Investigadores han descubierto hasta 6,2 billones de toneladas de hidrógeno natural bajo la Tierra, principalmente en formaciones rocosas. Este recurso, conocido como hidrógeno blanco, podría transformar el panorama energético mundial y reducir la dependencia de combustibles fósiles, ofreciendo una alternativa limpia y económica si se extrae de manera sostenible.[Collection]
Hidrógeno: enormes reservas descubiertas bajo la Tierra
Un descubrimiento asombroso podría revolucionar el panorama energético global: los investigadores estiman que debajo de la superficie terrestre se encuentran hasta 6,2 billones de toneladas de hidrógeno natural. Estas reservas, localizadas principalmente en formaciones rocosas y depósitos subterráneos, tienen el potencial de proveer energía a nivel mundial durante los próximos 200 años, incluso si solo se aprovecha una fracción de ellas.
Un recurso infrautilizado
El hidrógeno ha sido largamente valorado como una alternativa energética limpia, cuyas emisiones son prácticamente inexistentes ya que su único subproducto es agua. Sin embargo, su obtención ha estado dominada por la electrólisis del agua o métodos basados en el uso de gas natural, procesos que demandan altos costos y consumen gran cantidad de energía. La reciente identificación de enormes reservas naturales de este gas clave podría cambiar esta dinámica por completo.
“Estamos hablando de una fuente de energía con el potencial de transformar nuestra dependencia de los combustibles fósiles si es extraída de manera eficiente y sostenible”, comentó un portavoz del equipo detrás de esta investigación. La abundancia de hidrógeno natural en el planeta abre nuevas puertas para una transición energética más rápida y menos costosa.
Localización y origen de las reservas
Los expertos aseguran que estas reservas geológicas de hidrógeno se encuentran atrapadas en formaciones de roca en el subsuelo. El hidrógeno natural, también conocido como hidrógeno blanco, resulta de procesos geológicos que han tenido lugar en el interior del planeta durante millones de años. Entre estos procesos se incluyen la interacción del agua con ciertos minerales y la descomposición de materia orgánica enterrada a grandes profundidades.
Las primeras evidencias de depósitos de hidrógeno natural fueron descubiertas en África Occidental, concretamente en Malí, donde se encontró una fuente de hidrógeno natural que emergía espontáneamente del subsuelo. A partir de este hallazgo, se han intensificado los esfuerzos por mapear otros yacimientos similares alrededor del mundo. Ahora, las cifras revisadas sugieren que estas reservas son mucho mayores a lo que se creyó inicialmente.
Impacto potencial en el sector energético
La explotación de estas reservas podría resolver, en gran medida, uno de los mayores desafíos en la transición energética global: la dependencia continua de carbón, petróleo y gas natural. Según los especialistas, el hidrógeno blanco tiene una ventaja competitiva frente a las fuentes actuales debido a su bajo costo de extracción en comparación con las formas actuales de producción de hidrógeno.
Además, el acceso a esta fuente de energía podría reforzar la soberanía energética en diversas regiones, especialmente en países que no cuentan con las infraestructuras necesarias para la producción masiva de hidrógeno mediante técnicas convencionales pero que disponen de las condiciones geológicas adecuadas.
Los retos de la extracción
A pesar del entusiasmo generado por este descubrimiento, la explotación de hidrógeno subterráneo plantea importantes desafíos. La extracción en forma económica y sostenible aún requiere avances tecnológicos significativos. De igual forma, es esencial estudiar cómo evitar impactos negativos en el medio ambiente o posibles alteraciones en los ecosistemas subterráneos durante el proceso de extracción.
Otro reto radica en la identificación y cartografía precisa de los depósitos de hidrógeno. Aunque ya se han elaborado mapas preliminares, muchos yacimientos permanecen inexplorados y su evaluación depende de herramientas avanzadas y costosos estudios geológicos.
Una pieza clave en la transición energética
De concretarse una estrategia efectiva para explotar estas reservas, el hidrógeno blanco podría consolidarse como un pilar fundamental en la transición hacia energías más sostenibles. Para los defensores de este recurso, su disponibilidad y su potencial económico son factores clave que podrían acelerar la descarbonización de sectores como el transporte, la industria pesada y la generación de electricidad.
A diferencia de los combustibles fósiles, el hidrógeno no produce emisiones contaminantes en su uso final. Además, estudios recientes sugieren que su extracción subterránea podría tener una huella climática significativamente menor comparada con la minería y perforación de hidrocarburos tradicionales.
El hallazgo de estas reservas genera cierta analogía con la revolución que supuso el descubrimiento del petróleo, aunque sus implicaciones ambientales y sociales apuntan a ser mucho más positivas si se manejan adecuadamente.
Un descubrimiento que cambia el juego
Los expertos coinciden en que estos yacimientos representan una “ventana de oportunidad excepcional” para reducir emisiones globales y alcanzar los objetivos climáticos propuestos por el Acuerdo de París. Sin embargo, insisten en que no se deben descuidar otros esfuerzos por diversificar la matriz energética ni relajar las políticas de reducción de gases de efecto invernadero, ya que el descubrimiento del hidrógeno blanco no es una solución única.
El próximo reto para la comunidad internacional será coordinar una estrategia común que permita estudiar y aprovechar de manera eficiente estas reservas subterráneas. El desarrollo de tecnología, regulación y financiamiento serán esenciales para convertir esta promesa energética en una realidad tangible.
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