El peronismo no kirchnerista trabaja en un frente opositor para las elecciones de 2025, buscando atraer radicales y aliados de Miguel Ángel Pichetto. La estrategia incluye captar votantes desilusionados con Axel Kicillof y disminuir la influencia de La Cámpora en la provincia de Buenos Aires, enfrentando desafíos internos y externos.[Collection]
Peronismo no K busca reducir apoyo a Kicillof en 2025
A la espera de una definición por parte del gobierno provincial respecto a un eventual desdoblamiento de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires y con la incertidumbre sobre la continuidad de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), sectores del peronismo disidente empiezan a mover sus fichas de cara a 2025. Referentes principales de este espacio buscan consolidar un frente opositor que desafíe a la hegemonía kirchnerista y atraiga tanto a radicales como a dirigentes que respondan al armado del ex senador Miguel Ángel Pichetto.
El armado de un frente alternativo
Desde diferentes sectores del peronismo no alineado directamente con el Frente de Todos, se confirmó que la construcción de una alternativa electoral para 2025 es una prioridad estratégica. Este espacio se plantea como un canal para recibir el apoyo de votantes desilusionados con la gestión de Axel Kicillof y los lineamientos de La Cámpora, que mantiene gran influencia en las decisiones del Ejecutivo bonaerense.
“Hay un número importante de ciudadanos, incluso peronistas históricos, que no se sienten representados por el kirchnerismo. Vamos a trabajar para incluirlos y ofrecerles una propuesta viable, lejos de los extremos”, señalaron allegados a este sector político. El objetivo central sería, además, sumar al armado a correligionarios radicales y dirigentes que coincidan en priorizar consensos amplios por sobre divisiones partidarias.
Los desafíos internos en el peronismo
A nivel provincial, la figura de Kicillof se mantiene fuerte en el núcleo kirchnerista, sostenida ampliamente por el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner, pero enfrenta críticas internas por su estilo de gestión y su relación con sectores territoriales del peronismo tradicional. Estos últimos se sienten relegados tanto en el reparto de recursos como en la toma de decisiones clave para el armado electoral.
En este contexto, el peronismo no kirchnerista intenta posicionarse como una opción que recupere cierta autonomía y permita bajar el poder político que La Cámpora ejerce dentro del Frente de Todos, no solo en la provincia, sino también a nivel nacional. Este espacio considera que puede captar votantes que no están de acuerdo con el rumbo actual de la coalición oficialista, pero tampoco quieren inclinarse hacia una propuesta de derecha liderada por Juntos por el Cambio o el espacio libertario.
¿El fin de las PASO como oportunidad política?
Uno de los puntos clave en esta puja electoral es la inminente decisión sobre la continuidad o eliminación de las PASO. En caso de que fueran suspendidas, el panorama electoral cambiaría significativamente, dado que los partidos necesitarán redefinir sus métodos internos para consolidar candidaturas únicas y evitar divisiones en el voto.
“Si se eliminan las PASO, el peronismo no K tiene la oportunidad de unirse y presentar una oferta sólida sin pasar por un proceso desgastante de internas. Esto favorece las negociaciones con otros sectores opositores al kirchnerismo”, explicó un analista político consultado por este medio. Además, un eventual desdoblamiento de elecciones en la provincia podría permitir que los espacios locales tengan mayor autonomía para llevar adelante campañas diferenciadas de las disputas nacionales.
Atracción de radicales y pichettistas
Otro de los ejes principales del armado peronista disidente será la construcción de alianzas con sectores del radicalismo que no están completamente alineados con Juntos por el Cambio y con los dirigentes cercanos al espacio encabezado por Miguel Ángel Pichetto, ex candidato a vicepresidente del gobierno de Mauricio Macri. Ambos sectores comparten críticas al kirchnerismo, pero podrían coincidir en proyectos de desarrollo regional y políticas centradas en la gestión económica y social.
“Nuestra intención es construir puentes. No se trata de un frente ideológico estricto, sino de una coalición amplia en la que podamos trabajar juntos para mejorar la provincia y ofrecer una alternativa real a los bonaerenses”, señaló uno de los referentes del espacio que prefirió mantenerse en el anonimato.
Expectativas en el electorado bonaerense
La provincia de Buenos Aires, como principal distrito electoral del país, será nuevamente un escenario clave para los próximos comicios. En este sentido, el peronismo no K confía en su capacidad para captar el voto de sectores sociales que se sienten relegados por la actual administración provincial, como los pequeños y medianos productores agropecuarios, comerciantes y trabajadores del conurbano que enfrentan dificultades económicas.
Sin embargo, los referentes de este espacio reconocen que enfrentan grandes desafíos para instalar su mensaje y diferenciarse tanto del kirchnerismo como de los bloques opositores tradicionales. El tiempo y las decisiones políticas próximas serán determinantes para evaluar el éxito de esta estrategia.
El peso de Kicillof y La Cámpora
A pesar de las críticas internas, Axel Kicillof mantiene un peso significativo dentro del oficialismo bonaerense. Su figura sigue consolidada en los segmentos más ideologizados del voto peronista-kirchnerista, una base que podría garantizarle un piso electoral difícil de superar. Además, el respaldo de La Cámpora se traduce en recursos y estructuras territoriales clave para su proyección política.
No obstante, la posibilidad de un frente peronista alternativo representa un desafío para Kicillof, especialmente si logra consolidar alianzas con sectores del radicalismo y el espacio pichettista. Esto podría dividir el voto peronista y complicar la reelección del actual gobernador en un contexto de alta polarización.
Fuente: Infoplatense