La Niña impacta severamente en Rosario: déficit hídrico, temperaturas extremas y sequías ponen en jaque al agro y la economía regional. Se prevén lluvias 30% por debajo del promedio y pérdidas agrícolas que superarían los 1.000 millones de dólares. Adaptación urgente y estrategias de mitigación son clave para enfrentar este desafío climático.[Collection]
Efectos de La Niña en enero: ¿qué esperar del clima?
El fenómeno climático conocido como La Niña, caracterizado por el enfriamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico ecuatorial, está mostrando su influencia en diversas regiones del mundo. En la región de Rosario y zonas aledañas, la continuidad del evento ha comenzado a generar preocupaciones en sectores clave como el agro, la economía y los negocios, según informaron especialistas en la materia. Se prevé que en enero sus efectos sean aún más notorios, afectando tanto las actividades productivas como los patrones de consumo.
Impacto en la región de Rosario
En la ciudad de Rosario y la región, las condiciones asociadas con La Niña ya han marcado el ritmo de las lluvias y las temperaturas durante el último trimestre de 2022. “La temporada estival se encamina a registrar déficits importantes de agua en el suelo, con lluvias por debajo de lo normal y temperaturas que oscilarán entre extremas y regulares”, señaló un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Estas condiciones han amplificado el riesgo de sequías, que en algunos casos ya afectaron la producción agrícola local.
Según especialistas, el fenómeno influirá directamente en los cultivos de verano, particularmente en soja y maíz, dos de los pilares económicos de la región. Gustavo Grobocopatel, reconocido empresario del sector agroindustrial, advirtió en recientes declaraciones: “El impacto de La Niña en los rendimientos agrícolas será desafiante. Las decisiones de producción y financiación tendrán que ajustarse para afrontar esta situación”.
Datos del fenómeno y proyecciones climáticas
Los registros recogidos por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) corroboran que este evento de La Niña, iniciado hace tres años, se extenderá en principio hasta la primera mitad de 2023. El organismo afirma que las precipitaciones de verano estarán un 30% por debajo del promedio histórico. Esto, en combinación con temperaturas superiores a lo habitual, podría complicar la recarga hídrica de los suelos.
Por su parte, Eduardo Sierra, consultor climático, destacó que mientras la cuenca del Paraná enfrenta “niveles críticos en su caudal”, los pronósticos sugieren que enero traerá jornadas de calor extremo con lluvias esporádicas. Este patrón refuerza los desafíos para sectores como la ganadería, que dependen de pasturas naturales, e influye directamente en las economías regionales sustentadas por actividades agrícolas.
Repercusiones económicas y empresariales
Los efectos de La Niña no se limitan únicamente al campo. La escasez de lluvias y las altas temperaturas generan consecuencias en la producción de alimentos y, por ende, en los costos finales al consumidor. La Sociedad Rural Argentina (SRA) alertó que la continuidad de este fenómeno podría trasladarse a un incremento generalizado en productos agropecuarios y cárnicos. En Rosario, uno de los principales centros comerciales y logísticos del sector agroexportador, estas condiciones podrían traducirse en una disminución de ingresos para los productores y en tensiones dentro de la cadena de distribución.
Desde el ámbito empresarial, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que los sectores vinculados a la exportación deberán reducir sus expectativas para la cosecha de granos gruesos. El informe reciente de la entidad advierte que las pérdidas podrían superar los 1.000 millones de dólares si las condiciones climáticas actuales persisten hasta mediados de marzo.
Adaptación y estrategias de mitigación
Frente a este escenario, diversas instituciones y organizaciones están trabajando para mitigar los efectos del fenómeno. El INTA está promoviendo el uso de tecnologías de precisión para optimizar el manejo del agua en los cultivos y mejorar la eficiencia en el gasto energético asociado a las actividades agrarias. Además, sugieren estrategias como la diversificación de cultivos y seguros agrícolas para cubrir contingencias climáticas.
En cuanto al sector energético, se esperan tensiones adicionales debido al aumento del consumo eléctrico por las altas temperaturas. Héctor Ruiz, presidente de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), expresó que “la demanda energética podría alcanzar picos históricos durante el verano, lo que nos lleva a reforzar la infraestructura y garantizar servicios sin interrupciones”.
La comunidad científica también ha enfatizado la necesidad de preparar tanto al sector público como al privado para enfrentar los desafíos que trae La Niña. A nivel nacional, se están impulsando mesas de trabajo que integran a organismos como el Ministerio de Agricultura y representantes de las provincias más afectadas.
El fenómeno de La Niña continúa siendo un tema de preocupación para diversas áreas de la sociedad, y los meses que se avecinan requerirán de colaboración y previsión. Fuente: @Ecos365