Kicillof y la oposición en Buenos Aires cerraron el año sin lograr consenso sobre el presupuesto 2025, endeudamiento y ley impositiva. Las negociaciones, marcadas por tensiones y desconfianza, se reanudarán el 7 de enero. Aumentos impositivos y reparto de fondos generan divisiones clave en un contexto de gobernabilidad compleja.
Kicillof y oposición reanudarán negociaciones en enero 2025
La Legislatura de la provincia de Buenos Aires cerró el año en medio de fuertes tensiones políticas tras la fallida sesión para aprobar el presupuesto 2025, el esquema de endeudamiento y una nueva ley impositiva. Las negociaciones entre el oficialismo y la oposición, lideradas respectivamente por el gobernador Axel Kicillof y representantes de Juntos por el Cambio, dejaron un escenario de marcadas diferencias y pocas perspectivas de un consenso inmediato. Las partes anunciaron que intentarán retomar el diálogo el 7 de enero del próximo año.
Tensiones en la Legislatura bonaerense
El martes 30 de diciembre culminó con la suspensión de la esperada sesión debido a la falta de acuerdos clave entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. La oposición, que tiene mayoría en el Senado provincial, bloqueó la aprobación del paquete de medidas económicas que incluye un presupuesto de $8,9 billones para 2025 y un endeudamiento de $1,9 billones. Según las fuentes consultadas, las partes mantienen posiciones muy distantes sobre la transparencia en el manejo de los fondos y los destinos específicos de los recursos.
“No vamos a ceder sin garantías claras sobre el reparto de los fondos”, declaró un senador de Juntos por el Cambio, enfatizando la necesidad de mayor federalismo en la distribución de los recursos Bonaerenses. Por su parte, el bloque oficialista acusó a la oposición de “paralizar la provincia” al negarse a debatir puntos centrales de su propuesta presupuestaria. “La falta de diálogo es una irresponsabilidad que perjudicará directamente a los bonaerenses”, expresó uno de los voceros de Kicillof.
La polémica en torno al endeudamiento y la ley impositiva
Otro de los ejes de discordia radica en el endeudamiento previsto en la propuesta oficial. Desde la oposición sostienen que el pedido de asumir créditos por $1,9 billones carece de detalles concretos sobre su justificación y destino. El ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, defendió el endeudamiento como “indispensable” para sostener obras de infraestructura y garantizar el funcionamiento de los municipios. Sin embargo, Juntos por el Cambio insistió en que los números actuales no respaldan un incremento significativo de la deuda provincial.
En lo que respecta a la ley impositiva, las disputas se centran principalmente en el aumento del Impuesto Inmobiliario Urbano y Rural. El oficialismo busca implementar un ajuste promedio del 72%, con picos de hasta el 140% en ciertas categorías. La oposición manifestó su rechazó, alegando que las subas son “desproporcionadas” y tendrán un impacto negativo en los sectores productivos y la clase media. “Esto ahoga aún más a los productores rurales, que ya enfrentan una situación crítica”, advirtió un legislador opositor ligado al sector agropecuario.
Posible diálogo en enero
Tras este estancamiento, fuentes cercanas a ambas partes confirmaron que el próximo intento de negociación será el 7 de enero de 2025, un día después del feriado de Reyes. Aunque el cronograma fue elegido para dar espacio a reflexiones internas, tanto en el oficialismo como en la oposición prevalece el escepticismo sobre los avances que puedan darse. Mientras tanto, varias cuestiones clave quedan en suspenso, especialmente la distribución de fondos entre los 135 municipios de la provincia y el financiamiento de obras públicas.
El gobernador Axel Kicillof enfrenta así uno de sus desafíos más complejos desde el inicio de su gestión, ya que el retraso en la aprobación del presupuesto podría tener efectos adversos sobre los programas proyectados para el próximo año. Desde el entorno del mandatario buscan bajarle el tono al conflicto y aseguran que “todavía hay tiempo para acordar”. Sin embargo, la relación entre ambos bloques sigue marcada por la desconfianza y las críticas cruzadas.
Un año lleno de desafíos políticos
El conflicto deja al descubierto las dificultades de gobernabilidad que prevalecerán en 2025, en un escenario en el que el Frente de Todos ya no cuenta con la comodidad de la mayoría legislativa para avanzar sin concesiones. Por su parte, Juntos por el Cambio busca afianzarse como un contrapeso al poder del Ejecutivo provincial, reclamando mayor transparencia y participación en la toma de decisiones.
Se espera que las semanas previas al inicio de las negociaciones en enero estén marcadas por intensos movimientos políticos entre los bloques. Desde el Frente de Todos anticiparon que buscarán respaldo en los intendentes y otros actores clave para presionar a la oposición a ceder en algunos puntos. Mientras tanto, los líderes de Juntos por el Cambio ya adelantaron que no moverán su postura sin “garantías concretas” en torno a sus demandas presupuestarias.
La provincia de Buenos Aires sigue siendo el epicentro de un escenario político polarizado, en el que las tensiones entre oficialismo y oposición no muestran signos de enfriarse. Las próximas semanas serán determinantes para definir si las negociaciones logran destrabar el conflicto o si, por el contrario, el enfrentamiento se prolongará más allá del inicio del nuevo año.
Fuente: @LANACION