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Escándalo en Salud: el Gobierno recula tras usar términos discriminatorios en una resolución oficial
El Gobierno tomó la decisión de modificar una resolución del Ministerio de Salud luego de que se generara una fuerte polémica por la utilización de términos como “idiota”, “imbécil” y “débil mental” en la clasificación de personas con discapacidad. Fue solo después de que el caso se viralizara que la gestión de Javier Milei decidió dar marcha atrás, justificando la inclusión de este lenguaje como un “error derivado del uso de conceptos pertenecientes a una terminología obsoleta”.
La resolución en cuestión, la 187, había sido publicada en enero y contenía un anexo en el que se resucitaban expresiones que, en el pasado, fueron utilizadas en la medicina psiquiátrica para describir distintos grados de déficit intelectual. Pero en el escenario actual, en el que hay una sensibilización creciente respecto a los derechos de las personas con discapacidad, este tipo de lenguaje resultó inadmisible.
Desde la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) sostuvieron en un comunicado que “no hubo ninguna intención discriminatoria” en la utilización de estos términos y aseguraron que se trató de un error. Sin embargo, la explicación oficial no fue suficiente para acallar las críticas. Lo insólito del caso es que la resolución estuvo vigente por más de un mes sin que ningún funcionario levantara una alerta hasta que el tema tomó estado público.
La controversia explotó cuando el diario español El País publicó un artículo detallando el uso de estas expresiones en la normativa argentina, lo que generó repudio no solo a nivel local, sino también en el ámbito internacional. Solo después de esa repercusión, el Gobierno nacional decidió modificar el texto y retirar la terminología cuestionada.
El episodio deja en evidencia la falta de control en la gestión de ciertas resoluciones gubernamentales y, a su vez, el endurecimiento de una oposición que no tardó en utilizar el tema como munición política contra la administración de Milei. Tanto desde el peronismo como desde sectores más moderados del radicalismo expresaron su rechazo a este “papelón” del Ministerio de Salud y remarcaron la improvisación con la que se manejan cuestiones clave.
Queda la duda de si este tipo de decisiones responden a simples descuidos burocráticos o si en la interna libertaria hay sectores que presionan por una línea discursiva que, en muchos casos, parece rozar la provocación innecesaria. Lo concreto es que el Gobierno debió dar marcha atrás, en un nuevo episodio en el que queda en evidencia que no puede permitirse errores de este calibre.
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