Groenlandia, gobernada por Dinamarca, ha vivido tensiones geopolíticas a lo largo de su historia, especialmente tras la propuesta de compra del entonces presidente Trump en 2019. Con aspiraciones de independencia y una economía dependiente de Dinamarca, su ubicación estratégica en el Ártico ha intensificado el interés de potencias como Estados Unidos y China.[Collection]
Groenlandia y Dinamarca: Historia de una relación compleja
La isla de Groenlandia, ubicada en el Ártico y gobernada por Dinamarca, ha sido objeto de interés geopolítico durante siglos. Uno de los episodios más recientes que reavivaron este interés fue en 2019, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso comprar Groenlandia, generando una controversia que recordó las tensiones históricas de la isla y su relación con Dinamarca.
Un territorio estratégico con historia de colonización
Groenlandia es la isla más grande del mundo, pero su ubicación y clima extremo han limitado su población y desarrollo. Apenas unos 56,000 habitantes residen en el territorio, principalmente inuits, y su vasto territorio helado es rico en recursos naturales como petróleo, gas y minerales. Desde el siglo XVIII, Groenlandia ha estado bajo control danés, con Dinamarca extendiendo su dominio formalmente en 1814 tras la disolución de la unión entre Dinamarca y Noruega.
Durante siglos, Groenlandia fue tratada como una colonia y experimentó restricciones en su autonomía. No fue sino hasta 1979 cuando se le otorgó un gobierno autónomo limitado, seguido por una mayor autonomía en 2009. Sin embargo, Dinamarca aún controla aspectos fundamentales del territorio, como política exterior, defensa y ciertos asuntos económicos. Estos lazos han generado tensiones entre los groenlandeses que buscan una mayor independencia y las autoridades danesas.
La oferta estadounidense: una propuesta polémica
La propuesta de Donald Trump de comprar Groenlandia no fue una idea nueva. En 1946, el entonces presidente Harry Truman ofreció 100 millones de dólares en oro por la adquisición de la isla, con el objetivo de fortalecer la posición estratégica de Estados Unidos en el Ártico. Esta oferta fue rechazada por Dinamarca. Tras la Segunda Guerra Mundial, el interés estadounidense por Groenlandia se intensificó al construir la base aérea de Thule en la isla, que aún hoy alberga instalaciones clave del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos.
En 2019, Trump revivió esta ambición. “De forma estratégica, sería interesante”, comentó sobre la posibilidad de comprar Groenlandia, calificándola como “un gran negocio inmobiliario”. Su propuesta fue rechazada con firmeza tanto por los gobiernos de Groenlandia como por Dinamarca. Mette Frederiksen, primera ministra danesa, calificó la idea de “absurda” y enfatizó que “Groenlandia no está en venta”. Este intercambio diplomático tensó brevemente las relaciones entre Dinamarca y Estados Unidos.
El valor estratégico y los intereses internacionales
La importancia de Groenlandia va más allá de sus recursos naturales. Su ubicación en el Ártico, un área que se está volviendo cada vez más accesible debido al cambio climático y el deshielo, la sitúa en el centro de disputas geopolíticas entre potencias como Estados Unidos, Rusia y China. El acceso a nuevas rutas marítimas y recursos naturales ha aumentado la relevancia de Groenlandia en la política mundial.
China también ha mostrado interés en Groenlandia, invirtiendo en proyectos mineros y proponiendo la construcción de infraestructura. Este interés ha preocupado a los aliados de Dinamarca, especialmente a la OTAN, que teme que China pueda obtener influencia estratégica en la región. En este contexto, la propuesta de Trump puede entenderse como parte de una carrera por asegurar el control geopolítico del Ártico.
El sueño de independencia de Groenlandia
Una parte significativa de la población de Groenlandia aspira a la independencia total de Dinamarca. Sin embargo, la dependencia económica del territorio hacia subsidios daneses, que representan alrededor del 60% de su presupuesto público, es un obstáculo importante. Mientras Groenlandia busca diversificar su economía a través del turismo, la minería y la pesca, la autosuficiencia económica sigue siendo un desafío.
Desde la ampliación de su autonomía en 2009, Groenlandia tiene el derecho de declarar la independencia si su población lo decide en un referéndum. No obstante, el camino hacia la independencia es complejo y exige un desarrollo económico que permita a Groenlandia sostenerse sin el apoyo financiero de Dinamarca. Por ahora, su relación con Dinamarca permanece como una combinación de cooperación, tensiones y diferencias culturales.
Groenlandia sigue siendo un símbolo de los desafíos y oportunidades que enfrentan los territorios en el Ártico, mientras las dinámicas políticas, económicas y climáticas reconfiguran el futuro de la región.
Fuente: @bbcmundo