Los incendios en California empeoran, con el nuevo “Woodley Fire” en Los Ángeles, que ha provocado la evacuación de más de 30,000 personas y dos muertes. Los intensos vientos de Santa Ana agravan la situación, dificultando los esfuerzos de los bomberos. El gobernador ha declarado estado de emergencia estatal.[Collection]
Incendios en California: Dos muertos y quinto fuego en Los Ángeles
La crisis de los incendios forestales se agrava
La situación de emergencia en Los Ángeles continúa empeorando con la aparición de un nuevo incendio forestal en la zona de Encino. El denominado “Woodley Fire” ha consumido hasta el momento 30 hectáreas, sumándose a otros cuatro incendios activos en la región. Las autoridades informaron que más de 30.000 personas han sido evacuadas en el sur de California en las últimas 72 horas debido a la incesante propagación de las llamas, avivada por los implacables vientos de Santa Ana.
Lamentablemente, dos personas han perdido la vida a causa de los incendios, aunque las identidades de las víctimas no han sido reveladas. Además, las órdenes de evacuación siguen multiplicándose en comunidades vulnerables. Según los reportes oficiales, entre las áreas más afectadas se encuentran los vecindarios cercanos al Valle de San Fernando, donde las llamas amenazan zonas residenciales y áreas protegidas.
Woodley Fire: Un nuevo desafío para los bomberos
El Woodley Fire, declarado en las primeras horas del martes, representa un reto adicional para los equipos de emergencia, que ya están trabajando al límite de su capacidad. Este incendio se originó en cercanías al parque Sepulveda Basin, afectando no solo espacios verdes, sino también infraestructuras críticas de la zona. A pesar de los esfuerzos de unos 500 bomberos desplegados, las llamas avanzan sin control debido a las ráfagas de viento de hasta 80 km/h.
“Estamos enfrentando una situación extremadamente difícil”, dijo el jefe del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Ralph Terrazas. “Los fuertes vientos no solo propagan las llamas, sino que también representan un alto riesgo para las operaciones aéreas de extinción”. Por el momento, se están utilizando helicópteros para realizar descargas de agua, pero las intervenciones se han restringido a determinadas horas del día debido a las condiciones meteorológicas.
Impacto en la población y las evacuaciones masivas
El número de evacuaciones ha superado las 30.000 personas, con refugios habilitados en centros comunitarios y escolares para dar apoyo a las familias afectadas. Muchos de los evacuados han perdido sus viviendas o pertenencias tras los rápidos avances del fuego. “Simplemente no tuvimos tiempo para salvar nada, salimos con lo puesto”, lamentó María López, residente de Encino, una de las zonas más golpeadas por el Woodley Fire.
Las autoridades han emitido múltiples alertas de evacuación obligatoria y recomiendan mantenerse en sintonía con las actualizaciones locales. Además, la Cruz Roja Estadounidense está brindando asistencia en los refugios y suministros básicos, como mantas y alimentos. Mientras tanto, una gran parte de las viviendas evacuadas permanecen sin electricidad luego de que la empresa eléctrica Southern California Edison desconectara el servicio en áreas de alto riesgo para evitar posibles cortocircuitos provocados por las llamas.
Otros incendios remanentes y las dificultades de contención
Aparte del Woodley Fire, los esfuerzos por contener los otros cuatro incendios activos en la región han progresado lentamente. Hasta la fecha, se estima que más de 10.000 hectáreas han sido destruidas en el condado de Los Ángeles y áreas adyacentes, dejando un escenario desolador con viviendas, negocios y áreas silvestres completamente devastadas.
Uno de los siniestros más preocupantes es el Creek Fire, que ha desplazado a cerca de 15.000 personas desde su aparición el pasado domingo. Cerca de allí, el Skirball Fire continúa avanzando, amenazando propiedades de alto valor, incluidas zonas exclusivas del oeste de Los Ángeles. Ambas conflagraciones alcanzaron niveles críticos el lunes, lo que llevó a las autoridades a desplegar recursos adicionales, incluidos aviones contratados al gobierno federal.
La influencia de los vientos de Santa Ana
Los vientos de Santa Ana, característicos de esta época del año en California, son el principal factor que exacerba los incendios forestales. Estas ráfagas secas y calientes han convertido una situación ya catastrófica en un desafío mayúsculo tanto para equipos de rescate como para residentes afectados. Expertos del Servicio Meteorológico Nacional pronostican que las condiciones críticas del clima continuarán al menos durante los próximos dos días.
“Es un evento climático extremo que, lamentablemente, no muestra señales de cesar”, mencionó la meteoróloga Jessica Lingard. Aunque las autoridades han tomado medidas preventivas, como apagar líneas eléctricas y reforzar los sistemas de emergencia, los vientos impredecibles y su velocidad dificultan cualquier estrategia de control.
Respuesta gubernamental ante la crisis
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia a nivel estatal este lunes, lo que permite activar recursos adicionales y solicitar ayuda federal. “No dejaremos solos a los californianos afectados”, aseguró Newsom, quien también instó a los ciudadanos a seguir las indicaciones de seguridad dadas por las autoridades locales.
Además, el alcalde de Los Ángeles, Karen Bass, expresó su compromiso con las comunidades golpeadas por la emergencia. “La prioridad es proteger vidas humanas y controlar estos incendios lo antes posible”, declaró en una conferencia de prensa. Bass destacó también la importancia de la coordinación entre agencias locales, estatales y federales para abordar la magnitud de la crisis.
El saldo preliminar y las perspectivas
Hasta el momento, además de las dos víctimas mortales reportadas, más de 20 personas han resultado heridas, incluyendo cinco bomberos que sufrieron lesiones mientras combatían las llamas. Los hospitales locales han sido puestos en alerta para atender emergencias relacionadas con quemaduras, inhalación de humo y estrés térmico.
A pesar de los esfuerzos continuos, las autoridades temen que el número de víctimas y evacuados aumente en las próximas horas si las condiciones no mejoran. Por lo pronto, los incendios forestales de Los Ángeles ya figuran entre los más devastadores de la última década, subrayando nuevamente los riesgos asociados al cambio climático y a la urbanización en áreas de alto riesgo.
Para más información sobre esta noticia, visita la fuente original Daniela Mérida – Infobae.