Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la identidad del “Nieto 138”, nacido en la ESMA durante la dictadura argentina. Su hermano, tras años de búsqueda, contactó a Abuelas para activar el proceso. Este hallazgo resalta la lucha por la verdad y justicia en la recuperación de niños apropiados.[Collection]
Nieto 138: identidad recuperada y búsqueda familiar incansable
En un emotivo avance dentro de la lucha por la verdad y la justicia, Abuelas de Plaza de Mayo anunció esta semana la restitución de la identidad del “Nieto 138”, un hombre de 48 años nacido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la dictadura cívico-militar argentina. El hallazgo es un nuevo hito en el trabajo incesante por localizar a los hijos e hijas de desaparecidos que fueron apropiados ilegalmente.
Nacido en cautiverio en la ESMA
El hombre, cuyo nombre no fue revelado por cuestiones legales de privacidad, es hijo de militantes desaparecidos durante el régimen militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983. Su madre fue secuestrada estando embarazada, y dio a luz bajo condiciones de cautiverio en uno de los centros clandestinos más emblemáticos de aquel período: la ESMA, ubicada en la ciudad de Buenos Aires.
La ESMA, como centro de detención y tortura, fue escenario de miles de crímenes de lesa humanidad. Durante la dictadura, mujeres embarazadas eran detenidas y retenidas hasta dar a luz. Posteriormente, los recién nacidos eran sistemáticamente apropiados y entregados a familias vinculadas al régimen o a terceros, mientras las madres eran desaparecidas.
Una vida marcada por la búsqueda
El caso del “Nieto 138” también tiene un componente familiar cargado de emoción. Durante casi cinco décadas, su hermano biológico no cesó en su búsqueda pese a las dificultades. Convencido de que su hermano había sobrevivido y que era uno de los tantos niños apropiados durante la dictadura, llevó adelante una investigación persistente.
Su perseverancia fue esencial para que este hombre pudiera finalmente conocer su verdadera identidad. Tras recopilar datos, contactar organismos de derechos humanos y aportar pruebas contundentes sobre su historia, el hermano del “Nieto 138” se puso en contacto con Abuelas de Plaza de Mayo para activar el proceso de restitución.
Confirmación de identidad por el Banco Nacional de Datos Genéticos
La recuperación de la identidad en este caso fue posible gracias al trabajo del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Este organismo científico, de crucial importancia en los procesos de identificación de personas desaparecidas, comparó muestras del “Nieto 138” con aquellas pertenecientes a su familia biológica. Los resultados de los análisis confirmaron inequívocamente el parentesco y permitieron certificar su origen.
En su comunicación oficial, Abuelas de Plaza de Mayo destacó la relevancia del caso y agradeció el compromiso de quienes colaboraron con las tareas de restitución. “Cada restitución es un golpe contra la impunidad y una victoria de la verdad y la justicia”, declararon desde el organismo. Desde su fundación en 1977, Abuelas de Plaza de Mayo ha luchado por localizar a los más de 500 niños apropiados durante la dictadura militar, logrando hasta el momento la recuperación de 138 identidades.
Impacto emocional y reparación simbólica
La recuperación de la identidad no solo marca un avance en términos judiciales, sino también emocionales y simbólicos, tanto para él como para su familia. Durante más de 40 años, el “Nieto 138” vivió bajo una identidad que no le pertenecía, completamente desvinculado de su contexto de origen y de las historias de lucha de sus padres biológicos.
El impacto que supone conocer la verdad sobre su nacimiento y la memoria de quienes fueron sus padres se convierte en un nuevo capítulo, no exento de complejidad emocional. Este tipo de sucesos pone en evidencia tanto la brutalidad del plan sistemático de represión de la dictadura, como el coraje de las familias que jamás abandonaron la búsqueda de sus seres queridos.
La experiencia del “Nieto 138” se suma a las decenas de historias que han forjado los hitos en la lucha por los derechos humanos en Argentina y que, además, sirven como recordatorios de la urgencia de mantener viva la memoria colectiva.
Organismos de Derechos Humanos: un trabajo incansable
La historia de este hombre es reflejo del enorme compromiso de Abuelas de Plaza de Mayo para dar respuestas a una de las heridas más profundas que dejó la dictadura. Durante más de 45 años, esta organización ha trabajado en estrecha colaboración con el BNDG, investigadores y familiares directos para reconstruir las vidas arrebatadas por los mecanismos de represión del Estado.
Según datos oficiales, aún faltan restituir las identidades de más de 300 personas nacidas en cautiverio o apropiadas durante los años más oscuros de la historia argentina. El presidente de Abuelas, Estela de Carlotto, reiteró en varias ocasiones la necesidad de que quienes tengan dudas sobre su identidad se acerquen al organismo o al BNDG para realizarse los análisis correspondientes. “Cualquier pequeño indicio puede ser el inicio de una gran verdad”, señaló en una conferencia pasada.
El mensaje sigue vigente y cobra fuerza con cada restitución: la verdad no prescribe, y las Abuelas continuarán trabajando sin tregua para cerrar estas historias incompletas que atraviesan generaciones enteras.
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