Un estudio reciente revela que el ejercicio físico es un factor clave para predecir la longevidad, superando incluso aspectos genéticos y socioeconómicos. Evaluaciones simples, como el “test de pie”, muestran que una buena condición física reduce significativamente las probabilidades de mortalidad en personas mayores, resaltando la importancia de la actividad física.[Collection]
Ejercicio: el factor clave para predecir la longevidad
Un estudio que redefine nuestra visión sobre el envejecimiento
Un reciente estudio ha proporcionado una reveladora perspectiva sobre la relación entre el ejercicio físico y la longevidad, posicionándose como una herramienta crucial para predecir cuánto tiempo podría vivir una persona. Este hallazgo surge de un trabajo liderado por un grupo de investigadores que evaluaron a miles de personas de la tercera edad, analizando su capacidad física en diferentes escenarios de la vida cotidiana y vinculándola con datos estadísticos sobre índices de mortalidad.
La investigación, realizada a lo largo de varios años, abordó aspectos como la resistencia cardiorrespiratoria, la capacidad de caminar durante distancias moderadas y la facilidad para levantarse de una silla. Uno de los puntos claves del estudio fue identificar qué tan bien estas actividades predecían la probabilidad de eventos adversos relacionados con la salud en individuos mayores. La conclusión fue contundente: una buena condición física sigue siendo el indicador más sólido del tiempo de vida proyectado.
Una métrica simple con resultados sorprendentes
Los científicos utilizaron métodos directos y fáciles de aplicar que permitieron obtener mediciones consistentes y viables. Una de las pruebas clave fue el “test de pie”, que consiste en analizar cuánto tiempo una persona puede permanecer de pie sobre una sola pierna sin apoyo. Otro test utilizado fue medir la velocidad al caminar en intervalos específicos. Sorprendentemente, quienes obtuvieron resultados superiores en estas evaluaciones mostraron menores probabilidades de fallecer en los próximos diez años.
Entre los hallazgos más destacados estuvo el de los mayores que lograron estar de pie durante al menos 10 segundos sobre una sola pierna. Estas personas experimentaron tasas de supervivencia significativamente mayores frente a quienes no lograron cumplir esta actividad. “Estos ejercicios simples revelan más de lo que podríamos imaginar sobre la salud general y los riesgos de mortalidad”, aseguraron los investigadores participantes en el estudio.
¿El ejercicio como un predictor más preciso que otros factores?
Una de las declaraciones más llamativas del informe es que la actividad física constante podría ser una métrica incluso más confiable que factores genéticos, el índice de masa corporal o el nivel socioeconómico para predecir la longevidad. Según los expertos, las aptitudes físicas no solo reflejan el estado real de los músculos y articulaciones, sino también del estado general del sistema cardiovascular y neurológico.
Además, se identificó que las personas con una vida sedentaria o una baja tolerancia al ejercicio tenían tasas de mortalidad más elevadas entre los grupos observados. Por el contrario, quienes practicaban rutinas aeróbicas al menos tres veces por semana, combinadas con fortalecimiento muscular, mostraron un mejor pronóstico en términos de salud a largo plazo.
El mensaje de los expertos
Médicos y especialistas de todo el mundo han comenzado a prestar mayor atención a este enfoque. El doctor Álvaro Arias, especialista en geriatría, destacó: “El ejercicio no se trata solo de estar en forma; es un componente crítico para anclar nuestra longevidad y evitar complicaciones graves con la edad. A partir de este punto, deberíamos cambiar la recomendación médica hacia algo más contundente y personalizado”.
Se teme que el envejecimiento de la población en diversas regiones del mundo agrave los problemas de salud relacionados con la inactividad física. Sin embargo, estos descubrimientos abren nuevas puertas para crear programas de prevención y detección temprana a través de simples ejercicios funcionales que podrían convertirse en una herramienta estándar en consultas médicas.
Fuente: Luciana Biondo Torres