El Gobierno de Buenos Aires rechazó la solicitud del secretario de Turismo, Gustavo Hani, de posponer el inicio de clases para extender la temporada alta y apoyar al sector turístico. La ocupación hotelera ha disminuido un 30%, afectada por la crisis económica y el aumento de precios.[Collection]
Gobierno intenta salvar verano con cambios en inicio de clases
Con una temporada de verano marcada por la caída del turismo en los principales destinos del país, el secretario de Turismo, Gustavo Hani, solicitó formalmente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires retrasar el inicio del ciclo lectivo hasta después de los feriados de Carnaval. La propuesta busca incentivar la actividad económica en los destinos turísticos más perjudicados, como Mar del Plata y Bariloche, que enfrentan cifras alarmantes de ocupación hotelera y consumo. Sin embargo, la respuesta desde la administración porteña, liderada por Horacio Rodríguez Larreta, fue contundente: “No lo vamos a hacer”.
Los números detrás de la crisis turística
El turismo interno no ha alcanzado las expectativas del gobierno ni del sector privado. Según datos oficiales, la ocupación hotelera en destinos tradicionales ha caído en promedio un 30% en comparación con la misma época del año pasado. En Mar del Plata, uno de los epicentros del turismo estival, la ocupación apenas supera el 60%, muy lejos del 85% que caracterizaba otras temporadas. Bariloche, otro de los destinos clave, reporta una baja del 25% en reservas.
La principal causa detrás de esta caída es el golpe económico que afecta al bolsillo de los argentinos. Con el salario real deteriorado y los niveles de inflación en ascenso, muchas familias priorizan gastos esenciales por sobre las vacaciones. A su vez, los precios elevados en la gastronomía, el alojamiento y las actividades de recreación actúan como un desincentivo para los viajes dentro del país, empujando a algunos turistas a optar por destinos más económicos en países vecinos como Uruguay o Brasil.
El polémico pedido de posponer las clases
Ante este panorama crítico, Gustavo Hani elevó un pedido concreto al gobierno porteño: retrasar el inicio de las clases previsto para el 26 de febrero y postergarlo hasta después de Carnaval, cuyo feriado nacional está programado para el 12 y 13 de febrero. Según Hani, esta medida permitiría extender la temporada alta y dar un “respiro” al sector turístico. Argumentó que, históricamente, el período de vacaciones se ve drásticamente reducido cuando las familias deben regresar antes a sus lugares de residencia previa al inicio del ciclo escolar.
“El turismo es una de las principales fuentes de ingresos para muchas provincias. Retrasar el inicio de las clases puede marcar una diferencia en la recuperación del sector”, sostuvo Hani en declaraciones a la prensa.
El rechazo de la Ciudad de Buenos Aires
No obstante, la iniciativa fue descartada rápidamente por funcionarios de la Ciudad de Buenos Aires. Soledad Acuña, ministra de Educación porteña, declaró: “El calendario escolar ya está planificado y no se modifica por cuestiones coyunturales. Los chicos necesitan los 190 días de clase que garantizamos cada año”. Además, fuentes del gobierno porteño subrayaron que cambiar las fechas con tan poca antelación tendría un impacto negativo en los planes de las familias y la organización escolar.
La Ciudad, que cuenta con una población de aproximadamente 3 millones de habitantes y es núcleo de turistas que viajan hacia la Costa Atlántica durante el verano, cumple un rol clave en los flujos turísticos del país. Sin embargo, el rechazo a la propuesta no sorprendió al sector, ya que la postura del gobierno porteño ha sido históricamente inflexible en esta materia.
El debate sobre el equilibrio entre educación y turismo
La discusión sobre posponer el inicio de las clases no es nueva. Desde hace años, diversas cámaras empresariales y sindicatos relacionados al turismo han planteado esta idea como una estrategia para sostener la actividad económica durante los primeros meses del año. Sin embargo, los especialistas en educación suelen advertir sobre los riesgos de condicionar el calendario escolar a variables económicas.
Un reciente informe del Centro de Estudios de Educación y Sociedad señaló que menos días de clases o interrupciones en el calendario pueden afectar la continuidad pedagógica, especialmente en sectores más vulnerables de la población. En ese sentido, organismos como la Unión Docentes Argentinos (UDA) también expresaron su rechazo, recordando que “la educación no puede estar subordinada a criterios económicos inmediatos”.
En tanto, otros distritos del país, como la provincia de Buenos Aires, no se han pronunciado sobre un posible acompañamiento al pedido de Turismo, dejando en claro que las decisiones respecto al calendario escolar no suelen ser homogéneas entre las jurisdicciones.
Preocupación en el sector turístico
Mientras tanto, los prestadores turísticos y gastronómicos continúan alertando sobre la fragilidad de la temporada. Desde Mar del Plata, el titular de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, Eduardo Palena, calificó como “devastador” el impacto que tendría una temporada corta. “Si no logramos un alargue en el flujo de visitantes, muchos comercios van a cerrar sus puertas antes de lo previsto”, advirtió.
Asimismo, referentes del sector señalaron que las campañas de promoción y los descuentos vigentes no están siendo suficientes para movilizar a un público masivo. Muchos esperaban que el programa Previaje sirviera como un motor impulsor de reservas, pero los resultados hasta el momento no se han alineado con esas expectativas iniciales.
Con el verano en pleno desarrollo, el desafío para el gobierno nacional será encontrar la forma de revitalizar la actividad turística sin sacrificar otras prioridades, como la educación. Mientras tanto, los actores del sector observan con preocupación cómo avanzan los días del calendario sin cambios significativos en las cifras de ocupación y consumo.
Fuente: Página|12