Estados Unidos está considerando retirar a Cuba de su lista de patrocinadores del terrorismo, un cambio en la política exterior que podría mejorar las relaciones económicas y comerciales. Esta decisión, aún sin confirmación oficial, sigue a críticas de la inclusión cubana y podría facilitar un diálogo renovado entre ambas naciones.
Según fuentes consultadas por la agencia Associated Press (AP), el gobierno de Estados Unidos está en camino de sacar a Cuba de su lista de países patrocinadores del terrorismo. Este movimiento marca un cambio importante en la política exterior estadounidense hacia la isla, una relación que ha estado marcada por décadas de tensiones diplomáticas y económicas.
El listado en cuestión, elaborado por el Departamento de Estado, incluye actualmente a Cuba junto a otros países como Irán, Corea del Norte y Siria. Al estar incluida, la isla enfrenta sanciones económicas, restricciones financieras y un daño significativo a su reputación internacional. Para ser retirada de este listado, se requiere de un proceso exhaustivo que, según las fuentes de AP, está ya en marcha.
Razones detrás de la posible decisión
La inclusión de Cuba en esta lista fue reinstaurada en enero de 2021 durante los últimos días de la administración de Donald Trump, bajo el argumento de que el país albergaba prófugos de la justicia estadounidense y miembros de grupos guerrilleros como el ELN (Ejército de Liberación Nacional) de Colombia. Dicha designación fue ampliamente criticada por demócratas, analistas internacionales e incluso miembros de la comunidad cubanoamericana que favorecen un acercamiento bilateral.
Las fuentes consultadas explicaron que la administración de Joe Biden ha estado reevaluando esta designación como parte de un esfuerzo más amplio por restablecer el diálogo entre Washington y La Habana. Sin embargo, no se ha anunciado oficialmente una fecha para la decisión final ni si habrá condiciones específicas relacionadas con el posible retiro de Cuba del listado.
Impacto para Cuba y Estados Unidos
Para Cuba, ser retirada de la lista representaría un alivio en medio de una grave crisis económica marcada por la pandemia de COVID-19, la disminución del turismo y las continuas sanciones del embargo estadounidense que lleva más de 60 años. Al mismo tiempo, podría abrir la puerta para mejorar las relaciones económicas y comerciales con terceros países y desbloquear accesos a financiamiento internacional, especialmente en organismos que actualmente se ven limitados por la designación de patrocinador del terrorismo.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la decisión podría tener implicancias políticas. El tema de Cuba sigue siendo una cuestión divisiva, particularmente en el estado clave de Florida, donde vive una gran parte de la diáspora cubanoamericana. Sectores conservadores dentro de ambos partidos podrían criticar cualquier movimiento percibido como un gesto amigable hacia el gobierno cubano.
Reacciones internacionales y balance diplomático
Diversos actores internacionales han abogado en repetidas ocasiones por la eliminación de Cuba del listado. En particular, numerosos países latinoamericanos y organizaciones internacionales han señalado que la inclusión de la isla ha sido más un movimiento político que una determinación basada en evidencia concreta. En 2015, durante la administración Obama, Cuba había sido retirada de esta misma lista en el marco del deshielo diplomático iniciado por ambos países.
De concretarse la remoción, la decisión podría contribuir a restablecer puentes diplomáticos entre ambas naciones, que han tenido una relación compleja desde la Revolución Cubana de 1959. No obstante, aún resta por evaluar si esta medida irá acompañada de otros cambios significativos, como el levantamiento de algunas restricciones derivadas del embargo económico.
Sin confirmación oficial hasta la fecha
A pesar de las fuentes recabadas por la agencia AP, hasta el momento no ha habido confirmación oficial por parte de la Casa Blanca ni del Departamento de Estado. El proceso de revisión y eventual remoción de un país del listado implica una serie de pasos burocráticos que pueden prolongarse por semanas o meses.
Por su parte, las autoridades cubanas, incluidos altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, han reiterado en numerosas ocasiones que la inclusión de su país en la lista es “infundada” y “políticamente motivada”. En diversos foros internacionales, Cuba ha demandado su exclusión al considerar que no cumple con ninguno de los criterios estipulados para estar en dicha clasificación.
Este nuevo posible giro en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se suma a otras señales de interés mutuo, como el restablecimiento de algunos programas de visas y la reapertura de canales de comunicación bilateral que habían sido abandonados durante la administración anterior.
Información de fuente: Agencia AP