Los Premios Martín Fierro Digital 2025 reflejan el nuevo panorama del periodismo en Latinoamérica, destacando el liderazgo de Infobae y la creciente relevancia de medios digitales y alternativos. La gala subraya la importancia de la innovación, la narrativa visual y el federalismo informativo en un ecosistema mediático en evolución.
Premios Martín Fierro Digital 2025: un nuevo escenario de poder y legitimidad en el periodismo latinoamericano
La primera entrega de los Premios Martín Fierro de Portales Web, organizada por APTRA y transmitida en vivo, no fue solo una gala de reconocimiento: fue una radiografía del actual ecosistema mediático digital, sus nuevos liderazgos, su lógica competitiva y la reconfiguración de legitimidades en la industria de la información en Argentina y Latinoamérica.
El oro de la noche fue para Daniel Hadad, fundador de Infobae, que se consagró con el Martín Fierro de Oro a los Portales Web. Una declaración simbólica de enorme peso: Infobae no solo domina el tráfico, sino que también comienza a legitimarse, al menos en el plano local, como el sitio de referencia absoluto. Hadad, que ha construido su emporio comunicacional fuera de los moldes tradicionales del establishment mediático argentino, consolida su posición como actor de peso propio en la agenda nacional, sin la necesidad de los sellos tradicionales como Clarín o La Nación. El lauro no fue aislado: Infobae acumuló estatuillas en múltiples categorías, desde entrevista, cobertura judicial y sitio de noticias argentino hasta innovación editorial.
Con ese dominio no sorpresivo de Infobae, la lupa se posa sobre las tensiones latentes entre los nuevos medios nativos digitales y los consagrados del papel que intentan adaptarse al siglo XXI. La Nación y Clarín, sin la arrogancia de otrora, se sumaron a la competencia con galardones significativos. La Nación se llevó premios por sus columnistas Carlos Pagni (editorialista), José Del Río (columnista económico), Hugo Alconada Mon (investigación digital), y un premio por su cobertura editorial, mostrando que su pivot institucional hacia el formato “La Nación+” y su estrategia digital tienen resultados que exceden los clicks.
Clarín, por su parte, demostró oxígeno con premiaciones a su cobertura audiovisual y columnistas políticos, disputando todavía el terreno simbólico de la “opinión con peso”. Pero quedó claro que en esta nueva arena, las reglas son otras: la experiencia multiplataforma, la agilidad en contenidos y la innovación editorial pesan más que años de imprenta. Quien no innove, queda offside del nuevo ecosistema.
Otro dato revelador: el avance del federalismo digital. ElMarplatense.com se llevó el premio a mejor sitio del interior, y Sebastián Dumont, de LaPrensa.com.ar, fue reconocido como periodista de sitio regional. En un país históricamente concentrado en Buenos Aires, que medios del interior logren posicionarse marca una nueva lógica de distribución informativa y un cambio en el mapa del poder en la industria periodística.
También sorprendió la creciente influencia de sitios alternativos y de nicho. Realpolitik.com se llevó el premio a sitio de investigación, mostrando que incluso con escasa estructura se pueden producir contenidos que hagan ruido en la escena pública. Lapoliticaonline.com también fue reconocida como mejor sitio político, confirmando su capacidad para filtrar información sensible y meter ruido en la agenda política con fuentes propias.
Desde lo estético y narrativo, Página 12 también fue premiada por diseño integral, junto con medios como Crónica.com.ar y TN.com.ar, que lograron reconocimiento en narrativa urbana y actualidad. La competencia ya no solo pasa por publicar primero, sino por cómo se presenta el dato, cómo se narra el conflicto, y qué estética seduce al lector digital. La cobertura visual y audiovisual cobró protagonismo, y el galardón a Clarín por su serie documental “Archivos Messi: los 12 apóstoles” confirma que el periodismo narrativo cruzado con recursos cinematográficos es una vía de legitimación en la era del streaming.
Los premios, en definitiva, representan algo más que validaciones individuales. Son pistas concretas del orden simbólico que se impone en el ambiente digital: el mérito, por sobre la trayectoria; la innovación, por encima de la tradición; la agilidad narrativa, más que la solemnidad editorial. Se consolidan mecanismos nuevos de legitimidad desde el tráfico, pero también desde la producción de contenido original y profesional.
Por encima de la anécdota, lo que dejó esta primera edición de los galardones es un cambio de paradigma en marcha: los medios que entiendan que la narrativa digital necesita una lógica propia, que no es simple traslación del papel a la pantalla, sobrevivirán. El resto, quedará orbitando en torno a un poder que ya no los necesita.
Y, como pocas veces, una estatuilla fue el resumen perfecto de una década de transformación: el Martín Fierro que Hadad alzó no fue solo por tráfico; fue, quizá, el hito simbólico de que el periodismo digital maduró como industria, autonomía y poder.
