En enero de 2025, las tarifas eléctricas en Buenos Aires aumentarán un 10%-15% por actualizaciones en el costo de distribución, impactando hogares y sectores productivos. La medida genera críticas por su efecto en el costo de vida, mientras consumidores y especialistas piden mayor transparencia y apoyo para los más vulnerables ante un sistema eléctrico frágil.[Collection]
Aumentos en tarifas eléctricas en Buenos Aires para enero 2025
En enero de 2025, los usuarios de electricidad en la provincia de Buenos Aires enfrentarán un nuevo incremento en las tarifas debido a la actualización de uno de los componentes clave que conforman las boletas de consumo. Este reajuste impactará tanto a hogares como a sectores productivos, en un contexto donde el costo de vida ya se encuentra bajo presión por la inflación acumulada.
Actualización de ítems e impacto en el bolsillo de los usuarios
La suba responde principalmente a la nueva actualización del Valor Agregado de Distribución (VAD), un ítem que constituye el costo de mantener y operar la red eléctrica. Este componente se revisa periódicamente en función de las paritarias del sector, los costos operativos y las inversiones necesarias para sostener el sistema eléctrico. Esta vez, el aumento fue aprobado tras un análisis técnico y administrativo liderado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
La medida fue justificada desde organismos locales bajo la necesidad de garantizar la continuidad del servicio eléctrico, especialmente en zonas urbanas y rurales de gran densidad poblacional. Sin embargo, esta decisión ha generado críticas entre asociaciones de consumidores, quienes advierten que los hogares más vulnerables serán los más afectados por esta suba sostenida.
Detalles del aumento
De acuerdo con el Ente Regulador de la Electricidad de la Provincia de Buenos Aires (OCEBA), las boletas reflejarán ajustes que variarán en promedio entre el 10% y el 15%, dependiendo de la categoría de consumo. Este incremento está sujeto, además, al consumo energético de cada usuario. Por ejemplo, las viviendas de tarifa social tendrán aumentos más moderados, mientras que el impacto será mayor en los niveles de consumo más altos.
Un hogar promedio que actualmente abona 5.000 pesos argentinos en su factura de electricidad podría experimentar una suba aproximada de entre 500 y 750 pesos, según estimaciones iniciales del sector. Por su parte, los comercios, pequeñas y medianas empresas también afrontarán incrementos similares, lo que genera preocupación respecto al traslado de este costo a los precios finales de bienes y servicios.
Reacciones de especialistas y consumidores
Gustavo Lema, titular de la Defensoría del Pueblo de la provincia, calificó el incremento como “otra carga más sobre los bolsillos de las familias argentinas” y advirtió que esta medida se suma a un contexto inflacionario complicado. En tanto, Héctor Polino, referente de la asociación Consumidores Libres, criticó la falta de transparencia en la determinación de los porcentajes de aumento y solicitó mayor intervención del Gobierno nacional para amortiguar los efectos de estas medidas en los ciudadanos.
Los usuarios, por su parte, han expresado su descontento a través de redes sociales, destacando que los constantes ajustes tarifarios no siempre se ven reflejados en una mejora sustancial de los servicios. En paralelo, asociaciones civiles han solicitado que se prorroguen los subsidios disponibles para los sectores más críticos y que se tomen medidas concretas para proteger a los jubilados de los posibles cortes de energía derivados de la falta de pagos.
Situación del sistema eléctrico en la provincia
El sistema eléctrico de la provincia de Buenos Aires enfrenta desafíos significativos tanto en infraestructura como en capacidad operativa. Según un informe del Instituto Argentino de Energía (IAE), las redes de media y baja tensión están operando cerca de su límite, especialmente durante meses de alta demanda como el verano. Este factor, sumado a un crecimiento sostenido en el consumo energético, genera presión adicional para las empresas distribuidoras, que justifican los aumentos en la necesidad de afrontar inversiones urgentes.
Con todo, las mejoras proyectadas en la infraestructura aún parecen avanzar lentamente. Usuarios de diversas localidades, sobre todo en el interior de la provincia, han reportado cortes recurrentes de luz durante olas de calor en los últimos años, lo que evidencia la fragilidad del sistema actual. Ante estas denuncias, las compañías eléctricas han argumentado que requieren de una mayor financiación para realizar cambios estructurales que garanticen un servicio estable.
Futuro incierto para los consumidores
En un horizonte próximo, se espera que la discusión en torno a las tarifas eléctricas continúe ocupando un lugar central en la agenda pública. Mientras sectores gremiales y empresariales defienden la necesidad de los ajustes para mantener operativa la red de distribución, los usuarios exigen mayor previsibilidad y protección frente a tarifas que consideran desproporcionadas.
En este escenario, las autoridades provinciales deberán encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad del sistema eléctrico y el poder adquisitivo de los consumidores, quienes ya enfrentan significativos incrementos en otros servicios esenciales. Hasta el momento, no se han anunciado medidas adicionales que acompañen a este aumento, lo que deja a muchas familias en la incertidumbre sobre cómo enfrentarán el impacto en su economía doméstica.
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