Ministros de CABA y Provincia se reunieron para coordinar políticas de seguridad en medio de tensiones históricas y diferencias políticas. Se propuso formar una mesa interjurisdiccional para mejorar la cooperación, priorizar zonas críticas y planificar operativos conjuntos. Sin embargo, persisten desafíos institucionales y dudas sobre la efectividad de los acuerdos.
Provincialismos y tensiones entre CABA y Provincia
Encuentro para coordinar cuestiones de seguridad en medio de diferencias políticas
En un intento por coordinar políticas conjuntas en materia de seguridad, los ministros Waldo Wolff, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y Javier Alonso, de la Provincia de Buenos Aires, se reunieron ayer en un encuentro que, si bien buscó avanzar en la creación de una mesa interjurisdiccional, estuvo atravesado por tensiones sutiles y marcados provincialismos.
La reunión, llevada a cabo en un contexto de alta sensibilidad social respecto a los índices de inseguridad, tuvo como objetivo central organizar una estrategia común y mejorar el trabajo articulado entre ambas jurisdicciones. No obstante, las históricas diferencias políticas y administrativas entre CABA y la Provincia quedaron evidenciadas en diversos momentos del encuentro. “La cooperación entre ambas jurisdicciones no es una opción, sino una necesidad”, destacó Wolff durante su primera intervención, subrayando la importancia de superar obstáculos burocráticos.
Un historial de tensiones políticas
La relación entre la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires no ha estado exenta de tensiones a lo largo de los años, y este encuentro no fue la excepción. Javier Alonso fue cauto al exponer sus posiciones, aunque deslizó críticas indirectas al modelo de gestión porteño. “Nuestra realidad es distinta: tenemos un territorio mucho más amplio y con problemáticas que no reciben los mismos recursos estatales”, subrayó Alonso, haciendo hincapié en la histórica pelea por los fondos coparticipables entre ambas jurisdicciones.
Por su parte, Waldo Wolff remarcó los avances en tecnología y equipamiento en la Ciudad, sugiriendo la posibilidad de transferir conocimientos técnicos a la Provincia. “Creemos en el trabajo en red y estamos dispuestos a aportar lo que sea necesario para aumentar la eficacia de los operativos conjuntos”, aseguró el titular de Seguridad porteño durante la conferencia de prensa posterior al encuentro.
La creación de una mesa interjurisdiccional
Uno de los puntos centrales del encuentro fue la conformación de una mesa interjurisdiccional de seguridad, que estará integrada por funcionarios de ambas administraciones. Este organismo, según se mencionó, buscará establecer un diálogo periódico para facilitar el intercambio de información y planificar acciones conjuntas en zonas críticas, especialmente en los límites entre CABA y el Conurbano bonaerense.
Entre los primeros desafíos que enfrenta esta propuesta destaca la coordinación en operativos preventivos en las estaciones de tren y colectivos, especialmente en los puntos limítrofes donde las jurisdicciones tienden a superponerse. “Esto no puede ser un espacio puramente simbólico; necesitamos resultados concretos y efectivos”, enfatizó Wolff durante el cierre del encuentro, marcando un tono de urgencia hacia el futuro de las políticas de seguridad.
Resistencia y desafíos institucionales
A pesar de los esfuerzos por llegar a acuerdos, algunos observadores señalaron que subsisten resistencias institucionales entre ambas jurisdicciones. Dentro de la Provincia, algunos sectores expresan preocupación sobre posibles desigualdades en los enfoques de trabajo y sobre un eventual predominio de la modalidad porteña en las decisiones conjuntas. Este tipo de diferencias podría complicar el funcionamiento práctico de la mesa interjurisdiccional.
Además, las críticas públicas y privadas hacia la gestión de cada una de las partes evidencian la dificultad de construir confianza de manera rápida. Fuentes internas destacaron que, aunque el diálogo logró avances en términos operativos, no está claro hasta qué punto las autoridades podrán dejar de lado sus diferencias políticas para priorizar una agenda común de seguridad.
¿Avance o formalidad?
El encuentro representó un avance en términos de institucionalidad, pero queda en duda si se traducirá en mejoras concretas en el terreno. Todavía faltan por resolver cuestiones vinculadas al presupuesto, la implementación de tecnología en las zonas fronterizas entre ambas jurisdicciones y la capacitación de efectivos. Asimismo, la gestión compartida de recursos, como las cámaras de vigilancia y las bases de datos criminales, sigue siendo un tema de conflicto técnico y político.
Uno de los compromisos asumidos durante la reunión fue realizar un nuevo encuentro dentro de dos semanas para evaluar los avances y ajustar los mecanismos de trabajo. Se espera que en esa instancia se presenten las primeras propuestas específicas y se definan las áreas prioritarias de intervención conjunta.
Mientras tanto, la opinión pública sigue atenta ante cualquier indicio de mejoría en los niveles de inseguridad, especialmente en las zonas más críticas como Lanús, La Matanza y Avellaneda, que históricamente son puntos clave de conflicto para ambas administraciones.
Este encuentro se da en un marco de constantes reclamos por parte de la ciudadanía respecto a las falencias en materia de seguridad pública, dejando en evidencia la necesidad de un trabajo integrado entre dos de las jurisdicciones más influyentes del país.
Fuente de la información: Diario El Día de La Plata.