Jorge Lanata, pionero del periodismo argentino, fundó Página 12 en 1987, desafiando las normas del medio. Desde un modesto departamento en San Telmo, el diario priorizó relatos profundos y críticos. Su legado perdura, influyendo en el periodismo actual y recordando la importancia de enfrentar al poder y dar voz a los silenciados.[Collection]
Recuerdos desde la Calle Defensa
Era 1987 cuando el periodismo argentino atestiguó el nacimiento de un medio que marcaría a generaciones: Página 12. En un modesto departamento del primer piso sobre la calle Defensa 372, en el barrio porteño de San Telmo, un grupo de periodistas visionarios liderados por Jorge Lanata, más conocido como “El Flaco”, levantaron los cimientos de un proyecto que prometía desafiar las reglas del periodismo tradicional.
El departamento no parecía tener las condiciones ideales para alojar una redacción que tenía ambiciones disruptivas. Los escritorios improvisados, el ruido constante de las máquinas de escribir y una atmósfera cargada de humo de cigarrillos le daban un aire clandestino, casi de rebeldía, acorde al espíritu del diario en sus primeros pasos. Un equipo reducido, que apenas superaba las 20 personas, trabajaba horas interminables con la única intención de ofrecer algo distinto, algo que desafiara al lector a pensar más allá de los titulares estándar.
El desafío de romper moldes
Jorge Lanata, quien apenas tenía 26 años en aquel momento, asumió el desafío de dirigir esta nueva aventura editorial. Para muchos, parecía una decisión arriesgada. Página 12 no se ajustaba a los formatos consagrados; evitaba priorizar las noticias frías y, en su lugar, se enfocaba en las historias pequeñas, en los matices de lo cotidiano y en un tratamiento crítico de los temas nacionales. Desde la primera edición, publicada el 26 de mayo de 1987, quedó claro que el diario prefería las crónicas extensas y los enfoques profundos, características entonces inusuales en el periodismo gráfico.
Lanata apostó a una estética minimalista para el diseño del diario, que prescindía deliberadamente de colores fuertes y grandes titulares. “Decidimos que las notas no debían gritar para ser leídas”, declararía Lanata en entrevistas posteriores. Esta visión contrastaba con la tendencia amarillista predominante en la época, posicionando al periódico como una alternativa culta e independiente, destinada a un público crítico que buscaba profundizar en las raíces de los eventos.
Nombres detrás de un legado
El equipo fundador de Página 12 aglutinó a jóvenes talentos que luego se destacarían en el ámbito periodístico. Junto a “El Flaco”, figuras como el periodista Horacio Verbitsky ocuparon lugares claves en la redacción. La confianza mutua entre los miembros, sumada al liderazgo de Lanata, se convirtió en uno de los pilares fundamentales para llevar adelante un proyecto con recursos limitados pero ambiciones extraordinarias.
Desde aquel viejo departamento en la calle Defensa, Página 12 construyó un espacio donde se gestaron investigaciones memorables y coberturas controversiales. La sección “Sociedad” ganó renombre por explorar problemáticas poco tratadas hasta entonces, como la pobreza, el desempleo y los derechos humanos. En este sentido, Página 12 hizo eco de las inquietudes y heridas de una Argentina que aún procesaba las cicatrices de la dictadura militar.
Reconocimiento y consolidación
Pese a las limitaciones iniciales, Página 12 logró establecerse rápidamente como una referencia en el periodismo crítico nacional. Durante sus primeros años, enfrentó desafíos económicos, una circulación limitada y dudas por parte del mercado publicitario, pero nunca cedió en su esencia. Jorge Lanata, con su estilo frontal y provocador, se convirtió en el rostro visible del medio, aunque insistía en que el proyecto era resultado de un trabajo colectivo.
A medida que Página 12 creció, también se internacionalizó su alcance. Algunas de sus investigaciones impactaron más allá de las fronteras argentinas, consolidando la reputación del diario como un bastión del periodismo independiente. Es importante destacar que el enfoque de Lanata jamás residió en el volumen de lectores, sino en la influencia que sus artículos y editoriales podían tener en los debates públicos.
El impacto de Jorge Lanata en la disciplina
El legado de Jorge Lanata en el periodismo no se limita exclusivamente a la fundación de Página 12. Su nombre trasciende como un ícono que redefinió los estándares del oficio en Argentina. Tras su tiempo al frente del diario, Lanata exploró diferentes formatos y plataformas, desde libros y programas radiales hasta televisión. Cada uno de estos proyectos compartió un hilo conductor: la búsqueda incansable de la verdad y el cuestionamiento al poder establecido.
Lanata también dejó claro que para ser periodista no bastaba con reproducir información, sino que el verdadero compromiso estaba en interpelar al contexto, permitir que las voces de los sectores silenciados fueran escuchadas y estar dispuesto a asumir riesgos. Su enfoque recibió elogios, pero también críticas, lo que evidencia el impacto polarizador de su figura en el ámbito nacional.
Una herencia indeleble
Hoy, más de tres décadas después de aquella primera reunión en la calle Defensa, Página 12 sigue siendo una pieza fundamental en la historia del periodismo argentino. No obstante, el mérito de su creación está inexorablemente ligado a la figura de Jorge Lanata, quien supo transformar un anhelo colectivo en una realidad tangible. El viejo departamento ya no existe como redacción, pero la anécdota perdura como evidencia de que las ideas visionarias pueden nacer incluso en los espacios más humildes.
Con el paso del tiempo, los desafíos para el periodismo se han transformado, pero el ejemplo de Lanata y el equipo original de Página 12 se mantiene vigente: un recordatorio de que romper moldes no solo enriquece el oficio, sino que también fomenta una sociedad mejor informada y más consciente de su entorno.
Para más información sobre Jorge Lanata y su impacto en el periodismo argentino, consulta la publicación original de Ernesto Jackson en el siguiente enlace: https://www.clarin.com/opinion/flaco-lanata-imprescindible_0_T3l71enFN5.html