Fernando Sibilla renunció como presidente de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) por diferencias con el Gobierno. Su gestión enfocó en reestructuración y análisis de contratos. Su salida genera incertidumbre sobre el futuro de FAdeA, clave en la defensa nacional, en un contexto de reducción del gasto estatal.
Dimisión de Fernando Sibilla y su Impacto en FAdeA
Fernando Sibilla presentó su renuncia como presidente de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), cargo que ocupaba desde enero de 2024. La decisión se oficializó en las últimas horas y, según fuentes cercanas, responde a diferencias con el Gobierno nacional en torno al rumbo de la empresa, dependiente del Ministerio de Defensa.
Sibilla asumió la presidencia de FAdeA en un contexto de reestructuración dentro del sector aeronáutico, vinculado a las políticas de reducción del gasto en empresas estatales impulsadas por la administración de Javier Milei. Su gestión estuvo marcada por un proceso de reorganización interna y el análisis de contratos vigentes con las Fuerzas Armadas y otras instituciones estratégicas.
La salida de Sibilla se suma a otros movimientos recientes dentro del ámbito del Estado nacional en diversas áreas productivas y genera incertidumbre sobre el futuro de FAdeA. La compañía, con sede en Córdoba, posee una larga trayectoria en la fabricación y modernización de aeronaves y en el mantenimiento de flotas militares.
Reestructuración y Perspectivas para FAdeA
Bajo su dirección, FAdeA inició un proceso de revisión contractual y operativa, buscando optimizar recursos y evaluar nuevos proyectos en colaboración con el sector privado. Sin embargo, algunos especialistas sostienen que la incertidumbre económica y financiera del país afecta directamente la sustentabilidad de la fábrica.
El Gobierno de Javier Milei ha planteado la reducción de la participación estatal en ciertas industrias, lo que genera dudas sobre la continuidad de FAdeA en su formato actual. La empresa ha sido clave en el desarrollo de tecnologías para la Defensa Nacional, pero también ha enfrentado dificultades financieras en distintas gestiones.
Con la salida de Sibilla, se abre un interrogante sobre quién asumirá la conducción de la empresa y qué criterios aplicará el Gobierno para definir su futuro. Hasta el momento, no se ha anunciado quién lo reemplazará ni qué cambios podría traer la nueva administración.
¿Se orientará la empresa hacia una mayor participación privada? ¿Se avanzará con nuevos desarrollos productivos o se limitará su actividad? La incertidumbre respecto a FAdeA refleja un debate más amplio sobre el rol de las empresas bajo control estatal en el contexto actual de la economía argentina.