El ministro de Economía, Luis Caputo, defendió las retenciones fiscales contra críticas de provincias productoras, alegando que son indispensables para el equilibrio fiscal y programas sociales. A su vez, productores cuestionaron altos impuestos provinciales, llevando a protestas. La tensión entre el Gobierno y el sector agropecuario se intensifica ante la sequía y la presión económica.
Respuesta contundente ante los reclamos provinciales
El ministro de Economía, Luis Caputo, respondió con firmeza a las críticas recibidas por parte de las provincias respecto al impacto económico en el sector agropecuario. Los cuestionamientos, que surgieron en los últimos días en un contexto de creciente tensión fiscal, giraron en torno al peso de las retenciones fiscales y a las regulaciones que afectan al campo, además de cuestionamientos a los impuestos provinciales como Ingresos Brutos.
En una declaración pública, Caputo insistió en que las retenciones son “necesarias para sostener el equilibrio fiscal nacional y garantizar la redistribución equitativa de los recursos”. Además, subrayó que este esquema está diseñado para responder a la coyuntura económica actual y resulta indispensable para financiar programas sociales y obras de infraestructura.
Los reclamos provinieron principalmente de autoridades de provincias productoras como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, que acusan al Gobierno Nacional de desestimar el impacto que las medidas impositivas generan en sus economías regionales. El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, había advertido que “la presión fiscal está asfixiando a los productores rurales”, lo que provocó respuestas inmediatas desde la Casa Rosada.
Fricciones por Ingresos Brutos y tasas municipales
Además de las retenciones nacionales, los productores manifestaron su descontento por la creciente aplicación de Ingresos Brutos en varias provincias y su encarecimiento a través de tasas municipales. En un encendido debate, Caputo criticó estos impuestos al calificarlos de “distorsivos” y añadió que su implementación no estaba alineada con la política fiscal nacional. “Si las provincias buscan aliviar la carga sobre el campo, deberían empezar por optimizar su sistema tributario local”, sentenció.
El conflicto también escaló con varios municipios de provincias agrícolas, donde las tasas que gravan al sector fueron señaladas como excesivas. En distritos como Pergamino, Rufino y General Pico, los productores han realizado protestas por lo que consideran una doble imposición que obstaculiza su competitividad internacional. Desde el Ministerio de Economía indicaron que ya se han enviado comunicaciones a los gobiernos provinciales y municipales instando a una revisión de estas tasas.
Por su parte, dirigentes de asociaciones agropecuarias como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) expresaron una profunda preocupación. En un comunicado, CRA denunció que “el sistema impositivo se ha convertido en un verdadero obstáculo para la producción”. Mientras tanto, la SRA adelantó que buscará llevar estos reclamos al Congreso para debatir su revisión.
El impacto en el sector agrícola
El sector agropecuario, uno de los principales motores de la economía argentina, enfrenta desafíos adicionales por la prolongada sequía que afecta a varias regiones. En este contexto, las retenciones y los impuestos provinciales ejercen una presión adicional sobre los márgenes de los productores. Según un reporte elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario, la combinación de fenómenos climáticos y cargas tributarias podría reducir en un 20% la producción de granos proyectada para el próximo ciclo.
Caputo reconoció el efecto de la sequía, pero insistió en que las medidas fiscales actuales no tienen margen de flexibilización debido al compromiso del país con la estabilidad macroeconómica. “Entendemos la situación del campo, pero no podemos comprometer la sostenibilidad de las arcas nacionales”, afirmó el titular de Hacienda.
En tanto, sectores opositores encabezados por la senadora Carolina Losada pidieron más empatía del Gobierno hacia los productores y reclamaron una mesa de diálogo integral que incluya a representantes del sector agrícola, gobernadores, intendentes y funcionarios nacionales.
El escenario político y económico
La controversia ocurre en un momento crucial para el Gobierno Nacional, que busca ajustar números frente a una inflación creciente y la necesidad de cumplir metas fiscales pactadas con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este sentido, Caputo destacó que las retenciones son una herramienta fundamental para garantizar recursos, aunque se mantuvo reacio a referirse a posibles modificaciones en el corto plazo.
Desde la oposición, representantes como Horacio Rodríguez Larreta también expresaron su desacuerdo con la política fiscal del Ejecutivo. “Necesitamos repensar cómo tratamos al campo en este país, un sector que debería ser nuestro mayor aliado”, declaró el jefe de gobierno porteño en un reciente acto. La discusión por las retenciones y los impuestos provinciales se perfila como uno de los temas principales en la agenda política hacia el año electoral.
Mientras tanto, las provincias esperan una respuesta más conciliadora que alivie las tensiones con el sector. Aunque no parece haber un consenso claro, se especula que en los próximos días podrían generarse mesas de diálogo sectorial con la participación de las partes afectadas y el Ministerio de Economía como moderador.
Conclusiones pendientes
La complejidad del panorama muestra que la relación entre Nación, provincias y productores rurales sufre de una creciente fragmentación. Mientras desde el Ejecutivo Nacional defienden las medidas vigentes, los productores y las administraciones locales exigen cambios inmediatos para preservar la actividad económica en el interior del país. Con posturas firmes de ambos lados, el camino al consenso parece lejano.