El papa Francisco, de 87 años, sufre una infección respiratoria que ha llevado al Vaticano a suspender sus actividades. Aunque no tiene neumonía, su salud ha sido motivo de preocupación. Su estado afecta su agenda, incluyendo reuniones importantes, mientras se mantiene en contacto con decisiones clave para la Iglesia católica.
El estado de salud del papa Francisco
El papa Francisco, de 87 años, ha sido diagnosticado con una infección en las vías respiratorias que le ha provocado fiebre. Según informó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, se ha decidido que el pontífice suspenda sus actividades para permitir su recuperación. La noticia generó preocupación, dado que en los últimos meses su salud ha sido motivo de atención, especialmente tras sus recientes problemas respiratorios.
El Vaticano aclaró que Francisco no presenta neumonía, pero los médicos le recomendaron reposo para evitar complicaciones. En los últimos meses, el Papa ha reducido algunas de sus audiencias y ha delegado parte de su trabajo debido a problemas de movilidad y afecciones respiratorias previas. En marzo de 2023, fue hospitalizado por una bronquitis infecciosa, lo que llevó a reforzar las precauciones en torno a su salud.
Desde su elección en 2013, Jorge Bergoglio ha afrontado diversas dificultades médicas, incluyendo una operación de colon en 2021 y problemas recurrentes en la rodilla, que lo han obligado a utilizar una silla de ruedas en varias ocasiones. Además, sufre problemas pulmonares desde una infección que padeció en su juventud. En cada ocasión, el Vaticano ha subrayado su capacidad para continuar con su labor pese a estos inconvenientes.
Repercusiones en la agenda papal
La suspensión de actividades del Papa ha generado interrogantes sobre la continuidad de su agenda y la gestión de su liderazgo dentro de la Iglesia católica. Entre los eventos afectados está su audiencia con el presidente de Paraguay, Santiago Peña, que debía realizarse en el Vaticano. Aunque no fue cancelada oficialmente, sí se postergó su realización a la espera de la evolución del estado de salud del pontífice.
Pese a su malestar, Francisco ha seguido manteniendo reuniones privadas en la residencia de Casa Santa Marta, donde descansa y recibe atención médica. Fuentes cercanas al Vaticano aseguran que el Papa sigue involucrado en la toma de decisiones y en la gestión de los compromisos futuros, aunque con algunas restricciones impuestas por su equipo médico.
En los últimos meses, se han intensificado los rumores en torno a una posible renuncia similar a la de su predecesor, Benedicto XVI, quien en 2013 se convirtió en el primer pontífice en renunciar en más de 600 años. No obstante, Francisco ha manifestado en varias ocasiones que no ha considerado seriamente esta posibilidad y que, aunque su movilidad esté reducida, sigue en condiciones de liderar la Iglesia católica.
El impacto de la salud del Papa en el Vaticano
La salud del pontífice no solo es motivo de preocupación personal, sino que también tiene implicaciones en la estructura del Vaticano y en las relaciones con líderes religiosos y políticos. Francisco ha impulsado reformas dentro del Vaticano, que incluyen cambios en la administración financiera y esfuerzos por transparentar el manejo de los recursos de la Santa Sede. La posibilidad de que su estado de salud limite su participación activa en estos procesos plantea interrogantes sobre la continuidad de estas transformaciones.
Asimismo, el Papa tiene previstas visitas a varios países en los próximos meses, incluyendo un viaje a Bélgica y a otros destinos que aún no han sido confirmados oficialmente. Las dudas sobre su capacidad para cumplir con estos compromisos han llevado al Vaticano a mantener un monitoreo constante de su evolución médica. Si bien en ocasiones anteriores ha optado por delegar ciertas actividades a otros funcionarios de la Curia Romana, su presencia sigue siendo fundamental en eventos clave de la Iglesia católica.
En el ámbito internacional, Francisco ha desempeñado un papel activo en la mediación de conflictos y en la promoción del diálogo interreligioso. Su estado de salud es observado con atención por distintos líderes globales, especialmente en un contexto en el que el Papa ha buscado intervenir en crisis como la guerra en Ucrania y los conflictos en Medio Oriente.
Las próximas semanas serán clave para evaluar la recuperación del pontífice y determinar si podrá retomar completamente sus actividades. Mientras tanto, el Vaticano se mantiene alerta y continúa informando sobre su evolución, en un contexto donde la estabilidad de su liderazgo sigue siendo un tema de debate.