Reunión crucial en Buenos Aires une a migrantes y autoridades locales para fomentar la inclusión. Referentes de comunidades en San Isidro y Tigre discuten necesidades y políticas públicas. Con un enfoque en la igualdad y la justicia social, se busca transformar la exclusión en oportunidades. Una apuesta por una Argentina más integrada.[Collection]
Reunión clave en zona norte: migrantes y gobierno tejen lazos
La Secretaría de Políticas Poblacionales de la Provincia de Buenos Aires se convirtió este viernes en el epicentro de una convocatoria esencial: referentes de comunidades migrantes de los municipios de San Isidro, San Fernando, Tigre y Vicente López se reunieron con el objetivo de profundizar las articulaciones entre las necesidades de los migrantes y las políticas públicas locales. Bajo un clima de diálogo y diversidad cultural, el encuentro buscó no solo escuchar, sino también actuar. Es una apuesta por transformar las décadas de exclusión en una agenda de inclusión que priorice las voces de quienes, históricamente, han sido relegados.
Condiciones migrantes: entre demandas históricas y nuevos horizontes
El evento, que tuvo lugar en San Isidro, reflejó dos caras de una realidad compleja y desafiante. Por un lado, la fortaleza de las comunidades migrantes que han resistido crisis económicas y políticas, forjando su identidad y derechos en nuestro país. Por otro, la estigmatización que aún persiste en ciertos sectores sociales y que dificulta su acceso pleno a derechos fundamentales como el trabajo, la salud y la educación.
“La coordinación entre las comunidades y los municipios es imprescindible para construir políticas efectivas de integración. Necesitamos acciones concretas que reflejen los valores de igualdad y justicia social”, remarcó una de las autoridades presentes, dejando en claro que no se trataba solo de escuchar, sino de construir una agenda en conjunto.
Voces que resuenan: historias detrás de las estadísticas
Los contextos de migración muchas veces se narran desde los números. Sin embargo, el encuentro fue testigo de relatos en primera persona, testimonios que hacen evidente que detrás de cada migrante hay historias de lucha, esperanza y también de frustración ante barreras estructurales que parecieran infranqueables.
Una de esas voces fue la de Angélica Saavedra, referenta de la comunidad boliviana en Tigre, quien destacó: “Lo que nos falta no son ganas de integrarnos, lo que nos falta es que el sistema no nos cierre la puerta. Muchas veces tenemos doble esfuerzo: trabajar más y demostrar que somos igual de válidos que cualquier ciudadano argentino”. Su testimonio generó un fuerte aplauso en la sala, que parecía reafirmar ese destino compartido de unidad en la diversidad.
Trabajo en red: la gran apuesta
Uno de los objetivos más destacados del evento fue delinear estrategias de acción para fortalecer el trabajo en red entre los municipios participantes. A través de mesas de trabajo específicas, se plantearon propuestas concretas que giraron en torno a la regularización migratoria, la mejora del acceso a servicios esenciales y el fortalecimiento de los lazos interculturales.
“Estos encuentros son fundamentales porque nos permiten conocernos mejor entre todos los actores involucrados. Si bien somos cuatro municipios con problemáticas parecidas, cada uno tiene sus particularidades y objetivos específicos”, explicó Patricia Duarte, funcionaria de Políticas Poblacionales, resaltando la importancia de un enfoque territorial y federado en las soluciones.
El desafío de integrar sin fragmentar
En una Argentina que atraviesa desafíos políticos y económicos, la situación de las comunidades migrantes a menudo queda relegada en las prioridades de los gobiernos. No obstante, como quedó claro en este encuentro, los referentes no piden privilegios, sino igualdad y condiciones dignas. Lo que está en juego no es solo cómo se estructura la migración en las zonas urbanas, sino también cómo una provincia como Buenos Aires puede convertirse en un ejemplo de integración en todo el país.
Ahora, el desafío que emerge de esta reunión es claro: convertir las palabras en acciones tangibles. Según trascendió, se realizarán reuniones periódicas para evaluar avances, algo que para los migrantes es fundamental. “La constancia es lo que necesitamos. Muchas veces se prometen cosas que luego quedan en el aire. Queremos que esta vez sea diferente”, expresó Roberto Velarde, un joven activista de la comunidad peruana de San Fernando.
Estos encuentros no son solo espacios de debate, sino también pruebas contundentes sobre las posibilidades de un país que, a pesar de sus crisis, sigue siendo tierra de oportunidades para quienes llegan con sueños y ganas de aportar. Porque, como expresó una de las participantes en el cierre del evento, “los migrantes no venimos solo a buscar. También venimos a dar.”