Una camioneta mal estacionada frente a la AMIA en Buenos Aires provocó una intervención policial. Al no poder contactar al propietario, se realizó una explosión controlada para descartar amenazas. El vehículo, sin materiales peligrosos, generó preocupación por el antecedente del atentado de 1994. No hubo lesionados ni daños.
Explosión controlada ante una camioneta sospechosa
Una camioneta mal estacionada frente a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en la Ciudad de Buenos Aires generó una intervención policial el lunes por la noche. Ante la imposibilidad de contactar al propietario del vehículo y siguiendo los protocolos de seguridad, la Policía de la Ciudad realizó una explosión controlada para descartar posibles amenazas.
El vehículo, una Renault Kangoo blanca sin ocupantes, permaneció estacionado en un sector no permitido sobre la calle Pasteur, en proximidades del edificio de la AMIA, donde en 1994 se perpetró un atentado con explosivos. La presencia del rodado en un área de alta vigilancia suscitó sospechas y movilizó a los equipos especializados en desactivación de explosivos.
Fuentes policiales confirmaron que, tras analizar la unidad con escáneres y robots de inspección, se determinó forzar su apertura mediante una detonación controlada, ya que no se había identificado de inmediato al titular del vehículo. Finalmente, se constató que el rodado no contenía materiales peligrosos.
Operativo y antecedentes de seguridad
El operativo estuvo a cargo de la Brigada de Explosivos de la Policía de la Ciudad, con apoyo de Bomberos y personal del SAME. La zona fue acordonada y se interrumpió la circulación vehicular y peatonal durante varias horas mientras se realizaban las tareas de inspección y detonación.
Tras la explosión controlada, se logró identificar al propietario del vehículo, quien explicó que se había detenido en el lugar por problemas mecánicos. No se reportaron lesionados ni daños adicionales a los previstos dentro del protocolo de seguridad.
La situación generó preocupación debido al antecedente del atentado contra la AMIA el 18 de julio de 1994, que dejó 85 muertos y cientos de heridos. Desde entonces, el área cuenta con estrictos controles de seguridad, incluyendo vigilancia permanente y restricciones de estacionamiento.
Autoridades destacaron que el accionar de las fuerzas de seguridad sigue protocolos internacionales para este tipo de amenazas y que todas las medidas adoptadas buscan prevenir cualquier riesgo para la población.