Fuerza Patria ha delineado su estrategia para organizar listas en 51 distritos bonaerenses sin peronismo. Designará una “cabeza de lista” por distrito para evitar internas destructivas y consolidar liderazgos locales. La presentación final será el 16 de julio, buscando ordenar el peronismo y evitar conflictos internos.
Fuerza Patria define su estrategia para conquistar los distritos sin conducción peronista
La mesa política de Fuerza Patria ya tiene delineado su plan para conformar listas en los 51 distritos bonaerenses donde no gobierna el peronismo. En una jugada que busca evitar internas destructivas y consolidar referencias locales con volumen político, el sector comandado por Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner resolvió designar una “cabeza de lista” por distrito que tendrá el control del armado en cada territorio.
El criterio no es menor: quien encabece cada nómina operará, en los hechos, como una suerte de “intendente en la sombra”, encargado de la arquitectura electoral, la negociación con todas las tribus internas y la representación de la fuerza en el territorio. Una lapicera con poder descentralizado que busca ordenar la dispersión opositora peronista en los municipios fuera de control.
La definición llegó tras días de deliberaciones intensas encabezadas por un sexteto político que incluye a Carlos Bianco y Gabriel Katopodis (por el Movimiento Derecho al Futuro), Facundo Tignanelli y Emmanuel Santalla (La Cámpora), y Rubén Eslaiman y Sebastián Galmarini (Frente Renovador). La decisión responde a una urgencia: consolidar estructura en el interior bonaerense antes del cierre formal de listas, previsto para el 19 de julio.
En el fondo, lo que se discute es el reparto de poder real en el nuevo mapa del PJ post-2023. Con una interna reciente como espejo y el recuerdo fresco de las tensiones sin resolver, el modelo planteado intenta amortiguar tensiones, reconocer liderazgos regionales emergentes y evitar la llegada de “paracaidistas” a territorios ajenos. El método no es solo organizativo: también es disciplinador.
El respaldo político a este diseño quedó sellado en una reunión cumbre en La Plata entre Kicillof, Massa y Kirchner. Allí, los jefes del espacio definieron un esquema de equilibrios y compensaciones que se sostendrá en tres instancias: el consenso con referentes locales, la validación de la mesa política y el visto bueno del tridente fundador. No habrá cheques en blanco, pero tampoco imposiciones sin negociación.
Uno de los desafíos centrales del esquema será gestionar los inevitables conflictos de intereses. En algunos distritos, anticipan desde el propio espacio, la competencia interna podría volver inevitable la intervención directa de la conducción provincial. En juego, no solo está la representación territorial, también los acuerdos que sostienen a Fuerza Patria como espacio plural: La Cámpora, el massismo y sectores del peronismo tradicional pugnan también por su parte de la torta.
El caso de Tigre sirve de ejemplo y advertencia. Allí, el intendente Julio Zamora rompió con el armado oficialista y se alineó con el frente que lidera Facundo Manes junto a Juan Schiaretti. Su eventual salida definitiva deja otro vacante que modificaría el esquema de 51 distritos sin jefatura peronista: podrían ser 53 si también se confirma la ruptura del jefe comunal de Esteban Echeverría, Fernando Gray.
Los criterios para nominar a los armadores locales serán múltiples. El primero, según fuentes involucradas en el diseño, es premiar a quienes compitieron y demostraron volumen electoral en las PASO anteriores. El segundo, lograr una repartija equitativa entre sectores. Y el tercero, quizás el más líquido, respetar los equilibrios políticos provinciales y validar las decisiones con la dirigencia territorial.
La fecha límite para presentar las propuestas definitivas es el 16 de julio. Así lo comunicó el propio gobernador en una reunión con los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro, espacio que Kicillof viene impulsando como plataforma de recambio político interno. El plazo es perentorio tanto para los municipios con conducción institucional como para los “sin tierra”, que en cinco días deberán cerrar acuerdos y evitar vetos.
La apuesta es audaz. Fuerza Patria busca consolidarse como el factor ordenador del peronismo en estado de reconversión, y necesita que la territorialidad no se diluya en internas estériles. A diferencia de 2023, el tiempo corre en contra, y la rosca electoral ya no espera. Con una arquitectura política aún en formación, Kicillof, Massa y Kirchner apuestan a un modelo semi-federal de construcción interna. Pero todo dependerá de que nadie quiera salirse del libreto a último momento.