Argentina ha alcanzado una histórica baja en homicidios, con una tasa de 3.8 por cada 100 mil habitantes, la más baja en 25 años. Rosario, epicentro de la violencia narco, también experimenta descensos gracias a medidas de seguridad estratégicas. Aunque el avance es significativo, es crucial mantener y adaptar estas estrategias a largo plazo.“`html
Argentina ha registrado una disminución histórica en la tasa de homicidios, alcanzando su nivel más bajo en los últimos 25 años. Según un informe preliminar que reúne datos de todas las provincias, el país reportó una tasa de 3.8 homicidios por cada 100 mil habitantes durante el último año, un descenso significativo frente a años anteriores. Este logro posiciona a Argentina como el segundo país de América Latina con la menor tasa de asesinatos, solo por detrás de Chile.
Rosario, epicentro de la violencia narco, muestra señales de alivio
La ciudad de Rosario, conocida por ser uno de los focos más críticos de violencia vinculada al narcotráfico, experimentó la caída más marcada de homicidios a nivel nacional. Las estadísticas reflejan que, por primera vez en más de una década, la tendencia al alza lograda por las disputas territoriales de las bandas se desaceleró. Aunque la violencia sigue siendo un desafío en el área, los indicadores muestran un giro alentador que ha sido atribuido en parte a una mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad y la justicia.
Patricia Bullrich, ministra de seguridad en funciones, explicó a Infobae que esta reducción se debe a una serie de medidas estratégicas implementadas a nivel nacional y local. “Nos enfocamos en garantizar la presencia de fuerzas federales en zonas críticas, desmantelar estructuras delictivas y fortalecer la seguridad comunitaria”, subrayó. Según expertos, Rosario es una pieza clave para medir el impacto de las políticas de seguridad debido a su prolongada crisis como epicentro del narcotráfico.
Factores clave detrás del descenso
El informe destaca que una combinación de esfuerzos federales, provinciales y municipales ha sido determinante para la disminución de los homicidios en todo el país. Entre las acciones mencionadas, sobresale la implementación del programa “Plan Nacional de Pacificación”, lanzado para atender directamente conflictos de alta peligrosidad en áreas urbanas. Este plan incluyó el despliegue de agentes especiales, la creación de comités interjurisdiccionales y una inversión sostenida en tecnología para la prevención del delito.
Además, el fortalecimiento de la inteligencia criminal permitió identificar patrones de comportamiento delictivo y actuar de manera proactiva en la prevención de crímenes violentos. Las investigaciones desarrolladas durante este periodo dieron lugar a múltiples operativos de desarticulación de organizaciones armadas.
Por otra parte, se han realizado importantes campañas para reducir la portación de armas entre particulares. De acuerdo con las cifras compartidas por el ministerio, en los últimos años más del 70% de los homicidios en Argentina involucraron el uso de armas de fuego, un porcentaje que comenzó a bajar gracias a programas de desarme voluntario.
Posicionamiento regional y lecciones aprendidas
Argentina no solo logró batir un récord histórico interno, sino que también se posicionó favorablemente dentro del contexto regional. En América Latina, una de las regiones más violentas del mundo, el promedio de homicidios supera los 20 por cada 100 mil habitantes, con casos extremos como El Salvador y Venezuela. En este contexto, la tasa de 3.8 coloca a Argentina entre las naciones más seguras del continente.
Especialistas en criminología y seguridad advierten que este tipo de avances deben ser sostenidos a largo plazo. Según una evaluación del Instituto de Políticas Públicas para América Latina, el desafío radica en consolidar las estrategias actuales y adaptarlas a las nuevas dinámicas del crimen organizado. “La experiencia argentina demuestra que es posible reducir los índices, pero el reto está en mantener esa tendencia, sobre todo en contextos de complejidad económica y social”, precisaron.
El papel de las provincias en los nuevos resultados
El informe también subrayó la importancia del trabajo articulado con las provincias, ya que cada región enfrenta retos particulares en lo referido a la seguridad. La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, registró una disminución estable de asesinatos, mientras que Córdoba y Mendoza presentaron avances más significativos al abordar conflictos intracomunitarios que antes derivaban en violencia letal.
Por su parte, los expertos resaltaron la relevancia de los estudios criminológicos y sociales realizados para intervenir en áreas específicas. Muchas de estas evaluaciones ayudaron a identificar los principales factores que influían en los contextos de violencia, permitiendo a las autoridades desarrollar políticas más centradas en la prevención, especialmente en los jóvenes.
La visión política y el futuro de la seguridad
La ministra Bullrich enfatizó que este es un punto de inflexión para el país, aunque todavía queda mucho por hacer. Aseguró que las estrategias implementadas recientemente no solo buscan reducir los homicidios sino también reconstruir el tejido social en aquellas comunidades más afectadas. “La seguridad no es solo una cuestión de presencia policial; es también una cuestión de oportunidades. Por eso, estamos trabajando en programas que combinen prevención, justicia y desarrollo”, afirmó.
A pesar de los avances alcanzados, organizaciones de derechos humanos han instado al gobierno a mantener un enfoque equilibrado, garantizando que las medidas de seguridad no vulneren los derechos fundamentales de las personas. Asimismo, señalaron la necesidad de intensificar los esfuerzos para abordar las raíces sociales del crimen, como la pobreza, la desigualdad y la falta de acceso a la educación.
Un antecedente sin precedentes en la historia reciente
Con estos resultados, Argentina logra sentar un precedente en materia de seguridad pública. Las estadísticas más bajas en homicidios en un cuarto de siglo no solo representan un alivio para sus ciudadanos, sino también un ejemplo de que a través de políticas efectivas, la disminución de la violencia es posible incluso en entornos complejos.
El informe final con los datos desagregados por provincia será presentado durante las próximas semanas, pero los resultados preliminares ya anticipan un cambio significativo en la percepción de la seguridad en el país. Mientras tanto, expertos y actores gubernamentales continúan debatiendo cómo mantener y reforzar estas tendencias en el futuro cercano.
Fuente: Facundo Chaves. Más detalles aquí.
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