A una década de la muerte de Alberto Nisman, el acto conmemorativo destaca la necesidad de justicia y esclarecimiento. La causa, marcada por hipótesis de homicidio y suicidio, sigue sin resolución, alimentando la desconfianza en el sistema judicial argentino y planteando interrogantes sobre su impacto en la sociedad y la política.
Una década después: el recuerdo de Alberto Nisman y la persistencia de interrogantes
El acto conmemorativo por los diez años de la “Marcha del Silencio” reunió a fiscales, jueces y representantes del gremio judicial, marcando una nueva instancia de reflexión sobre la muerte de Alberto Nisman. La actividad estuvo atravesada por el recuerdo del exfiscal y las interrogantes que aún rodean su fallecimiento ocurrido en enero de 2015.
El 18 de febrero de 2015, miles de personas salieron a las calles en un acto sin precedentes en la historia judicial argentina. La movilización, organizada por colegas y familiares de Nisman, reflejó el impacto de su muerte en la sociedad. Su deceso, ocurrido en su departamento de Puerto Madero cuatro días después de haber denunciado un supuesto encubrimiento en la causa AMIA, continúa generando debate y diferentes interpretaciones judiciales.
Durante el acto conmemorativo, figuras del ámbito judicial insistieron en la necesidad de mantener viva la causa y no permitir que el tiempo diluya la exigencia de justicia. Al mismo tiempo, destacaron la persistencia de interrogantes sobre los procesos judiciales en torno a su muerte y al expediente que investigaba.
El impacto en el ámbito judicial y la sociedad
El fallecimiento de Nisman se convirtió en un punto de inflexión en el país. La causa judicial que investiga cómo murió ha atravesado múltiples instancias y peritajes, con posiciones encontradas entre diferentes sectores. Mientras la justicia federal sostiene que fue un homicidio vinculado a su denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, otras hipótesis sugieren la posibilidad de un suicidio, lo que aún genera debate en los tribunales y la opinión pública.
En la conmemoración, varios fiscales reiteraron sus cuestionamientos sobre el avance de la causa y la falta de una resolución definitiva. También se señaló el impacto que tuvo este caso en la independencia del Poder Judicial y la seguridad de quienes investigan denuncias sensibles en Argentina.
La AMIA y la DAIA volvieron a destacar la importancia de esclarecer el atentado de 1994 contra la mutual judía, señalando que la muerte de Nisman dejó aún más dudas sobre el desarrollo de la investigación. Organismos de derechos humanos y entidades judiciales manifestaron que, a una década de los hechos, la falta de certezas alimenta la desconfianza en el sistema de justicia.
Interrogantes sin respuesta y el desafío de la justicia
A pesar de los avances en la causa, la muerte de Nisman sigue ocupando un lugar central en la agenda judicial y política del país. Los peritajes de Gendarmería concluyeron que fue un homicidio, pero la defensa del técnico informático Diego Lagomarsino ha cuestionado esas conclusiones. Lagomarsino, quien le prestó el arma al fiscal, sigue procesado en la causa, al igual que otras personas señaladas dentro del expediente.
El recuerdo del exfiscal trajo nuevamente al debate público el papel de la justicia en la investigación de su fallecimiento y la denuncia de encubrimiento en la causa AMIA. En este contexto, surge el interrogante sobre si el país podrá alcanzar una resolución definitiva sobre su muerte y sobre el atentado que investigaba.
Una década después, la incertidumbre persiste. ¿Qué implicancias ha tenido este caso en el sistema judicial? ¿Existe una posibilidad real de que las incógnitas sean completamente resueltas? La conmemoración de la “Marcha del Silencio” reflejó que las heridas de la sociedad y el ámbito judicial siguen abiertas, mientras continúan las preguntas en busca de respuestas.