La Zona Núcleo enfrenta una crisis sin precedentes: la falta de lluvias y las altas temperaturas ponen en jaque a la producción agrícola y ganadera. Con cultivos en estrés hídrico y pasturas escasas, el futuro de pequeños y medianos productores pende de un hilo. Las precipitaciones, la última esperanza.
Lluvias decisivas en la Zona Núcleo: Productores en peligro ante la incertidumbre climática y la posible desaparición del sector agrícola
La falta de lluvias y altas temperaturas ponen en jaque al sector productivo
Desde diciembre, las condiciones climáticas adversas han encendido las alarmas en la Zona Núcleo. Esta región, clave para la producción de granos y ganadería en Argentina, enfrenta una dramática falta de precipitaciones y temperaturas inusualmente altas que no solo afectan las proyecciones de cosecha, sino que también impactan gravemente al sector ganadero. “En ganadería también es un desastre, no hay pasturas”, advirtió un productor de la región.
Las consecuencias no tardaron en manifestarse: los cultivos muestran signos de estrés hídrico, mientras que los campos destinados al ganado registran una alarmante escasez de pasturas. Este panorama crítico se suma a las dificultades económicas que ya atravesaban los productores, generando un escenario de incertidumbre que podría derivar en el éxodo de pequeños y medianos empresarios del sector.
Impacto en la actividad agrícola
La falta de agua en los suelos ha obligado a muchos productores a replantear sus estimaciones de cosecha. Según relevamientos realizados en las últimas semanas, los rendimientos de soja y maíz, principales cultivos de la región, podrían registrar caídas significativas si el clima no mejora. De acuerdo con especialistas, esta situación perjudica no solo a la economía local, sino también a la balanza comercial argentina, ya que ambos granos representan exportaciones clave para el país.
En declaraciones recientes, algunos productores explicaron que la emergencia climática está afectando incluso a los lotes sembrados en fecha temprana. “En condiciones normales, estaríamos viendo plantas mucho más desarrolladas a esta altura del año”, señaló un representante de una cooperativa de productores en el norte de Buenos Aires. Además, las temperaturas extremas agudizan el estrés en los cultivos, limitando aún más su capacidad de recuperación.
Ganadería en crisis: sin pasturas ni alternativas
La problemática no es exclusiva del sector agrícola: la ganadería también está en una encrucijada por la falta de condiciones para alimentar al ganado. “No hay pasturas, y eso significa que no tenemos otra opción más que vender parte del rodeo o enfrentar pérdidas importantes”, sostuvo Hernán, un productor ganadero de la zona de Pergamino.
El déficit hídrico afecta directamente a las pasturas, que son el recurso base para la alimentación del ganado en la región. Ante esta situación, algunos productores han optado por utilizar reservas forrajeras, aunque muchos temen que tampoco serán suficientes para afrontar los próximos meses si las lluvias siguen siendo esquivas. La imposibilidad de sostener la actividad ganadera, sumada al ajuste en los costos, podría conducir a una pérdida masiva de pequeñas explotaciones familiares.
Las lluvias, la única esperanza
La incertidumbre sobre el clima sigue siendo el principal factor que preocupa a los productores. Según pronósticos climáticos, las lluvias previstas para las próximas semanas serán determinantes para el futuro de la campaña 2024/2025. “Sin un cambio en el régimen de precipitaciones queda claro que muchos productores no van a poder sembrar en la próxima temporada”, advirtió un técnico agrónomo de la región.
No obstante, en algunas zonas aisladas se han registrado lluvias en los últimos días, aunque insuficientes para revertir la situación crítica. “Necesitaríamos entre 50 y 70 milímetros para empezar a mejorar los perfiles del suelo, y lo que cayó hasta ahora solo fue agua para ‘mojar la tierra'”, explicó un ingeniero agrónomo de General Villegas. La falta de previsibilidad y la lentitud de las lluvias contribuyen a la tensión que vive el sector.
Un futuro incierto para los pequeños productores
El escenario actual pone en peligro especialmente a pequeños y medianos productores, quienes dependen en gran medida de las condiciones climáticas para obtener resultados positivos. Muchos de ellos ya están considerando abandonar la actividad si no llegan las lluvias necesarias en el corto plazo. “No es viable seguir perdiendo dinero campaña tras campaña; estamos al límite”, expresó otro productor de la zona de Junín.
A lo largo de la última década, las fluctuaciones climáticas y las crisis económicas han aumentado la concentración del sector en manos de grandes empresas, dejando a los pequeños productores en una posición cada vez más vulnerable. Desde las organizaciones rurales, piden medidas urgentes para evitar que desaparezca el entramado productivo que sostiene a la economía de las regiones rurales.
La Zona Núcleo está viviendo horas clave en las que cada día cuenta. Los productores, tanto agrícolas como ganaderos, esperan con preocupación que las lluvias tomen protagonismo y alivien un panorama que, de no cambiar pronto, podría tener consecuencias irrecuperables para el agro argentino.
Fuente: @lucasdmichy