Dinamarca señala la posibilidad de que Groenlandia busque independencia, sin vinculación a EE.UU. La Primera Ministra, Mette Frederiksen, reconoce preocupaciones geopolíticas por la creciente militarización del Ártico por Rusia y China. Groenlandia, con autonomía desde 2009, continúa firme en su deseo de autogobierno y administración de recursos naturales.[Collection]
Groenlandia podría independizarse, afirma Dinamarca sin unión a EE.UU.
El gobierno danés reconoció la posibilidad de que Groenlandia, su territorio autónomo en el Ártico, pueda buscar su independencia en el futuro. Sin embargo, dejó claro que en ningún escenario dicha separación implicaría la incorporación de la isla a Estados Unidos, a pesar de los intentos del expresidente Donald Trump de adquirirla durante su mandato. Estas declaraciones surgen en un contexto de creciente interés estratégico y económico por el Ártico, motivado por el aumento de la actividad rusa y china en la región.
Preocupación por la seguridad en el Ártico
La Primera Ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, señaló que los comentarios de Trump sobre la compra de Groenlandia en 2019 generaron tensiones diplomáticas en su momento, pero reconoció que su preocupación por la seguridad en el Ártico “es legítima”. Frederiksen explicó que el interés de Rusia y China en la región ha impulsado una dinámica geopolítica que requiere atención. “La creciente militarización del Ártico por parte de Rusia, combinada con el interés económico de China, constituye un desafío significativo para la estabilidad en la región”, afirmó la mandataria.
Trump había generado una controversia global al sugerir públicamente su intención de comprar Groenlandia, lo que motivó respuestas de rechazo tanto del gobierno danés como de los propios groenlandeses. “Groenlandia no está en venta. Es una nación libre y estamos comprometidos con nuestra autonomía dentro del Reino de Dinamarca”, destacó en aquella ocasión Kim Kielsen, entonces Primer Ministro del gobierno autónomo de la isla.
La posición de Groenlandia
Groenlandia, ubicada estratégicamente entre el Atlántico Norte y el Ártico, goza de un estatus de autonomía amplia desde 2009. Este régimen le permite administrar gran parte de sus asuntos internos, aunque Dinamarca sigue supervisando cuestiones de defensa y política exterior. Durante años, el nacionalismo groenlandés ha crecido, impulsado por un deseo de gestionar plenamente los recursos naturales descubiertos en su territorio, como petróleo, gas y minerales raros.
Entre los líderes políticos groenlandeses existe un consenso respecto al objetivo de la independencia, aunque las opiniones difieren sobre el calendario y las condiciones necesarias para alcanzarla. Múte Egede, actual Primer Ministro groenlandés y líder del partido de izquierdas Inuit Ataqatigiit, ha recalcado que cualquier paso hacia la independencia deberá respetar la voluntad del pueblo y asegurar la sostenibilidad económica del futuro Estado. “La independencia es nuestro sueño, pero también nuestra responsabilidad”, dijo Egede en un discurso reciente.
Rechazo categórico a Estados Unidos
El gobierno danés fue contundente al descartar cualquier vinculación entre una posible independencia de Groenlandia y su adhesión a Estados Unidos. Frederiksen subrayó que “no es una opción ni para Dinamarca ni para Groenlandia”. Además, destacó que no existen negociaciones ni se prevé ninguna forma de asociación más allá del actual esquema de autonomía dentro del Reino.
El tema ha revivido a raíz del creciente protagonismo estratégico del Ártico, a medida que el cambio climático abre nuevas rutas de navegación, facilita la explotación de recursos naturales y aumenta el interés militar en la región. Tanto Rusia como China han intensificado su posicionamiento en el Ártico, con inversiones en infraestructura, exploración de hidrocarburos y aparición de bases militares, lo que ha generado recelo en países occidentales como Estados Unidos y Canadá.
Una perspectiva histórica
Groenlandia fue colonizada por Dinamarca en el siglo XVIII y ha sido parte del reino desde entonces. Sin embargo, en las últimas décadas, los groenlandeses han avanzado progresivamente hacia un mayor autogobierno. En 1985, abandonaron la Comunidad Económica Europea (precursora de la Unión Europea) por desacuerdos sobre políticas pesqueras, marcando un precedente significativo de autodeterminación.
Desde la implementación de su estatuto de autonomía en 2009, Groenlandia ha gestionado áreas clave como la salud, educación y recursos naturales. Los ingresos generados por las exportaciones de pesca y actividades mineras son esenciales para la economía de la isla, aunque aún dependen de un subsidio económico anual proporcionado por Dinamarca.
El futuro de Groenlandia
La viabilidad de Groenlandia como un Estado independiente sigue siendo tema de debate. Aunque el potencial de sus recursos no explotados despierta interés global, los desafíos logísticos vinculados al aislamiento geográfico, un clima extremo y la falta de infraestructura moderna representan obstáculos significativos. Además, cuestiones relacionadas con la seguridad nacional y alianzas estratégicas adquirirían un papel clave en un mundo cada vez más polarizado.
En ese sentido, tanto Dinamarca como Groenlandia buscan reforzar su cooperación para garantizar un enfoque equilibrado entre independencia y estabilidad. Frederiksen insistió en que “Dinamarca respeta y apoyará la decisión del pueblo groenlandés, sea cual sea, pero trabajaremos juntos mientras exista esta unión. Somos más fuertes cuando estamos unidos”.
Interés global en el Ártico
El Ártico se ha transformado en un epicentro geopolítico en los últimos años. La región alberga vastos reservas de petróleo, gas y minerales críticos, lo que la convierte en un objetivo codiciado para potencias mundiales. Además, el derretimiento del hielo permite una navegación más amplia a lo largo de rutas del norte, reduciendo significativamente los tiempos de tránsito marítimo entre Asia y Europa.
En este contexto, Estados Unidos ve en Groenlandia una pieza clave dentro de su estrategia de contención ante Rusia y China, lo que explica la insistencia de Trump en adquirirla. No obstante, la firme resistencia de Dinamarca y Groenlandia ha impedido avanzar en cualquier propuesta. Paralelamente, las naciones nórdicas, incluida Noruega, han intensificado su colaboración para reforzar la seguridad en la región y salvaguardar los valores democráticos ante las crecientes tensiones geopolíticas.
Dinamarca, con un ejército reducido pero bien entrenado, ha aumentado su vigilancia en el Ártico mediante ejercicios conjuntos con socios de la OTAN. Además, el gobierno danés insiste en que la cooperación internacional es la única vía para mantener la paz en una región que enfrenta los efectos del calentamiento global y la competencia por sus recursos.
La discusión sobre el futuro de Groenlandia seguirá marcando la agenda internacional, tanto por la posible independencia de la isla como por su relevancia estratégica en un planeta donde los polos emergen como zonas de disputa entre grandes potencias. Por ahora, ni Dinamarca ni Groenlandia consideran algún acercamiento a Estados Unidos, reafirmando su autonomía frente a cualquier intento externo de influencia.
Fuente de información: INFOBAE