil equilibrio fiscal. Con elecciones en el horizonte, será crucial observar cómo evolucionan las relaciones entre el gobierno central y las provincias en este escenario de tensión financiera.
Fuente de información: @pol_arg