El agua, esencial para la vida, podría existir desde casi el Big Bang, hace 13.800 millones de años. Formada a partir de hidrógeno y oxígeno en nubes interestelares, se ha encontrado en cuerpos celestes y es clave en la búsqueda de vida extraterrestre. Su estudio revela la conexión entre el cosmos y la vida.[Collection]
¿Desde cuándo existe el agua en el universo y su origen?
El agua, uno de los componentes esenciales para la vida tal como la conocemos, ha sido un tema de intenso estudio en la ciencia durante décadas. Lo que antes parecía exclusivo de nuestro planeta ahora se revela como un recurso cósmico con orígenes que se remontan a los momentos más tempranos del universo. Investigaciones recientes sugieren que el agua no solo está presente en la Tierra, sino que podría haber existido en el universo desde casi el Big Bang, aproximadamente hace 13.800 millones de años.
La formación del agua: una historia del cosmos
La creación del agua en el universo está intrínsecamente ligada a la formación de dos de sus elementos principales: hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno, el elemento más ligero y abundante del universo, se originó minutos después del Big Bang. Sin embargo, el oxígeno no apareció sino hasta mucho más tarde, cuando grandes estrellas comenzaron a fusionar átomos en su interior, produciendo elementos más pesados. Expulsado al espacio tras la muerte de estas estrellas, el oxígeno encontró el hidrógeno en regiones interestelares, dando lugar a moléculas de agua.
Según diversos estudios, las primeras moléculas de agua comenzaron a formarse hace más de 12.000 millones de años, dentro de las densas nubes de gas y polvo que eventualmente dieron paso a la formación de nuevas estrellas y sistemas planetarios. Este proceso permitió que pequeños rastros de agua quedaran atrapados en cometas, asteroides y otros cuerpos celestes, lo que hoy día permite encontrar agua incluso en los lugares más remotos del universo.
El agua más allá de la Tierra
La percepción de que el agua es un fenómeno exclusivamente terrestre quedó atrás. El avance de la tecnología, como los telescopios espaciales y las sondas interplanetarias, ha permitido identificar la presencia de agua en varios rincones del Sistema Solar. Se sabe, por ejemplo, que Europa, una de las lunas de Júpiter, posee un vasto océano subterráneo bajo una capa de hielo. Del mismo modo, Marte presenta depósitos de agua congelada en sus polos, e incluso hay evidencia que sugiere que flujos intermitentes de agua líquida han existido en su superficie en épocas pasadas.
Por su parte, la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea halló agua en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, corroborando la teoría de que los cometas pudieron haber llevado agua a los planetas en las etapas iniciales del Sistema Solar. Incluso más allá de nuestro vecindario cósmico, se han encontrado señales de agua en los discos de formación planetaria de sistemas estelares lejanos, aunque todavía se desconoce en qué cantidad.
¿Cómo sabemos que el agua existió desde el principio?
La posibilidad de que el agua haya existido casi desde el principio del universo se basa en estudios espectroscópicos y modelos cosmológicos que analizan la luz emitida y absorbida por moléculas en regiones lejanas del espacio. Un estudio liderado por un equipo internacional de astrónomos en 2020 detectó moléculas de agua en galaxias situadas a miles de millones de años luz de distancia. Estas detecciones, realizadas con telescopios como el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile, confirman que el agua ya formaba parte del ecosistema químico en las primeras etapas de formación galáctica.
El análisis isotópico de meteoritos que han caído en la Tierra también ha proporcionado pistas sobre la presencia temprana del agua en el cosmos. Isótopos presentes en estos fragmentos espaciales coinciden con la “huella química” del agua que habría acompañado a la formación del Sistema Solar hace unos 4.600 millones de años.
El papel del agua en la búsqueda de vida
El descubrimiento de agua fuera de la Tierra alimenta la esperanza de encontrar vida en otros rincones del cosmos. Dado que el agua es un solvente universal y una molécula clave para reacciones químicas necesarias para la biología, los astrónomos consideran su presencia uno de los indicadores principales para evaluar la habitabilidad de otros mundos. Misiones futuras como Europa Clipper (NASA) y JUICE (ESA) tienen como objetivo estudiar de cerca lugares ricos en agua, como Europa y Ganímedes, con la esperanza de descifrar si estos ambientes podrían sustentar vida.
Sin embargo, la mera presencia de agua no garantiza la existencia de vida. Para que la vida prospere, también necesita condiciones específicas como fuentes de energía y ambientes estables. A pesar de esto, las nuevas investigaciones sobre el agua en el universo no solo amplían nuestro conocimiento sobre la distribución y abundancia de este recurso, sino que también nos invitan a profundizar en los misterios que rodean el origen de la vida misma.
Conclusión: un universo permeado por agua
El agua no solo es crucial para entender cómo surgió la vida en la Tierra, sino que también es una pieza clave del rompecabezas cósmico. Desde su probable origen en las primeras etapas del universo hasta su distribución a través de galaxias enteras, el agua es una constante que subraya la interconexión entre los eventos cósmicos y la vida misma. Con cada avance tecnológico y descubrimiento científico, nos acercamos más a comprender el papel del agua en la historia del universo y su vínculo con nuestro propio lugar en él.
Fuente: Lucía Jauzaty