La tensión entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Nación se agrava por la crisis carcelaria. Con más de 2.400 detenidos en comisarías, la falta de traslados al Servicio Penitenciario Federal genera hacinamiento. Ambos gobiernos se acusan, pero aún no hay soluciones concretas para mejorar las condiciones de detención.“`html
Creciente tensión entre Ciudad y Nación por la crisis carcelaria
El conflicto por la crisis carcelaria entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Nación se intensifica. Las autoridades porteñas sostienen que la situación se agravó con la actual administración nacional y apuntan a una falta de cooperación en la gestión del sistema penitenciario. En el centro del debate se encuentra la superpoblación en comisarías y alcaidías de la Ciudad, donde, según datos oficiales, hay más de 2.400 detenidos bajo custodia.
Funcionarios de la Ciudad denuncian que la falta de traslados a unidades del Servicio Penitenciario Federal empeora las condiciones en los centros de detención locales. Desde la Nación, en cambio, se argumenta que el problema es estructural y que su origen se remonta a administraciones pasadas. ¿Cuáles son los factores que han llevado a esta situación? ¿Qué medidas se están adoptando para resolver esta problemática?
Acusaciones cruzadas y posturas enfrentadas
El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Waldo Wolff, destacó que el aumento de detenidos en comisarías se debe a la falta de traslados por parte del Servicio Penitenciario Federal. En este sentido, sostuvo que, desde el cambio de gestión en diciembre de 2023, la situación empeoró debido a la disminución de cupos para presos en cárceles federales, lo que generó un colapso en los centros de detención de la Ciudad.
Desde la Nación, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, aseguró que la crisis carcelaria es una problemática de larga data y que se están evaluando medidas para descongestionar las dependencias policiales. Entre las soluciones en análisis figura la posibilidad de construir nuevas unidades penitenciarias y generar acuerdos con otras provincias para trasladar detenidos.
La Ciudad sostiene que alrededor del 90% de los detenidos en sus alcaidías y comisarías tienen prisión preventiva y deberían estar bajo custodia del sistema penitenciario federal. Sin embargo, el Gobierno nacional argumenta que el problema radica en una mayor cantidad de detenciones producto de políticas de seguridad más estrictas, lo que ha generado una sobrecarga en todas las unidades del país.
Impacto en las condiciones de detención
El hacinamiento en los centros de detención porteños ha sido motivo de advertencias por parte de organismos de derechos humanos y especialistas en el sistema penitenciario. Informes recientes indican que algunas alcaidías cuentan con más del doble de su capacidad prevista, lo que genera preocupaciones sobre la salubridad, la seguridad y la situación legal de los internos.
Desde el Ministerio de Justicia porteño afirmaron que han realizado reiterados pedidos para que el Servicio Penitenciario Federal reciba a los detenidos. En contraparte, el Gobierno nacional sostiene que la crisis no se soluciona solo con más cupos, sino con una reforma estructural del sistema carcelario que permita una distribución más equitativa y eficiente.
Mientras tanto, la tensión política continúa sin un acuerdo concreto a la vista. Funcionarios de ambas administraciones han declarado que están abiertos al diálogo, pero las diferencias persisten. ¿Será posible encontrar una solución conjunta que atienda la necesidad urgente de descongestionar los centros de detención y garantizar condiciones adecuadas para los presos?
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