Tensión en Corea del Sur tras el intento de detención del suspendido presidente Yoon Suk-yeol. Agentes anticorrupción, respaldados por policías, fueron detenidos por sus guardaespaldas y militares leales. La situación polariza al país, mientras el gobierno llama a Yoon a someterse al debido proceso y la comunidad internacional observa.[Collection]
Tensión en Corea del Sur: Yoon enfrenta intento de detención
Seúl, Corea del Sur. Una situación crítica se vivió en la mañana de este miércoles, cuando decenas de agentes de la Oficina Anticorrupción de Corea del Sur, respaldados por cientos de policías, intentaron ingresar a la residencia del suspendido presidente Yoon Suk-yeol, quien permanece atrincherado desde hace semanas. El operativo, que buscaba efectivizar una orden judicial en su contra, fue contenido por sus guardaespaldas y un grupo de militares leales que se posicionaron para evitar su captura.
Un operativo policial sin precedentes
La tensa jornada fue desencadenada por las últimas órdenes emitidas desde la Oficina Anticorrupción del país, que decidió avanzar en las investigaciones que pesan sobre el suspendido mandatario. Yoon Suk-yeol ha sido acusado de múltiples casos de corrupción y abuso de poder, cargos por los que fue formalmente suspendido de su cargo semanas atrás. Sin embargo, el exmandatario rechazó categóricamente las acusaciones, calificándolas como “maniobras políticas” diseñadas para destruir su reputación.
Desde su residencia, ubicada en un exclusivo sector de Seúl, Yoon ha emitido declaraciones asegurando que no permitirá ser “objeto de persecución política”, y se ha mostrado desafiante a las autoridades tras negarse a entregarse. Esto motivó a la Oficina Anticorrupción a tomar medidas drásticas. El operativo involucró a cerca de 300 efectivos policiales y de seguridad en un esfuerzo por romper las barreras impuestas por los guardaespaldas de Yoon y por el personal militar que se ha mantenido leal a él desde su suspensión.
Una resistencia organizada
El grupo que defiende la residencia ha planteado un nivel de resistencia que sorprendió incluso a las fuerzas de seguridad del estado. Testigos presenciales reportaron que decenas de militares y personal de su círculo cercano se enfrentaron a los agentes que intentaron ingresar al lugar, obstaculizando su acceso. Los enfrentamientos, aunque tensos, no derivaron en una confrontación armada, según confirmaron fuentes del Ministerio de Defensa.
Esta situación genera preocupación entre los altos mandos militares de Corea del Sur, quienes han buscado evitar que el conflicto escale, temiendo que la lealtad de ciertos sectores del Ejército hacia Yoon pueda desatar divisiones internas dentro de la institución armada. Analistas políticos locales advierten que esta resistencia podría ser una estrategia para ganar tiempo y negociar mejores condiciones legales, aunque hasta ahora no ha habido señales claras de algún acercamiento entre las partes.
Reacciones del gobierno y la comunidad internacional
El presidente interino de Corea del Sur, Kim Dae-hun, calificó la situación como una “grave amenaza al orden constitucional del país”. En una conferencia de prensa realizada horas después del fallido operativo, Kim instó a Yoon Suk-yeol a rendirse y someterse al debido proceso: “Nadie está por encima de la ley. Este es un momento clave para afianzar nuestra democracia y no permitiremos que prospere la impunidad”.
Por otro lado, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Corea del Sur. La Embajada de los Estados Unidos en Seúl emitió un breve comunicado exhortando al respeto por el Estado de Derecho y expresando su apoyo a los esfuerzos del gobierno surcoreano para resolver la situación de manera pacífica. Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por el uso de la fuerza en este tipo de operaciones.
Un país dividido
El enfrentamiento entre las instituciones y Yoon Suk-yeol ha polarizado al país. Mientras sus seguidores consideran que el exmandatario es víctima de una “cacería de brujas”, sus detractores ven su resistencia como una afrenta directa a la democracia. Manifestaciones a favor y en contra de Yoon se han registrado en Seúl y otras provincias del país, evidenciando la creciente división política y social que atraviesa Corea del Sur.
Además, diversos sectores sociales exigen claridad y transparencia en las investigaciones para evitar que el caso sea percibido como una persecución política. “Este caso no debe resolverse en las calles, sino en los tribunales. No podemos darnos el lujo de deslegitimar nuestras instituciones”, señaló la analista política surcoreana, Na Jae-sun.
Un desenlace incierto
A medida que pasan las horas, la presión sobre Yoon Suk-yeol parece intensificarse. Sin embargo, el respaldo de un grupo significativo de militares y simpatizantes políticos sigue complicando las operaciones de las autoridades. Por ahora, los intentos de mediación no han logrado resultados concretos, y la tensión sigue en aumento.
Corea del Sur se encuentra en un momento delicado de su historia política reciente, mientras que la resistencia de Yoon y su entorno plantea desafíos inéditos para las instituciones del país. Las próximas semanas serán clave para definir no solo el futuro del suspendido líder, sino también la estabilidad del sistema democrático surcoreano.
Fuente: Hugo Bordoniy