El Gobierno busca una alianza con el PRO en Buenos Aires, sin Jorge Macri, mientras Patricia Bullrich surge como figura clave. La intención es formar una boleta conjunta para enfrentar al kirchnerismo, excluyendo a figuras no alineadas con Milei. La conversación entre líderes se intensifica en medio de tensiones internas.
El Gobierno trama una alianza con el PRO porteño, pero excluyendo a Jorge Macri
Casa Rosada comenzó a mover fichas para replicar en la Ciudad de Buenos Aires la alianza que ya selló con parte del PRO en la provincia, aunque con una exigencia clara: sin la participación de Jorge Macri. En un intento por consolidar su espacio político en territorio porteño, La Libertad Avanza tantea un pacto electoral con el macrismo, pero con condiciones que exponen la tensión interna en el universo amarillo. Mientras tanto, Patricia Bullrich emerge como posible articuladora del acuerdo y como figura clave para el futuro de Javier Milei en 2027.
La chispa se encendió con un llamado entre Santiago Caputo y Mauricio Macri. Tras meses de distanciamiento, ambos retomaron contacto en lo que fue más una tregua táctica que un acercamiento genuino. Caputo recibió una propuesta de inversión extranjera promovida por empresarios vinculados al expresidente, gesto que el oficialismo leyó como una puerta abierta para iniciar conversaciones más ambiciosas. El núcleo de poder libertario ve en Mauricio un potencial aliado operativo, siempre que Jorge se mantenga al margen.
El formato intentado sería similar al de la provincia, donde Ritondo y Pareja concretaron una alianza bajo supervisión de los referentes libertarios. En la Ciudad, el objetivo es consolidar una boleta conjunta con el PRO orientada a disputar con ventaja las figuras del kirchnerismo, con Mariano Recalde a la cabeza. Pero los requisitos son duros: además de apartar a Jorge Macri –culpado por fragmentar la elección con el desdoblamiento y por recurrir a asesorías ajenas al oficialismo– deberán quedar afuera también María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato, enemigas silenciosas del mileísmo puro.
La exclusión de estas dos diputadas responde al deseo de Milei y su entorno de garantizar una pureza ideológica que no admite matices. Para Balcarce 50, ni Vidal ni Lospennato representan con fidelidad el discurso libertario, y permitir su inclusión sería debilitar simbólicamente la oferta electoral. En compensación, el oficialismo estaría dispuesto a cederle al PRO los principales lugares en las listas de diputados nacionales, a cambio de asegurarse los escaños para el Senado, meta clave para la estrategia legislativa post octubre.
Esta arquitectura delicada deja en el aire una pregunta inevitable: ¿cómo reaccionará Jorge Macri si su primo avanza sin él? Aunque Mauricio y Jorge se mantienen alejados políticamente, el alcalde porteño podría jugar su propio partido si percibe que la movida amenaza su supervivencia. Su entorno lo empuja, discretamente, hacia el espacio radical que Horacio Rodríguez Larreta y Daniel Angelici trabajan en las sombras. Un frente no kirchnerista, no mileísta, que sueña con recuperar centralidad en 2027.
La figura de Patricia Bullrich aparece como nexo inevitable en este escenario. En una reunión reciente con Caputo, discutieron cuestiones de gestión durante dos horas. Pero el peso político subyacente fue mucho más que operativo. Bullrich, sin mostrar un deseo ferviente de ser candidata al Senado por la Ciudad, asume que su exposición y liderazgo en el espacio la hacen difícil de reemplazar. Su presencia en las boletas de 2025 se da casi por descontada, y ya se mueve con libertad dentro del círculo presidencial.
Consciente de su valor agregado, Bullrich se posiciona como probable compañera de fórmula de Milei en 2027. Hoy, el vínculo entre ambos es frecuente y aceitado: desayunos compartidos, intercambios sobre decisiones estratégicas y hasta detalles insólitos como su vínculo con las “galletitas favoritas” del presidente. La exministra de Seguridad se transformó en una voz autorizada en medio de una interna que amenaza con desbordes.
El salto a la boleta senatorial, sin embargo, podría no ser su etapa final. Desde su círculo más cercano admiten que Bullrich evalúa usar esa candidatura como plataforma para lanzarse a la jefatura de Gobierno de la Ciudad dentro de tres años. Con su aventura presidencial ya archivada, la ex Cambiemos no descarta cerrar su ciclo político liderando el distrito que también la formó políticamente. De concretarse, Damián Arabia es su elegido para ocupar la Ciudad en 2027 si le toca sucesión.
Arabia, con buena relación con Milei y considerado hombre de máxima confianza bullrichista, suma puntos por su sintonía con la Casa Rosada. En un esquema de fidelidades y validaciones cruzadas, su perfil logra sortear obstáculos tanto dentro del PRO como en la órbita libertaria, donde cualquier incorporación es observada con desconfianza doctrinaria.
El diálogo entre los actores clave del PRO y La Libertad Avanza aún es embrionario. Todos repiten el mantra: primero, hay que atravesar la elección bonaerense. Pero el ánimo de acercamiento persiste. Ahora que las heridas cicatrizan a fuerza de conveniencia, las Eliminatorias de la selección pueden convertirse en la excusa perfecta para un acercamiento decisivo entre bosteros de vieja data. En la política argentina, los tiempos se miden en cafés, y las fórmulas comienzan con alianzas inesperadas.