Sergio Orlando Leiva, conocido como “El Negro Sombra”, fue asesinado en Tigre, presumiblemente por un ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico. Su muerte, resultado de un ataque violento, refleja las disputas en el mundo criminal y señala un cambio en el poder dentro de este oscuro circuito delictivo.“`html
Mataron a “El Negro Sombra”, el secuestrador serial más peligroso de Argentina
Acribillado en Tigre, Sergio Orlando Leiva, alias “El Negro Sombra”, cayó en lo que apunta a ser un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico. La ejecución ocurrió en Talar de Pacheco durante el fin de semana largo, y todo indica que no fue un hecho al azar. Según fuentes extraoficiales, Leiva tenía enemigos dentro del bajo mundo, y su asesinato responde a una venganza dentro del circuito del crimen organizado. La fría precisión del ataque deja pocas dudas: alguien quería silenciarlo para siempre.
El barrio se enteró rápido. Apenas sonaron los disparos, un móvil del Comando de Patrullas llegó al lugar, pero los médicos sólo pudieron certificar lo evidente: Leiva estaba muerto. Su cuerpo quedó tendido en plena calle, y aunque algunos vecinos fueron testigos, el silencio imperó. Nadie dijo nada. En estos casos, hablar equivale a firmar una sentencia.
Su historia estaba marcada por el secuestro y la violencia. Detenido en 2004 y condenado a 34 años de prisión, “El Negro Sombra” acumulaba un prontuario temido hasta en los círculos criminales. Sus víctimas incluían a los padres del exfutbolista Leonardo Astrada y al empresario Jorge “Corcho” Rodríguez. En el terreno delictivo, supo moverse con astucia, pero el delito ya no le daba la protección de antes.
El crimen de Leiva se inscribe en un escenario donde las disputas por el control de territorios y dinero aumentan en virulencia. Su muerte no es solo un ajuste de cuentas: es también una señal dentro del hampa. Con su eliminación, otros jugadores mueven fichas y reconfiguran el mapa del poder en las sombras.
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