La Cámara de Casación Penal ordenó el traslado inmediato de presos de comisarías y alcaidías de Buenos Aires a cárceles del Servicio Penitenciario Federal, debido a la superpoblación y condiciones inadecuadas. La medida genera tensiones entre la Ciudad y el Gobierno nacional sobre la gestión penitenciaria y el cumplimiento de condiciones adecuadas para los detenidos.“`html
Orden judicial para el traslado inmediato de presos en la Ciudad
La Cámara de Casación Penal ordenó que todos los presos condenados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que actualmente se encuentran en comisarías y alcaidías sean trasladados a cárceles del Servicio Penitenciario Federal (SPF). La decisión responde a un conflicto de superpoblación en las dependencias policiales porteñas y su falta de infraestructura para alojar personas con condena firme.
Según el fallo, el traspaso de los detenidos debe realizarse de manera inmediata, reconociendo que las comisarías no cumplen con las condiciones necesarias para largos períodos de reclusión. La resolución también exhorta al SPF a hacer efectivos los traslados sin más dilaciones, obligando a las autoridades responsables a cumplir con su deber de garantizar condiciones carcelarias adecuadas conforme a la ley.
El fallo llega en un contexto de creciente tensión entre la Ciudad de Buenos Aires y el Gobierno nacional en materia de seguridad y gestión penitenciaria. Desde la administración porteña han manifestado reiteradas veces que la sobrepoblación en sus dependencias obedece a la falta de cupos en las cárceles federales, mientras que desde Nación argumentan dificultades operativas y presupuestarias para asumir más internos.
Falta de cupos y condiciones de detención en la mira
El fallo pone de relieve una problemática de larga data: la superpoblación carcelaria y la falta de coordinación entre jurisdicciones para la asignación de los detenidos. En la actualidad, muchas alcaidías de la Ciudad funcionan en condiciones de hacinamiento, sin los espacios ni los servicios adecuados para estadías prolongadas.
Diversos organismos de derechos humanos han advertido sobre los riesgos que implica tener a personas condenadas en establecimientos transitorios. La falta de acceso a programas de rehabilitación y la exposición a condiciones precarias pueden afectar la reinserción social de los detenidos y generar problemas adicionales de seguridad.
El Servicio Penitenciario Federal ha indicado que su capacidad operativa es limitada y que muchas de sus unidades ya están cerca del colapso. Sin embargo, la Justicia ha sido clara en su determinación de que los presos en la Ciudad deben ser trasladados a instituciones acordes con su situación procesal.
Impacto en la relación entre Nación y Ciudad
El traslado de los detenidos no solo es un asunto logístico, sino también político. La relación entre la gestión de Jorge Macri y el Gobierno nacional ya ha mostrado fricciones en distintos temas relacionados con la seguridad y el traspaso de competencias. Ahora, la tensión se centra en la administración del sistema penitenciario y la responsabilidad sobre los internos con condena firme.
El Gobierno de la Ciudad sostiene que ha realizado múltiples gestiones para derivar a los detenidos, pero que los cupos en las cárceles federales no han sido suficientes. A su vez, desde el ámbito nacional han señalado que la problemática no puede resolverse sin un plan de infraestructura y financiamiento adecuado.
Frente a este escenario, queda por verse cómo se ejecutará el traslado ordenado por la Justicia y si el Servicio Penitenciario Federal podrá absorber la cantidad de internos que aún permanecen en dependencias policiales porteñas. ¿Será esta medida el inicio de una mayor coordinación entre las jurisdicciones o profundizará el conflicto entre Ciudad y Nación?
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