El Gobierno argentino congeló la incorporación de empleados públicos y despedirá a 36.000 trabajadores en 2024 como parte de una estrategia de recorte para reducir el gasto estatal. Se establecerá un examen de idoneidad para los nuevos postulantes. Las medidas generan divisiones políticas y críticas de sindicatos sobre su impacto social.[Collection]
Gobierno congela planta pública tras 36.000 despidos en 2024
El Ejecutivo nacional implementó este lunes nuevas medidas que endurecen las condiciones para ingresar a trabajar en el sector público. Entre las disposiciones más destacadas se encuentra el congelamiento de la planta de empleados estatales a nivel nacional, el cual se suma a la drástica decisión de despedir a 36.000 empleados públicos durante 2024.
Examen de idoneidad y restricciones de ingreso
A partir de esta normativa, cualquier persona que aspire a ser parte del empleo público deberá someterse a un examen de idoneidad. Esta evaluación tiene como objetivo garantizar que los nuevos ingresos al Estado sean altamente calificados y respondan a las necesidades específicas de cada área. Asimismo, se prohíbe la creación de nuevos puestos por tiempo indeterminado, salvo excepciones justificadas por criterios técnicos o estratégicos.
Además, aquellas vacantes que queden disponibles no podrán cubrirse de manera inmediata, sino que estarán sujetas a una aprobación previa por parte de organismos de control. Este ajuste incluye también la revisión detallada de los contratos temporarios vigentes.
El impacto de los despidos masivos
Durante el transcurso de 2024, el Gobierno confirmó el despido de 36.000 trabajadores estatales en el marco de su estrategia de recorte. Según fuentes oficiales, esta medida apunta a reducir el gasto público y equilibrar las cuentas fiscales en un contexto económico desafiante.
El economista y expresidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, se refirió a este escenario señalando que “una planta estatal más eficiente es clave para liberar recursos hacia sectores más productivos”. No obstante, desde sindicatos y organizaciones de empleados públicos surgieron críticas que advertían sobre el impacto negativo de los despidos en las familias afectadas y en la calidad de las prestaciones estatales.
Reacciones políticas y sociales
La decisión del Ejecutivo generó profundas divisiones en el ámbito político. Mientras sectores afines al oficialismo defendieron las restricciones argumentando que “eran necesarias para sanear la economía del país”, desde la oposición cuestionaron la falta de consulta previa y advirtieron sobre las posibles consecuencias sociales de estas medidas.
En cuanto a los gremios, la respuesta no se hizo esperar. Representantes de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) anunciaron su rechazo tajante a los despidos y advirtieron sobre un posible incremento de las protestas en las próximas semanas. “Esto no solo afecta a miles de familias, sino que también debilita los servicios esenciales que el Estado debe garantizar a la sociedad”, señalaron voceros de la organización.
Un contexto económico desafiante
El país enfrenta una inflación que, según las últimas estimaciones del INDEC, supera el 120% interanual, lo cual ha afectado gravemente los ingresos de los hogares y la capacidad del Gobierno para financiar diversas políticas públicas. En este sentido, estas medidas forman parte de un paquete más amplio de ajustes que busca contener la crisis fiscal.
Sin embargo, especialistas advierten que el impacto de estas decisiones podría acarrear tensiones en el corto plazo, ya que gran parte de los servicios y programas estatales dependen directamente del personal afectado por los recortes anunciados.
Próximos pasos
El Ejecutivo anunció que continuará avanzando con estas políticas de ajuste fiscal mientras explora alternativas para fortalecer las finanzas públicas. Por otro lado, se espera que en los próximos días se den a conocer más detalles sobre los criterios que regirán el nuevo examen de idoneidad y las condiciones bajo las cuales ciertas excepciones al congelamiento puedan implementarse.
El debate sobre la reforma del empleo público en Argentina se encuentra hoy en el centro de la agenda política, augurando un año 2025 marcado por discusiones intensas entre los diferentes actores sociales y políticos involucrados.