Axel Kicillof enfrenta tensiones por el presupuesto 2024 y autorización de deuda en la provincia de Buenos Aires. La oposición bloquea los avances mientras se intentan negociaciones. La incertidumbre también afecta la Suprema Corte provincial. Febrero podría destrabar conflictos clave en un escenario político y económico crítico.[Collection]
Kicillof enfrenta desafíos financieros: presupuesto y deuda urgente
Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, afronta un tenso escenario político y económico en medio de la presión por aprobar los proyectos de presupuesto 2024 y endeudamiento, que hasta ahora no han podido superar la férrea resistencia de la oposición y el complejo entramado de negociaciones internas.
Un presupuesto clave y trabas opositoras
La Legislatura provincial se ha convertido en el principal campo de batalla para el oficialismo bonaerense. Los proyectos de presupuesto y autorización para contraer deuda, presentados originalmente en diciembre de 2023, aun no logran consenso suficiente. El tiempo apremia y para Kicillof, el avance de estos instrumentos es “imprescindible” tanto para garantizar la continuidad de las políticas públicas esenciales como para hacer frente a los vencimientos de deuda que comprometen la estabilidad financiera de la provincia.
El oficialismo, a través de referentes como el propio Kicillof y el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Federico Otermín, responsabiliza a la oposición de Juntos por el Cambio por las demoras. “Esto es pura especulación política, no se están poniendo en consideración los intereses de los bonaerenses”, aseguran desde el entorno del gobernador.
El rol de Santiago Caputo y las negociaciones en marcha
Uno de los principales puntos de conflicto radica en las gestiones vinculadas al manejo financiero y el rol de Santiago Caputo, ministro de Hacienda y Finanzas de la provincia. Fuentes cercanas al proceso legislativo sugieren que las trabas opositoras buscan minar la autoridad de Caputo, cuestionado por parte de Juntos desde su llegada al gabinete provincial.
Además, la estrategia del oficialismo pasa por desplegar un “trío negociador”. Este equipo, liderado por Otermín y el ministro de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, busca tender puentes con sectores moderados de la oposición. Sin embargo, hasta ahora, estos intentos no han dado frutos visibles y las tensiones siguen marcando el rumbo de las negociaciones.
La Corte Suprema, otro elemento en disputa
En paralelo al debate sobre el presupuesto, se encuentra otro punto álgido en la agenda de Kicillof: la designación de un integrante para ocupar una silla vacante en la Suprema Corte de Justicia provincial. Si bien el candidato oficialista, postulado desde hace meses, goza de cierto consenso, la falta de acuerdos sobre el paquete legislativo ha retrasado también este nombramiento clave.
El gobernador ha insistido en que es “inadmisible” mantener la parálisis en este ámbito, argumentando que la implementación de políticas públicas cruciales depende, en parte, de que el Poder Judicial funcione con plenitud y celeridad. “La provincia no puede permitirse que continúen los juegos de mezquindad política”, señaló Kicillof en recientes declaraciones.
Febrero: ¿una señal de alivio?
En este contexto de tensión, desde la gobernación confían en que las próximas semanas puedan abrir una luz en el complejo túnel actual. Fuentes del Ejecutivo provincial señalan que febrero podría ser el mes en que se destraben las negociaciones, a medida que Juntos por el Cambio enfrente también sus propias disidencias internas sobre el rumbo político a seguir.
Sin embargo, en el oficialismo advierten que los tiempos legislativos son apremiantes y que dilatar aún más la aprobación del presupuesto podría derivar en serias complicaciones para el año en curso, incluyendo riesgos significativos para el pago de salarios y el sostenimiento de obras públicas.
Para Kicillof, el principal desafío radica en equilibrar las necesidades urgentes de la provincia con las demandas y presiones de los distintos sectores políticos. A solo semanas de iniciarse el nuevo ciclo legislativo, el tablero está lejos de encontrar un desenlace claro.
Fuente: José Maldonado