Los incendios en Mandeville Canyon, Los Ángeles, consumen más de 3,000 acres, obligando a evacuar a 10,000 residentes. Vientos Santa Ana y sequías agravan el desastre, con menos del 35% del fuego contenido. Esfuerzos intensificados buscan frenar las llamas, mientras la calidad del aire se deteriora y emergen grandes pérdidas materiales y ecológicas.
Incendios en California: actualizaciones sobre la situación en Los Ángeles y pronósticos para las próximas horas del 16 de enero
La emergencia persiste en Mandeville Canyon
El incendio que azota la zona de Mandeville Canyon, en Los Ángeles, continúa marcando una de las emergencias más críticas de California en 2024. Según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (CAL FIRE), los esfuerzos se intensifican en tierra y aire, mientras el regreso de los vientos Santa Ana amenaza con complicar aún más las operaciones de contención durante las próximas horas. Hasta la fecha, más de 3,000 acres han sido consumidos por las llamas, afectando a varias residencias y forzando evacuaciones preventivas en zonas cercanas.
“Estamos enfrentando un evento muy dinámico. Las condiciones meteorológicas no están a nuestro favor”, aseguró Thomas Porter, director de CAL FIRE, quien ha insistido en que se sigan estrictamente las instrucciones de evacuación para evitar mayores riesgos entre la población.
Condiciones climáticas y pronóstico para las siguientes horas
El principal desafío en el incendio sigue siendo el esperado fortalecimiento de los ya peligrosos vientos Santa Ana, caracterizados por su fuerza y capacidad de expandir rápidamente las llamas. Según el Servicio Meteorológico Nacional (National Weather Service, NWS), las ráfagas podrían alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora, complicando las labores de contención. Estas condiciones suelen agravar las emergencias relacionadas con los incendios forestales al arrastrar brasas encendidas y secar aún más el terreno ya árido.
Además, la sequía prolongada que afecta al estado, considerada una de las peores en los últimos años, ha generado un ambiente propicio para la propagación de incendios. “Estamos tratando con combustibles extremadamente secos en una región donde las lluvias han sido prácticamente inexistentes en los últimos meses”, agregó Porter.
Esfuerzos coordinados: tierra, aire y prevención
Más de 500 bomberos están activos en la zona afectada, empleando recursos terrestres como camiones cisterna, excavadoras para crear líneas cortafuegos y equipos especializados. En los cielos, helicópteros y aviones cisterna realizan descargas de agua y retardantes químicos en áreas estratégicas para proteger tanto comunidades como infraestructura esencial. “No podemos trabajar solos; esta es una labor coordinada a niveles estatal y local”, indicó el jefe de operaciones del condado de Los Ángeles, Daryl Osby.
A pesar de los intensos trabajos de contención, las autoridades han confirmado que menos del 35% de las llamas han sido controladas hasta la fecha. Sin embargo, Porter destacó la importancia de mantener las medidas de prevención en comunidades cercanas: “La preparación y la cooperación de los residentes son esenciales para reducir los impactos de esta emergencia”.
Evacuaciones y medidas de seguridad
El incendio ha obligado a las autoridades locales a emitir órdenes de evacuación obligatoria para cerca de 10,000 residentes de las áreas más próximas a Mandeville Canyon. Centros de evacuación han sido habilitados en múltiples puntos de la ciudad, como la escuela secundaria Palisades Charter, donde se recibe a las familias afectadas y se proporcionan alimentos, agua y atención médica básica.
Por su parte, la Oficina del Sheriff del Condado de Los Ángeles ha intensificado los patrullajes en vecindarios desalojados para prevenir posibles actos de vandalismo o saqueos. “Nuestra prioridad es garantizar la seguridad no solo de las personas evacuadas, sino también de las propiedades que han dejado atrás”, comentó el sheriff Robert Luna.
Pérdidas materiales y afectaciones ambientales
Hasta el momento, se registran al menos 12 estructuras destruidas, además de otras 25 que presentan daños significativos. Las llamas han impactado también de manera severa el ecosistema local, arrasando con flora y fauna endémicas de la región. CAL FIRE alertó que la recuperación ambiental podría tomar años, especialmente en áreas donde la biodiversidad es especialmente vulnerable.
Por otro lado, la calidad del aire en el área metropolitana de Los Ángeles ha descendido a niveles peligrosos. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha emitido alertas de salud y recomienda evitar actividades al aire libre, en especial para personas con problemas respiratorios, niños y adultos mayores.
Reacciones gubernamentales y apoyo a los afectados
El gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia en los condados más afectados, lo que permite liberar fondos estatales y federales para combatir el fuego y asistir a las familias desplazadas. “Nuestro compromiso es proteger vidas, propiedades y recursos naturales. Estamos reforzando cada frente en esta lucha”, explicó Newsom durante una conferencia de prensa.
De manera paralela, organizaciones comunitarias y voluntarios han comenzado a movilizarse para apoyar a los damnificados. Se han abierto líneas telefónicas y cuentas bancarias para recibir donaciones destinadas a la compra de bienes básicos y servicios de emergencia para las personas afectadas directamente por el siniestro.
Este último evento refuerza el debate sobre la necesidad de implementar estrategias más efectivas de gestión forestal y políticas adecuadas para mitigar el cambio climático, considerado un factor clave detrás del incremento en la frecuencia e intensidad de los incendios en California.
Para mantenerse al tanto de las últimas actualizaciones sobre este y otros incendios en California, consulte la fuente original de la información: LA NACION.