Argentinos en Los Ángeles enfrentan una doble crisis: devastadores incendios que han destruido hogares y negocios, y una calidad de aire tóxica que obliga al uso de mascarillas. Entre evacuaciones urgentes y pérdida total, la comunidad lucha por sobrevivir mientras depende de redes solidarias y asistencia limitada del consulado argentino.[Collection]
Argentinos en crisis: luchan por sobrevivir a incendios en Los Ángeles
La devastación de los incendios y su impacto en la comunidad argentina
Los incendios forestales que azotan la costa oeste de Estados Unidos han causado un profundo impacto en la ciudad de Los Ángeles, afectando de manera directa a la comunidad argentina residente. Las llamas, que ya se han cobrado al menos diez vidas según los informes oficiales, no solo han destruido vastos territorios de bosque, sino también hogares y negocios, dejando a miles de personas luchando por sobrevivir a condiciones precarias.
Muchos argentinos que viven en esa región se enfrentan a la incertidumbre de perder todo lo que construyeron mientras intentan protegerse de la crisis ambiental. “El aire es irrespirable. Ahora no salimos sin el barbijo, pero ya no se trata solo del COVID-19, el humo nos invade y no hay escapatoria”, relató Mariana López, una odontóloga de 42 años oriunda de Córdoba que ha vivido en Los Ángeles durante los últimos cinco años.
Evacuaciones, huida y dilemas en medio del incendio
Las autoridades locales han implementado múltiples evacuaciones urgentes, pero la magnitud del desastre sobrepasa la capacidad de respuesta. Con más de 1.2 millones de hectáreas arrasadas por el fuego hasta el momento, miles de familias se han visto obligadas a dejar sus hogares con poco aviso. Muchos, incluyendo un significativo número de argentinos, enfrentan la angustiosa decisión de abandonar sus propiedades o asumir el riesgo de quedarse.
“Fue un momento desesperante. Apenas tuve tiempo de agarrar nuestros documentos y algo de ropa”, contó Matías Fernández, un diseñador gráfico bonaerense que debió evacuar su casa junto con su pareja y su hijo de tres años. La familia ahora se encuentra alojada en un refugio temporal en Santa Clarita, donde aseguran que las condiciones son precarias. “No sabemos cuánto tiempo estaremos aquí ni qué será de nuestra casa, probablemente lo hayamos perdido todo”, añadió Fernández.
El regreso del barbijo: una señal de crisis ambiental
Además del fuego, la calidad del aire en las áreas afectadas ha alcanzado niveles peligrosos. El Departamento de Protección Ambiental de California informó que la concentración de partículas tóxicas ha superado los límites recomendados para la salud humana. Como resultado, se ha vuelto obligatorio el uso de mascarillas tanto en lugares cerrados como al aire libre, lo que recuerda los dramáticos días de la pandemia del COVID-19. Esta vez, sin embargo, el problema no es un virus, sino las consecuencias de un desastre ecológico sin precedentes.
“Estamos retrocediendo. Pensé que había dejado atrás la mascarilla después de la pandemia, pero ahora es una cuestión de vida o muerte por la contaminación”, expresó Laura Marini, profesora de español residente en Pasadena desde 2018. Según expertos sanitarios, la exposición prolongada a estas condiciones puede provocar problemas respiratorios graves, especialmente en niños y adultos mayores.
Un espejo de tragedias previas
La situación actual evoca recuerdos de otros desastres similares en la región. En 2018, los incendios Camp Fire en el norte de California causaron al menos 85 muertes y destruyeron más de 18,000 estructuras, convirtiéndose en uno de los incendios más mortales y destructivos de la historia de Estados Unidos. Para muchos residentes, incluidos los argentinos, el trauma de esa experiencia se revive en esta nueva ola de devastación.
“He vivido en California durante más de 25 años. Nunca había visto una temporada de incendios tan feroz como la actual”, comentó Sergio Quiroga, dueño de un restaurante argentino en Los Ángeles. Su negocio, situado en una de las zonas más afectadas por la contaminación del aire, ha experimentado una notable baja en el número de clientes. “Primero fue la pandemia, ahora esto. No sé cuánto más podremos resistir”, lamentó.
Ayuda de la comunidad y redes de apoyo
En medio de la adversidad, la comunidad argentina en Los Ángeles ha demostrado una notable solidaridad. Grupos locales de ayuda han organizado recolectas de alimentos, ropa y productos básicos para las personas más afectadas, incluyendo compatriotas que han perdido sus hogares. Sin embargo, gran parte de los esfuerzos se encuentran limitados por la magnitud del desastre y la falta de recursos.
Simultáneamente, el Consulado Argentino en Los Ángeles ha ofrecido apoyo a los ciudadanos afectados. El cónsul general Emilio Calderón declaró: “Nuestra prioridad es asistir a los argentinos que están enfrentando esta difícil situación, ya sea en la búsqueda de refugios seguros o en la gestión de documentos esenciales”. Sin embargo, muchas personas admiten que sienten que necesitan una mayor intervención de los gobiernos argentino y estadounidense en este momento crítico.
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