Los controles de alcoholemia en Buenos Aires durante Año Nuevo mostraron una disminución de casos positivos al 2,8%, frente al 4% en Navidad. A pesar de esto, un conductor registró 2,52 gramos, lo que generó preocupación. Las campañas de concientización y opciones de transporte seguras han contribuido a esta mejora.[Collection]
Controles de Alcoholemia en Año Nuevo: Resultados y Sorpresas
Los controles de alcoholemia realizados durante la celebración de Año Nuevo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires arrojaron un descenso en los casos positivos, según datos oficiales proporcionados por el Gobierno porteño. Comparados con los operativos desplegados en Navidad, las cifras evidencian una disminución significativa, que fue celebrada por las autoridades locales. Sin embargo, se mantuvieron presentes casos alarmantes de conductores con altos niveles de alcohol en sangre, lo que sigue preocupando a las autoridades.
Un balance más favorable: disminución de casos positivos
De acuerdo con los registros publicados, de los más de 3.500 conductores que se sometieron a los tests de alcoholemia desplegados en los puntos más estratégicos de la Ciudad, solo un 2,8% resultaron positivos, lo que representa un descenso con respecto al 4% reportado en el operativo del 25 de diciembre. “Estos resultados muestran los frutos de la constante labor de concientización que venimos desarrollando”, señaló un portavoz de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas porteña.
La avenida 9 de Julio, los accesos principales a la General Paz, y barrios como Palermo y Belgrano fueron los escenarios principales de los operativos, los cuales contaron con la colaboración de efectivos de Policía de la Ciudad y agentes de tránsito. La presencia del alcoholímetro fue clave para detectar infracciones, así como para transmitir un mensaje preventivo acompañado de un fuerte despliegue visual.
Casos extremos: el dosaje más alto y sanciones previstas
Pese a la baja general registrada en Año Nuevo, llamó especialmente la atención de las autoridades el caso de un conductor que alcanzó un dosaje de 2,52 gramos de alcohol por litro de sangre. Este registro fue descrito como “extremadamente alarmante” por los responsables de los operativos. Según lo establecido por la normativa vigente, el límite permitido para conductores particulares es de 0,5 gramos por litro, mientras que quienes superan ese monto enfrentan sanciones inmediatas.
Entre las penalidades previstas para los infractores se incluyen una multa que oscila entre 25.000 y 180.000 pesos, el retiro de la licencia de conducir, retención del vehículo e, incluso, la obligación de asistir a un curso de seguridad vial como medida de reeducación. Autoridades remarcaron que aquellos que registren valores superiores a 1 gramo podrían enfrentar inhabilitaciones más prolongadas y mayores sanciones económicas.
Factores que contribuyeron a la reducción
La reducción en los resultados positivos podría atribuirse a varias razones. Una de las principales es el trabajo constante de campañas de concientización lanzadas por el Gobierno porteño en los meses previos a las festividades. “Hacemos especial hincapié en visibilizar los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol. El mensaje es claro: si vas a beber, no manejes”, afirmó la Secretaría de Transporte y Obras Públicas.
Otras medidas que podrían haber contribuido incluyen el auge de opciones de transporte alternativas, como VTC (vehículos de transporte con conductor) y taxis, que brindaron sus servicios de forma reforzada en la noche de Año Nuevo. La comodidad de contar con una opción segura para regresar a casa parece haber calado en una parte considerable de la población porteña, disminuyendo así las probabilidades de accidentes.
Más esfuerzo, menos accidentes
Si bien el principal enfoque de los controles es la prevención y la sanción, las autoridades destacaron que uno de los indicadores más alentadores fue la notable reducción en los accidentes viales reportados en comparación con la noche de Navidad. Según los datos preliminares, no se registraron muertes en la vía pública vinculadas al consumo de alcohol, lo que fue considerado un éxito rotundo por parte de las autoridades locales.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad confirmó que este tipo de controles seguirán llevándose a cabo durante todo el verano, periodo en el que históricamente se incrementan los eventos sociales y, con ellos, el consumo de alcohol. “No podemos bajar la guardia. Vamos a continuar reforzando las medidas preventivas para garantizar la seguridad de todos los porteños”, concluyó un funcionario cercano al caso.
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