La Justicia argentina ordenó la captura internacional de Daniel Ortega y Rosario Murillo por violaciones a los derechos humanos en Nicaragua. Acusados de crímenes de lesa humanidad, enfrentan denuncias de represión sistemática y torturas. Esta medida destaca el principio de jurisdicción universal y busca combatir la impunidad en delitos graves.[Collection]
Captura internacional de Ortega y su esposa por violaciones de derechos humanos
La Justicia argentina, a través del juez federal Ariel Lijo, emitió una orden de captura internacional contra Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, quienes actualmente lideran el régimen en Nicaragua. La medida se fundamenta en el principio de jurisdicción universal, un marco legal que permite a países procesar delitos de lesa humanidad, independientemente del territorio en el cual se hayan cometido.
Acusaciones por graves crímenes de lesa humanidad
La pareja presidencial de Nicaragua enfrenta diversas acusaciones, incluidas asesinato, secuestro, desaparición forzada de personas y torturas. Estos delitos, enmarcados como crímenes de lesa humanidad según el derecho internacional, responden a denuncias de represión sistemática contra opositores políticos y civiles en el país centroamericano. La brutalidad de las acciones imputadas a Ortega y Murillo ha suscitado condenas tanto a nivel regional como global.
La decisión del juez argentino establece un precedente significativo en la lucha contra la impunidad en casos de violaciones a los derechos humanos. Ariel Lijo, conocido por su rigurosidad y enfoque en crímenes complejos, argumentó que las denuncias en Nicaragua ameritan investigación independiente debido al colapso de las instituciones legales y democráticas en el país.
Fundamento jurídico: el principio de jurisdicción universal
El principio de jurisdicción universal resulta clave para comprender la resolución judicial. Este enfoque legal permite a un país ejercer jurisdicción sobre delitos de gravedad internacional, como genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad, aunque estos se hayan realizado fuera de sus fronteras. Esta herramienta adquiere especial relevancia en situaciones en que el sistema judicial del país de origen está incapacitado para actuar o es cómplice de los crímenes.
En la práctica, este principio ha sido aplicado en casos emblemáticos, como el arresto del exdictador chileno Augusto Pinochet en Londres en 1998. En el caso de Ortega y Murillo, múltiples informes de organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han señalado que el régimen nicaragüense obstaculiza sistemáticamente las denuncias y evita cualquier tipo de rendición de cuentas.
El contexto de Nicaragua bajo el régimen Ortega-Murillo
Desde que Daniel Ortega volvió al poder en 2007, el país ha experimentado un creciente deterioro en términos democráticos y de derechos humanos. La última serie de represiones comenzó en 2018, cuando protestas masivas contra el gobierno fueron reprimidas violentamente, dejando cientos de muertos, miles de heridos y decenas de desaparecidos. Varios líderes opositores, periodistas y defensores de derechos humanos han denunciado detenciones arbitrarias, torturas y ataques orquestados por el gobierno.
Rosario Murillo, vicepresidenta y esposa de Ortega, ha sido señalada como una de las principales arquitectas de la represión. Su control estricto sobre los medios estatales y su discurso incendiario han fomentado un clima de hostilidad hacia quienes critican al régimen. Según cifras oficiales de organismos independientes, aproximadamente 400 personas han sido asesinadas desde 2018 como parte de una campaña de represión estatal.
Reacciones internacionales a la orden de captura
La decisión de Ariel Lijo ha generado ecos inmediatos en la comunidad internacional. Diversos países y organismos se pronunciaron a favor de la medida, considerándola una acción necesaria ante la falta de justicia en Nicaragua. “Esta es una señal clara de que las violaciones a los derechos humanos no quedarán impunes, indistintamente de su ubicación geográfica”, declaró un vocero de Human Rights Watch.
Por su parte, en Nicaragua, el régimen Ortega-Murillo no emitió declaraciones oficiales tras el anuncio de la orden de captura. Sin embargo, voceros cercanos al gobierno calificaron las acusaciones como “intervencionismo extranjero”, postura recurrente del régimen cuando enfrenta críticas. En tanto, opositores nicaragüenses en el exilio celebraron el fallo como una victoria parcial en su lucha por justicia.
Implicancias legales y diplomáticas
La orden de captura internacional puede tener significativas implicancias legales y diplomáticas para Ortega y Murillo, quienes ahora podrían enfrentar restricciones de movimiento fuera de Nicaragua. Al estar el sistema judicial argentino respaldado por acuerdos internacionales, varios países podrían colaborar en la eventual captura de la pareja.
Expertos en derecho internacional consideran que esta medida, aunque simbólica, podría presionar a otras naciones a actuar en casos similares y abriría espacio para investigaciones internacionales más amplias. “El mensaje es claro: no existe refugio seguro para quienes cometen crímenes contra la humanidad”, afirmó un especialista en derechos humanos con base en Buenos Aires.
Fuente: Redacción Clarín