Axel Kicillof desafía al gobierno de Javier Milei, presentando una denuncia penal en la Asamblea Legislativa bonaerense. Su objetivo es consolidarse como líder opositor y alinear al peronismo. En un contexto de tensión política y creciente inseguridad, busca fortalecer su posición ante las elecciones de 2027 y mantener el control provincial.“`html
Kicillof redobla la apuesta contra Milei y busca consolidarse como líder opositor
En un escenario de máxima tensión política, Axel Kicillof desafía de frente al gobierno de Javier Milei. En la Asamblea Legislativa bonaerense, el gobernador presentará una denuncia penal contra el Presidente por supuestos delitos contra el orden constitucional y los poderes públicos de la provincia. Con un discurso que buscará posicionarlo como garante de la democracia, el mandatario bonaerense intentará capitalizar la interna de Unión por la Patria y fortalecer su liderazgo en la oposición.
El conflicto no es aislado ni circunstancial. Detrás de esta jugada, Kicillof busca alinear al peronismo en torno a su figura, diferenciarse de otras facciones dentro de su espacio y consolidar una estrategia electoral que, entre otras medidas, pretende desdoblar los comicios legislativos. El trasfondo es ineludible: una maniobra para evitar que el efecto Milei arrastre su futuro político y lo deje fuera de la discusión presidencial de 2027.
El peronismo, en tanto, sigue en una tregua inestable. Mientras Cristina Kirchner y Máximo Kirchner aparecen como aliados ante la ofensiva de Milei, no hay certezas de que el respaldo sea absoluto. La jugada de suspender las PASO y adelantar las elecciones no cuenta con unanimidad dentro de Unión por la Patria. El Frente Renovador de Sergio Massa impulsa la estrategia, pero la expresidenta ya ha manifestado su rechazo a la propuesta. Kicillof opta por la diferenciación y juega su propio tiempo político.
El crimen de Kim Gómez, una niña de siete años asesinada en un robo en La Plata, ha cambiado el clima político en la provincia. La inseguridad protagoniza la agenda y las protestas ciudadanas aumentan la presión sobre la gestión provincial. Organizaciones y vecinos impulsan nuevas movilizaciones mientras la presencia de intendentes oficialistas será clave para sostener la imagen del gobernador. La Legislatura bonaerense se convertirá en el epicentro de una pulseada que involucra tanto a la oposición como a los sectores internos del peronismo.
El gobierno nacional observa atentamente el despliegue bonaerense. La estrategia de Milei ha sido clara: presión financiera y desgaste político. La eliminación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal y el recorte de transferencias a la provincia resultaron un fuerte golpe para Kicillof, pero también funcionan como un estímulo para la construcción de su identidad opositora. En su discurso ante la Legislatura, el gobernador renovará los reclamos económicos, exigiendo unos $750.000 millones exclusivamente para seguridad.
Este enfrentamiento llega en un momento sumamente delicado para la política argentina. La oposición aún no termina de estructurar un liderazgo fuerte y unificado, mientras el oficialismo sigue en un juego de confrontación permanente. La jugada de Kicillof es doble: por un lado, afianzar su rol como referente opositor; por otro, mantener el control de su provincia en un contexto de alta conflictividad social.
Aunque las próximas horas estarán cargadas de especulación y rosca política, el mensaje del gobernador será inequívoco: no piensa ceder ante Milei. La incógnita sigue siendo si su espacio político lo acompañará hasta el final en esta ofensiva o si las alianzas de coyuntura comenzarán a mostrar fisuras. Lo único seguro es que el escenario político argentino continúa sumando tensión, con la provincia de Buenos Aires como epicentro del conflicto.
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